La autorización aprobada el sábado por el Parlamento turco para permitir el velo islámico en las universidades ha hecho aumentar el riesgo de que se multipliquen los conflictos entre defensores de la «laicidad» y los de las libertades religiosas, según analistas y medios de comunicación turcos.

«Cuatrocientas once manos se elevaron a favor del caos» tituló el diario «Hurriyet», evocando un «riesgo de polarización» de la sociedad tras la reforma que fue aprobada por 411 votos de 550. «Una peligrosa división» tituló el diario «Milliyet», que estimó que alcanza a «ONGs, turistas, personas de negocios, intelectuales, y familias».

El Gobierno turco consideró que la prohibición del velo podría atentar contra la libertad de conciencia y el derecho a la educación. Enfrente tiene al Ejército y a los jueces, que temen que la reforma abra la puerta al velo en la Enseñanza Secundaria y la Administración.

En la Universidad

Ahmet Insel, economista de la Universidad de Galatasaray cree que las tensiones comenzarán en la propia Universidad, donde «algunos rectores montarán guardia en las puertas para impedir la entrada a estudiantes con velo, docentes las expulsarán de sus clases y habrá enfrentamientos».

En los últimos días, dos manifestaciones han reunido a unas 100.000 personas cada una en Ankara contra la reforma. El redactor jefe del diario «Radikal» cree que la prohibición continuará en la práctica, bien sea por los dirigentes universitarios o porque los tribunales anulen la ley. El principal partido de oposición, el CHP, prometió presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional.

Para Ali Bayramoglu, editorialista del semanario progubernamental «Yeni Safak», puede haber tensiones, pero «son un mal necesario para purgar el absceso causado durante una década. «Se trata de la primera etapa en una confrontación necesaria», dijo.