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El Departamento de Educación estigmatiza a la víctima de Ermua

Una menor vecina de Ermua fue objeto el domingo día 10 de febrero de una agresión en las pistas exteriores de un centro educativo de la localidad que le provocó heridas que requirieron su ingreso en el Hospital Donostia. Las circunstancias en que se produjo esa grave situación deberán ser dirimidas por el juzgado en el que los padres de la joven agredida han presentado la denuncia. El juez ha decretado el secreto de sumario, lo que obliga a mantener una actitud de prudencia y respeto en la utilización de los datos de un caso que vuelve a poner encima de la mesa el problema del llamado «maltrato entre iguales», por utilizar la expresión empleada por el Departamento de Educación del Gobierno de Lakua en una guía de actuación sobre el acoso y la violencia entre escolares dirigida a los centros educativos.

En ese manual se habla de actitudes activas. Se aboga por dar apoyo, protección y seguridad, además de trabajar la mejora de la autoestima de la persona que ha sufrido el maltrato. Lamentablemente, la Consejería de Educación metió ayer en un cajón esa guía y difundió una nota de prensa sobre la agresión a la escolar de Ermua que sólo merece reprobación. Lo primero que cabe señalar es que la actitud de tratar de esquivar las implicaciones de lo ocurrido no dice mucho de la capacidad para afrontar un problema que, más allá de matices sobre el lugar y día de la agresión y de la evidencia de que en esta violencia subyacen factores cuyo origen no está en las aulas, concierne de forma inequívoca al sistema educativo.

La Consejería se extiende en detalles sobre la presunta agresora y la víctima de la paliza que sólo vienen a añadir dosis de sensacionalismo a un suceso que exige un tratamiento bastante más escrupuloso. Pero más allá de esa primera actitud distante y fría, y de la posterior irresponsabilidad en el manejo del «currículum vital» de unos adolescentes, lo que resulta abiertamente denunciable, y debiera conllevar un reproche político al Departamento que dirige Tontxu Campos, es que llegue a estigmatizar a la víctima haciendo público que se le ha diagnosticado un trastorno y que «es conflictiva». ¿Qué pretende decir? ¿Que se merecía lo que pasó? ¿Que se trató de una pelea entre «inadaptados» que no debe importar al resto? ¿Eso es todo lo que puede ofrecer un departamento llamado de Educación?

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