Los arcanos del baloncesto europeo rezan que en este Top-16 hay que ganar en casa todos los partidos y, si puede ser, de paliza. En el encuentro por el control del grupo E, Tau Baskonia, cumpliendo a rajatabla los designios de deidades, popes y expertos, dio un buen repaso al Fenerbahce-Ulker, y eso que bajó marcha en el último minuto.

Los hombres de Neven Spahija saltaron a la cancha con el libreto bien aprendido. Impusieron su ritmo en ataque con Planinic al frente -aunque se cargó con tres faltas en diez minutos-, e infundieron el respeto debido a los jóvenes interiores de la plantilla otomana: Vidmar y Preldzic. En ataque, Teletovic tenía la muñeca «caliente» desde la distancia pero, por lo demás, los baskonistas martilleaban el aro turco mediante penetraciones y rápidas transiciones. Únicamente Solomon daba la réplica mediante acciones llenas de fuerza y calidad, pero sin hacer jugar a su equipo.

Bogdan Tanjevic rotaba y rotaba a sus hombres y probaba zonas, presiones y defensas de todo estilo para detener el chaparrón de juego baskonista, pero la buena circulación de balón -Planinic y Prigioni tienen la merecida fama de ser buenos manejadores de balón, pero Vidal, Rakocevic o Jasaitis saben también moverse con fluidez con el esférico en las manos- y la velocidad de ejecución -las zonas sufren casi tanto al poste bajo como desde el perímetro- dejaba con las vergüenzas al aire al Fenerbahce-Ulker. El conjunto gasteiztarra endosó 50 puntos en los 20 primeros minutos a su rival y si el partido no quedó visto para sentencia no fue sino porque los tres triples casi consecutivos de Kaan y los 12 puntos de Solomon mantuvieron al acecho a los turcos.

Susto de Mickeal

El tercer período empezó con el susto de la jornada. En pleno contraataque Pete Mickeal se paraba y, en la siguiente defensa, no seguía a su par. La sombra de otra rotura fibrilar sobrevoló Zurbano. El alcance de su lesión se sabrá hoy, a falta de la ecografía que se le va a practicar.

Por lo demás, el juego exterior gasteiztarra estalló en forma de triples consecutivos, mientras que Fenerbahce sufría por sostener el ritmo de anotación baskonista. Esas dudas en ataque se debieron a los efectivos ensayos en zona press de la plantilla gasteiztarra. Ello sumado a a la endeblez defensiva de los de Tanjevic, el partido estaba totalmente decidido al final del tercer cuarto: 74-56.

No quedaba sino cumplir el expediente, aunque hubo momentos de más tensión, como la injusta técnica a Prigioni. Los turcos bajaron los brazos ante un Tau Baskonia que, sin bajar el pistón sino en varias acciones pasadas de frivolidad, llegaron a una máxima de ventaja de 25 puntos. Sin embargo, en el último minuto los de Spahija se relajaron, de modo que la renta cayó al 103-84 final.