La natación revive cada cuatro años e intenta aprovechar los ciclos olímpicos para tener su momento de gloria. Esto no es Australia, un país que vive con pasión el deporte de la piscina, ni tampoco Estados Unidos, cuna de talentos en ésta y otras especialidades. A medio año de la inauguración de los Juegos de Beijing tres vascos pueden soñar con la posibilidad de introducirse en las aguas azules del espectacular y transparente centro acuático que se ha instalado en la capital china. Aunque de momento no haya nada confirmado, Ilune Gorbea, Arantza Plaza y Borja Iradier están en la pelea.

Ilune Gorbea no ha empezado con buen pie. Sus esperanzas de acudir al Campeonato de Europa en Heindoven se han evaporado. José Alonso, presidente del Easo, discrepa de los criterios que está utilizando Maurizio Coconi, seleccionador español, para elegir el equipo que en primavera disputará la cita continental. El donostiarra le ha pedido explicaciones «porque en el grupo que maneja al menos hay tres nadadoras con peor marca que las de Ilune», mantiene.

Gorbea cuenta que establecen unas mínimas tan exigentes que ninguno las hace «y luego se elige el equipo por criterio del seleccionador. Esa es la manera de no tener que justificar nada». No parece el ambiente idóneo para un deporte exigente y poco remunerado que muchos, como la guipuzcoana, practican porque todavía les divierte.

Aflora la tensión: «Hay mucho sacrificio diario, todo el mundo quiere ir a todos los sitios y cuesta mucho. La Federación Española no se sabe muy bien lo que está haciendo y mientras en muchos países se están consiguiendo grandes resultados, aquí no nos hemos acercado ni a nuestras mejores marcas personales. Algo falla», admite.

La más joven del relevo

Ilune Gorbea cree, sin embargo, que las relaciones entre compañeros son buenas e incluso ella mantiene la amistad con los de ahora y los de antes, las íntegrantes de aquel relevo de oro que metió el nombre del Bidasoa XXI en las tablas de récords del Estado español. Gorbea era la más joven de aquel equipo integrado además por Ane Saseta, Paula Cervantes y Miriam Puerta, que de vez en cuando repescaba a Maialen Olarra del Fortuna y a Olatz Altuna del Hernani. La irundarra, de 22 años, se curtió en el Bidasoa donde desarrolló la mayor parte de su carrera deportiva. Pasó por el CAR de Madrid y después abandonó el Bidasoa. Tuvo ofertas de clubes catalanes como el Sabadell y de asturianos como el Santa Olaia, pero decidió recalar en el Easo «porque Pepe Alonso se ha portado muy bien conmigo y además a mí me gusta representar a un club vasco».

Gorbea, instalada en Barcelona donde comparte piso con otras nadadoras, no ha encontrado condiciones en casa para seguir mejorando. A las órdenes del holandés Paul Wildeboer, padre de Olaf y Aschwin, dos nadadores con buenos resultados, entrena mañana y tarde en Mataró en una piscina descubierta aunque climatizada en la que se siente a gusto. Su estilo es el crol y esta temporada está centrada en los 200 libre, en los que el pasado año obtuvo la medalla de oro en el Campeonato de España «porque aparte de la mínima individual hay posibilidades de acceder con el relevo», dice.

Acaba de regresar de Slagstaff (Arizona) en donde ha permanecido tres semanas entrenando en altura con los hermanos Wildeboer y un par de nadadores catalanes como preparación para el Open de Mallorca de abril en donde se juega la clasificación para los Juegos Olímpicos. Trabaja por ir a Beijing y 85.000 metros semanales dan idea de la intensidad de su preparación americana.

Desde ahora apuesta a caballo ganador por el estadounidense Michael Phelps, propietario de ocho medallas en Atenas'2004 -seis de oro y dos de bronce-, pero tiene la sensación de que China, el país anfitrión, con eso de que juega en casa va a sacar talentos «hasta debajo de las piedras».