Desenganchados los jóvenes de la música acústica, de las apuestas íntimas canción a canción, del valor por el valor, James Taylor se dirige inexorablemente a una audiencia veterana, posiblemente fiel, muy fiel. «One man band» recoge 19 canciones tomadas de los últimos conciertos de Taylor en el Colonial Theatre de Berkshires, repartiendo su tiempo entre el sobrio ejército de notables composiciones que cierran su vida. El directo se resuelve en zapatillas de casa, pues resulta acogedor y cálido. Están los aplausos, Larry Goldings al piano, él y las historias que cuenta sobre las canciones y su pálpito interior. El hilo de cada historia se puede seguir en el DVD que acompaña a «One man band», filmación donde descubrimos que James es un gran monologuista. Si tomamos como ejemplo la canción «The frozen man» y seguimos las explicaciones de Taylor, sonreiremos varias veces a lo largo de los más de cinco minutos de recreación alrededor del hombre congelado. De hecho, él mismo advierte que la introducción ha sido más larga que la duración del propio corte. Sí, muy divertido, muy cómico, dominando los espacios, el qué contar y el cómo hacerlo. Si no se controla inglés, el DVD cuenta con subtítulos en castellano. Por lo demás, Taylor también nos demuestra que es un buen instrumentista, que sus dedos se mueven con soltura entre los arpegios y los acordes menos evidentes. El teatro es acogedor, buen sonido, todos sus éxitos y mucha sensibilidad.