«Aunque sea superviviencia, es mejor vivir de lo que te apasiona que currar»
Tras la traumática disolución de Kaos Etiliko, surge a primeros de la presente década Kaotiko, formación de Agurain, Araba, que ha conseguido situarse entre las propuestas más populares y compactas de toda la escena punk-rock. «Adrenalina» es el título de su nuevo álbum. Cedé donde las guitarras, el ritmo y la voz se convierten en un himno urbano repleto de colorido.
Pablo CABEZA | BILBO
Es día de ensayo. Son las 15,30 h. Jon se prepara para viajar de Gasteiz a Agurain. Es temprano, pero hay que aprovechar el tiempo, aunque luego te despiste una mosca. «Lo normal es que siempre quedemos unas tres veces a la semana. El problema llega cuando nos juntamos y pasa una mosca que uno quiere atrapar, el otro le ayuda y el otro también... Y así se nos puede ir el ensayo. Con todo, siempre cae algún repertorio completo, porque, eso sí, cuando nos ponemos solemos ser bastante serios», explica Jon, quien intuye que esta tarde tiene que ser provechosa, pues el fin de semana se toca y, además, se inicia gira.
El resto de componentes llegarán de Ziordia, donde viven los hermanos Aguayo -Alfonso y David, ambos guitarristas-, de Etxarri, de donde proviene Xabi Aldaz (batería) y esperándoles en el mismo Agurain estará Josu Fonta, bajista de la banda.
Kaotiko presentan «Adrenalina». Un viaje por los nervios del punk-rock que termina en intermitentes electroshock de tres minutos. Toda la energía tomada del local de ensayo, las emociones recibidas en las decenas y decenas de conciertos de cada temporada confluyen en «Adrenalina», trece canciones con mandíbulas de acero. Espacio en el que los instrumentistas de la banda demuestran desparpajo, clase y chulería. Efecto que se dramatiza aún más con sus soleados y optimistas directos. A Jon le corresponde liderar el vértice del quinteto, labor que asume con autoridad gracias a su batería de recursos.
El disco anterior lo grabaron para una multinacional. ¿Les ha dado tiempo para descubrir cómo es ese mundo?
Cuando fichamos con Universal, la sensación que tenía el grupo era que, al estar en una compañía tan importante, se nos podría escuchar en muchos más sitios. Al fin y al cabo, así es cómo se consigue que luego te llamen para tocar. Una vez en la discográfica ves que aquello es una inmensa cadena en la que si no estás subido (cosa imposible) es muy difícil que las cosas se hagan bien. Como no hubo la dedicación que esperábamos, decidimos marcharnos. Eso sí, dejando algún amigo que otro.
Son músicos y currelas. ¿Qué es más complicado: tener un sueldo digno de asalariado o vivir de la música?
Realmente es muy complicado vivir de la música, pero siempre es más gratificante - aunque hablemos en términos de supervivencia- vivir de algo que te apasiona que no tener que ir a currar todos los días como un cabrón y, encima, como suele ocurrir, sin que te guste lo que haces.
Tras las primeras turbulencias personales a raíz de los problemas surgidos en Kaos Etíliko, da la impresión de que se han convertido en una buena pandilla de amigos.
Esa es una de nuestras grandes bazas. Desde el primer momento hubo muy buen rollo entre todos y poco a poco se ha convertido en amistad. Si no quedamos para tocar, quedamos para vernos o para preparar alguna cenita que otra.
Ensayan en Agurain. ¿Pueden permitirse un local para ustedes solos? ¿Es acogedor?
Lo bueno de estar en Agurain, a parte de otras cosas, es que puedes permitirte un buen local de ensayo por el mismo precio que si ensayas en la ciudad y te alquilan un espacio pequeñito donde no caben ni los colegas. Es nuestra casa y, como tal, la tenemos dividida en dos zonas: la de ensayo y la recreativa, donde los ordenadores nos recuerdan, en ocasiones, que siempre hay algún e-mail que contestar o algo que hacer con ellos. Casi siempre es un ir y venir de visitas de todo tipo. Posiblemente nuestro local sea uno de los principales alojamientos musicales del pueblo.
En el disco ha colaborado Evaristo y le han colocado en un tema a la altura de lo mejor de los pollos. ¿Suelen ver al resto de La Polla por el pueblo?
Entre el local de Gatillazo y el nuestro hay unos veinte metros, contando con la esquina que hace que cada uno estemos en un lado, así que lo normal es que nos veamos cuando llegamos ambos grupos de tocar a las tantas de la mañana. Si pasamos una temporadita sin vernos, siempre quedan las visitas. Al resto de «los pollos» es casi imposible verles, ya que estamos en un polígono y por aquí es raro que uno pasee. Abel es el único que aparece por el local de vez en cuando, sigue tocando con un grupo de amigos y el resto, haciendo su vida.
¿Tienen relaciones con grupos de la zona, hay colegueo, buenas relaciones?
Casi todos los grupos que hay en Agurain son amigos nuestros. Algunos músicos cambian de un grupo a otro, pero el espíritu de La Polla está en todos los locales y la mayoría se lo curra para poder seguir la estela que nos dejaron.
El estilo está muy perfilado, ¿existe alguna norma para no romper el equilibrio?
Casi siempre trabajamos igual: unos acordes previos buscando buenos coros, estrofas melódicas y que todo suene contundente. Luego se arregla todo, y al horno. No funcionamos con normas, nos dejamos llevar y esto, lo que mostramos en nuestros álbumes, es lo que va saliendo.
¿A qué parte de la canción le suelen atacar primero: la línea vocal, los estribillos...?
Quizá no sea muy habitual, pero nos gusta empezar por el estribillo, porque éste define bastante bien cómo puede ser la canción. Una vez acotado el estribillo, esto nos ayuda a buscar la melodía que necesitamos. Ahora, si tenemos una buena estrofa, pues vamos a por ella.
¿La vida es punk?
La vida es como cada uno quiere que sea. Lo ideal sería que cada uno la viviese de la manera que le haga sentir mejor. Nosotros somos felices.
«Lo normal es que quedemos unas tres veces a la semana. El problema llega cuando nos juntamos y pasa una mosca que uno quiere atrapar, el otro le ayuda y el otro también...»
«Algunos músicos cambian de un grupo a otro, pero el espíritu de La Polla está en todos los locales de Agurain y la mayoría se lo curra para seguir la estela que nos dejaron»
Han tocado en cientos de conciertos, ¿alguna vez les ha tocado vivir una experiencia del más allá?
Desde el año 2000, que nos juntamos, y con más de 400 bolos, las anécdotas son infinitas. Una de las más fuertes nos ocurrió en Barcelona. Estábamos pasando noche en un hotel al lado de Montmeló y una de nuestras habitaciones comenzó a arder. Al día siguiente, a declarar y después otra vez de bolo. En cuanto a conciertos, las peripecias son múltiples. En uno de ellos recuerdo que comenzamos a tocar con el escenario a un determinado lado del recinto, para terminar con el escenario al otro lado.
No tienen ninguna balada, ¿no existe el romanticismo?
Bueno, veámoslo desde otro punto de vista: quizá tengamos tanto romanticismo en nuestras vidas que a la hora de componer nos vamos por otros cauces (risas).
¿Si les dijeran para participar en el tributo a un grupo vasco, estatal e internacional, a qué grupos homenajearían?
Sin duda que nuestro homenaje sería para La Polla, por acercamiento y estilo musical y, después, Kortatu, Barricada y Cicatriz, grupos con los que los cinco hemos crecido.
¿Y siguen la tradición futbolera de La Polla Records?
Lo cierto es que nos gustan más otros deportes, aunque sin que nosotros seamos adictos a ninguno. En todo caso, quizá sea el Basconia el que muchas veces consiga que nos reunamos o busquemos una tele cuando estamos de concierto.P. C.
Fecha: Sábado 15.
Lugar: Plateruena, de Durango.
Precio: 8/10 euros.
Hora: 22.00 h.
Próximo: 22 de marzo. Sala Lur de Elizondo.
Grupo: Kaotiko.
Título: «Adrenalina».
Fecha salida: Ya editado.
Discográfica: Oihuka.
Estilo: Punk-rock.
Título: «Adrenalina».
Contacto: <www.kaotiko.com>.
«Quizá no sea muy habitual, pero nos gusta empezar por el estribillo porque define cómo puede ser la canción. Una vez acotado, esto nos ayuda a buscar la melodía que necesitamos»
«Recuerdo que en un concierto comenzamos a tocar con el escenario a un determinado lado del recinto, para terminar con el escenario al otro lado»