La Casa Blanca asegura que nadie en el Gobierno busca la guerra con Irán
La Casa Blanca aseguró ayer que ningún miembro de la Administración Bush busca la guerra con Irán y negó que la dimisión del almirante William Fallon, jefe de las operaciones militares estadounidenses en Oriente Medio y Asia Central, se haya debido a su oposición a la política del presidente de EEUU respecto a la República Islámica. Sin embargo, la portavoz de George W. Bush insistió en que éste se reserva cualquier opción en esta cuestión.
GARA |
Dana Perino, portavoz del presidente de EEUU, George W. Bush, salió al paso ayer de las especulaciones suscitadas tras la dimisión el martes de William Fallon como comandante en jefe del Comando Central Estadounidense -encargado de todas las operaciones de las Fuerzas Armadas de EEUU en Afganistán, Irak, el Cuerno de África y Oriente Oriente-, al subrayar que nadie en el Gobierno busca una guerra con Irán. No obstante, matizó que Bush «no ha retirado ninguna opción de la mesa» , aunque explicó que el que se reserve la posibilidad de recurrir a la fuerza favorece los esfuerzos puramente diplomáticos destinados a convencer a Irán de que renuncie a sus actividades nucleares más sensibles.
Para el presidente Bush, «el hecho de que todas las opciones estén sobre la mesa, ayuda a la labor diplomática, la vuelve más eficaz». Y añadió que «no hay divergencias en el Gobierno» respecto a esta cuestión, «no hay nadie en esta Administración que sugiera otra vía que la diplomática en relación a Irán»,.
Perino trato de zanjar así las hipótesis en torno a la dimisión de Fallon, que apuntaba a su oposición a un posible ataque militar contra Irán. Rechazó las acusaciones de los demócratas, según las cuales Bush empujó al almirante a dimitir porque no soporta la oposición. «Es absurdo», dijo Perino. Sin embargo, implícitamente reconoció que existía un problema con el almirante Fallon al informar de que Bush había pedido al secretario de Defensa, Robert Gates, que «se ocupara de la cuestión y lo hiciera dentro del Pentágono».
Añadió Perino que por «la cuestión» entendía la situación causada por las divergencias expresadas por Fallon, quien frecuentemente habría estado en desacuerdo con el general David Petraeus en relación a Irak, además de haber evidenciado en un reciente artículo en «Esquire» las relacionadas con Irán.
El Ejército de EEUU anunció ayer haber dado muerte a varios miembros de una «milicia criminal» que el martes se enfrentaron con tropas iraquíes en Kut, matando a diecisiete personas, entre ellos cinco niños y un estudiante. La Policía iraquí informó de la detención de los supuestos responsables del enfrentamiento en varias redadas en esa localidad, uno de los bastiones del Ejército de el-Mahdi, la milicia del clérigo chií Moqtada al-Sadr. El director de la oficina de al-Sadr en Kut, sin embargo, aseguró que se trataba de «forajidos» sin relación alguna con el movimiento del clérigo.
La coalición invasora dirigida por EEUU, que no menciona al Ejército de el-Mahdi, no da ninguna precisión sobre esa supuesta «milicia criminal». Moqtada al-Sadr renovó el pasado mes su compromiso de alto el fuego, aunque el pasado fin de semana dijo que sus seguidores podían defenderse si eran atacados.
Además, al menos dos personas murieron y 26 resultaron heridas en varios atentados en Bagdad y tres soldados estadounidenses fallecieron en un ataque contra una base militar cerca de al-Nasiriyah y un cuarto, la víspera en un atentado en Diwaniyah.
Dos mujeres y dos niños murieron y un tercer menor resultó herido el lunes en el sur de Afganistán durante una operación de la OTAN contra supuestos insurgentes talibán, según informó la Alianza.
Según un comunicado de la fuerza internacional de la OTAN, durante la operación un grupo de insurgentes atacó a las fuerzas de la ISAF, que respondieron a los disparos, alcanzando a un grupo de civiles.
Estas muertes sucedieron días después de que varios civiles fallecieran en una operación de rastreo de la OTAN en la provincia de Helmand, en el sur del país.
La ISAF informó, además, de la muerte de varios supuestos talibán en combates con tropas de la OTAN y fuerzas de seguridad afganas en la provincia de Kunar.
Otro civil falleció ayer como consecuencia de un atentado suicida con coche bomba al paso de un convoy de la OTAN en la sureña ciudad de Kandahar. El objetivo del atentado era el contingente canadiense.
2007 fue el más sangriento en Afganistán desde el inicio de la invasión, con unos 6.300 muertos víctimas de la violencia. Más de 500 eran civiles que fallecieron en operaciones de las tropas extranjeras.
