Maider IANTZI

La Cervecería Paulamer Donosti, que se encuentra en la calle San Vicente, abrió sus puertas en vísperas de San Sebastián y el temporal la ha destrozado. Se ha perdido toda la comida y bebida almacenada en los congeladores de abajo. Ayer por la mañana recibieron la visita de Sanidad, que les comunicó que tenían que tirar todos los productos. Cuando GARA charló con los trabajadores estaban sacando botellas y cajas reple- tas de comida perdida. Ya empezaba a oler a podrido. El suelo es de madera y no sabían lo que sucederá con ella. Además, habían insonorizado todo, y para hacerlo otra vez se debería levantar todo.

El lunes se acostaron tranquilamente y a las 6.30 les despertó la trabajadora que había acudido al local a limpiarlo. «Inma, que está entrando agua», avisó. Inma pensó que habría explotado alguna tubería. Esta mujer de Errezil vive en Aldamar y desde su casa pudo ver cómo estaban apilados los vehículos en Soraluze. El agua había entrado hasta los baños de Paulamer y en la parte baja, donde se encuentran el motor y los congeladores, había alcanzado un metro de altura. «No sé cuántos miles de litros habrán sacado los bomberos», exclamó Inma. Todavía ayer estaban sacando agua. Los contadores también están abajo y hasta el mediodía estuvieron sin luz. «Hacer fotografías y sacar todo, no podemos hacer más. No nos podemos arriesgar. Si el bar es viejo, puedes salir bien y puedes aprovechar para pintarlo o hacer alguna otra reforma. Pero en mi caso, no necesito abono, quiero dejar todo como estaba», explicó. Por la mañana había acudido a la oficina que puso en marcha el Ayuntamiento para atender a los ciudadanos dañados por el temporal.

Por esta oficina, ubicada en la Casa Consistorial, pasaron durante la mañana una veintena de personas afectadas, además de numerosos medios de comunicación. Hasta el punto de que en algunos momentos eran más los periodistas que los ciudadanos. En las dependencias de la Policía Municipal atendieron a otras 20 ó 25 personas. Los trabajadores afirmaron que sin seguro no se pueden recibir ayudas económicas. «Algunos no tienen ninguna posibilidad. Por ejemplo, el coche estropeado tiene que tener seguro de terceros y lunas, y en el caso de las motos también se pide seguro».

Lo que se hace en estas oficinas es informar y dirigir al ciudadano al Consorcio de Seguros, explicándole qué pasos debe dar, qué documentación tiene que presentar... También se facilitan otros trabajos. Por ejemplo, los servicios de Sanidad estaban visitando ayer los bares y establecimientos dañados y se tenían que hacer los inventarios. Había bares y comercios que debían sacar sus productos y se habilitó un servicio de furgonetas para trasladar el material perdido a la basura. Los trabajadores se encontraron en las oficinas con todo tipo de casos, desde una pareja mayor que se había quedado sin vivienda, hasta un comerciante que perdió su tienda recién inaugurada, como le pasó a Inma. Esperaban más afluencia de gente para hoy, ya que ayer muchos se encontraban en plena faena de limpieza, como fue el caso de María Antonia y Mariaje, de la calle 31 de Agosto, una de las más castigadas, ya que se hundieron portales y bajos.

Las dos trabajadoras estaban recogiendo y limpiando la ropa y los adornos tirados para que el comercio volviera a estar en condiciones. «El agua llegó hasta el fondo de la tienda y llegó a alcanzar 35 centímetros de altura; a la entrada incluso más. Tenemos mucho trabajo», aseguraron. Admitieron que el fuerte viento y las enormes olas «nos pillaron totalmente por sorpresa». «Mogollón de veces vienen olas fuertes, pero no esperas destrozos así. El agua arrastró todos los objetos y los tiró al suelo». Pasaron el día de ayer con el susto metido en el cuerpo, temiendo que volviese a pasar, y colocaron una gran tabla en la puerta para hacer frente al temporal.

En el centro de belleza Eneritz, en la calle San Vicente, se restableció ayer la normalidad después de permanecer el local cerrado el martes. La trabajadora Oihana relató cómo se adentró el agua obligándoles a interrumpir el servicio de solarium y cera y dejándoles sin ordenadores. «Parece que el suelo está en buenas condiciones y tenemos otra vez todo en marcha. Por la mañana ha venido el electricista y enseguida se ha restablecido la normalidad».

Al igual que la Parte Vieja, el paseo de la Concha resultó especialmente afectada por el mar y el fuerte viento. El Club Atlético, la discoteca La Rotonda y La Perla, por ejemplo, sufrieron cuantiosos daños. Marta, del Club Náutico, señaló que los destrozos ocasionados no fueron tan grandes como parecían al principio. «Sacamos el agua rápido y a la tarde no nos volvió a entrar. Ahora es tiempo de hacer presupuestos y organizar gremios para solucionar los problemas», explicó. Aunque está en primera línea de mar, el Aquarium no sufrió daños. Xabier Lasaga comentó que las olas suelen venir al edificio transversalmente. Además, como se están realizando obras, la parte que da al puerto está vacía. Los comercios y bares del paseo del muelle tampoco tuvieron que lamentar destrozos.

La reparación del socavón

El alcalde, Odón Elorza, indicó que los desperfectos sufridos en los bienes eran difíciles de cuantificar. Además de un gran socavón en la escollera del Paseo Nuevo, que bordea el monte Urgull, se registraron importantes daños en numerosos puntos de la franja litoral de la ciudad, en el mobiliario urbano, así como en locales, bajos, garajes, motos y coches, además del hundimiento de medio centenar de pequeñas embarcaciones en el muelle. Elorza explicó que los equipos técnicos examinaban ayer con detalle los destrozos producidos y los servicios de limpieza trabajaban para restablecer la normalidad en las calles de la ciudad. Agregó que el Ayuntamiento costeará la reparación del socavón del Paseo Nuevo y que, para agilizar al máximo las obras, ha solicitado al Departamento de Costas del Ministerio español de Medio Ambiente que se encargue de contratar un proyecto y acometa con celeridad las actuaciones a fin de arreglar los desperfectos producidos por el temporal.