La pintora irundarra Menchu Gal falleció ayer a los 90 años de edad. Nacida en Irun en 1918, fue una de las personalidades que renovó la pintura de la postguerra y, pese a haber vivido en lugares como París y Madrid, nunca olvidó la localidad gipuzkoana donde dio sus primeros pasos en el arte, de la mano de Gaspar Montes Iturrioz. Obtuvo el Premio en el Certamen de Artistas Noveles de Gipuzkoa en 1932 y, cuando cumplió 15 años, se trasladó a París, donde recibió clases del maestro del cubismo Amédée Ozenfant y descubrió a Matisse y el fauvismo. Asimismo, fue la primera mujer que recibió el Premio Nacional español de Pintura, en 1960.

Alumna de Daniel Vázquez Díaz, e influenciada por los paisajes de Benjamín Palencia, en su obra pictórica destacan los paisajes del Bidasoa y de la Mancha, estos últimos realizados en tonos dorados. En menor número, también ha realizado diversos retratos.

Su obra se ha expuesto, además de en Euskal Herria, en lugares como Venecia, Bruselas, Madrid, Nueva York y Lisboa. Además, sus cuadros forman parte de las colecciones del Museo Bellas Artes de Bilbao o del Reina Sofía, sito en la capital española.

Premio Manuel Lekuona

La Diputación Foral de Gipuzkoa le otorgó en 2005 la Medalla de Oro de Gipuzkoa y, un año más tarde, se convirtió en la segunda mujer en recibir el premio Manuel Lekuona que otorga Eusko Ikaskuntza desde 1983 como reconocimiento a las personalidades de la cultura vasca por el interés y el significado especial de sus obras. La primera mujer en recoger este galardón fue la historiadora alavesa Micaela Portilla.

Menchu Gal realizó en 2005 una exposición antológica de su obra en Irun, su localidad natal, en la que se reunieron cincuenta cuadros de todas las épocas de su trayectoria artística. Entre los trabajos expuestos en aquella ocasión se pudo contemplar, por ejemplo, el primer lienzo que pintó la autora, titulado «Gaingainean», como la casa familiar.

En aquella ocasión, el comisario Iñaki Moreno Ruiz de Eguino elaboró una biografía de la autora en la que destacaba que se trataba de «una mujer muy euskaldun, de carácter, nada apoquinada». Así, recordaba que ya desde niña Gal mostró inquietudes artísticas. «No quería ser una ama de casa, quería ser una mujer especial, y lo ha conseguido, luchando con horror. Porque también ha vivido tiempos muy duros».

Un museo con su nombre

El Museo Menchu Gal de los Pintores del Bidasoa, que se ubicará en el palacio Sancho de Urdanibia de Irun, acogerá la obra que la pintora decidió legar a su localidad natal. Este nuevo museo pretende convertirse, con el tiempo, en un lugar de muestra de todos los pintores de la comarca del Bidasoa, según explicó en su día el alcalde de esta localidad, José Antonio Santano, que ayer lamentó la muerte de la pintora en declaraciones a Radio Euskadi.