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AMATEUR | Protagonista

Enrique Sanz: «Me gusta dar pedales, sufrir y ganar»

El debutante del Lizarte buscará sus oportunidades en el Lehendakari. Su objetivo es «aprender» y no piensa en ser profesional «en este momento».

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Unai IRARAGORRI | BILBO

A la sombra de Andrey Amador hay un ciclista en el Lizarte que ha debutado y que ha comenzado a crecer a la sombra del costarricense. Se trata de Enrique Sanz, actual campeón de España juvenil. Ya ha destacado en el Lehendakari, fue tercero en Lizartza, y su objetivo es disfrutar de la bicicleta y «aprender». Apenas lleva cuatro años con un maillot, pese a provenir de una familia de tradición ciclista, y apunta muy buenas maneras.

Su balance en este inicio de temporada es bueno. «Estoy bastante contento», afirma. Le ha tocado trabajar en el Euskaldun y Sub 23, pero no ha desaprovechado sus oportunidades en el Lehendakari. De hecho, terminó tercero en Lizartza.

«Tengo la espinita clavada de que podía haber ganado. Noel Martín llegó desde atrás y me sorprendió. En Ereño me encontraba fuerte pero no me salió nada», lamenta el de Orkoien.

Destaca que ha notado «mucho» el cambio de juveniles a amateur, sobre todo, en Asteasu. «En el Lehendakari se nota, pero no tanto, son carreras muy alocadas como en juveniles; en el Euskaldun se trabaja más en equipo», explica.

Así que Sanz tratará de destacar en el Lehendakari. «Creo que puedo ganar alguna carrera, aunque no tengo presión, el equipo no me exige nada ni yo tampoco, mi objetivo es pasármelo bien, estar a gusto y disputar todo lo que se pueda», aclara. «Por encima de los resultados quiero aprender a correr con los mayores», añade.

A sus 18 años, tiene las ideas claras y los pies en el suelo y no piensa en quimeras. «No sueño con ser profesional en este momento. Hago ciclismo porque me gusta dar pedales, sufrir y ganar. No me gusta cómo está ahora el ciclismo, el tema del dopaje me echa bastante para atrás», señala.

El imperdible y los isquios

Sanz ha confirmado las cualidades de juvenil cuando el año pasado se proclamó campeón de España en Onda (Castellón). Por cierto, que nos confirma una anécdota. «A falta de cinco kilómetros tenía calambres en los isquios. Con el imperdible del dorsal me pinché con la punta cinco o seis veces en la parte de atrás. No sé si será sicológico o real, pero funciona».

Por tradición familiar, Enrique no podía ser otra cosa que ciclista, aunque recuerda que antes fue futbolista. En la bicicleta no empezó a competir hasta cadetes de segundo año. «No soy escalador puro, pero me defiendo y soy rapidillo», dice.

Sobre Amador nos habla maravillas. «Tiras con todas las fuerzas porque sabes que va a ganar. En cuatro años estará disputando carreras en profesionales, si no en dos. Nos deja alucinados a todos los del equipo y al propio director».

Por cierto, que también nos confirma la apuesta entre la plantilla del equipo y su director Manolo Azcona. «Se comprometió a dejar de fumar si ganábamos 20 carreras, y estoy seguro que lo hará porque es un hombre de palabra». También destaca a Iban Latasa, «un hombre para todo, igual gana una carrera como corredor que como director», bromea.

Sanz Unzue, una familia de gran tradición ciclista

Sus apellidos Sanz y Unzue están muy ligados al ciclismo. Su padre Enrique fue mecánico durante nada menos que 23 años, entre 1980 y 2003, primero en Reynolds y después en su continuación Banesto, y ejerció esa labor en 21 Tours, 23 Vueltas y cuatro Giros, y coincidió por tanto con el reinado de Indurain. El hermano de Enrique, Jorge, fue amateur y dos de sus tíos son Eusebio Unzue, mánager del Caisse d'Epargne, y Juan Carlos Unzue el que fuera portero de Osasuna y que ahora ejerce de entrenador de porteros en el Barcelona. «Mi padre es el mejor consejero a nivel personal y sicológico», destaca.

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