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El alza de los precios lleva a investigar en los mercados

Varios estados analizan los mecanismos que encarecen la compra

Cada vez más voces piden que se mire con lupa la cadena que lleva hasta la cesta de la compra ante la sospecha generalizada de que empresas distribuidoras e intermediarios son los principales responsables de su encarecimiento. La UE lo recomienda y el Estado francés ya lo investiga.

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Estamentos oficiales ven cada vez con más preocupación el alza de los precios, más cuando afecta a productos alimentarios de primera necesidad y su efecto en las economías domésticas se suma al de otro gasto inevitable, también en carrera ascendente en nuestro entorno, las hipotecas.

La cuestión preocupa y ya hay quien se ha propuesto hurgar en los mercados para saber por qué hay productos que no paran de encarecerse y por qué lo hacen, además, de manera espectacular. En ese trance se encuentran productos como la leche, la harina de trigo y el pollo, que en el caso del Estado español, por ejemplo, registraron subidas de entre el 25,85% y el 16,3% en sólo un año.

En el Estado francés, la cuestión es una preocupación de primer orden para la ciudadanía, y el Ejecutivo se ha puesto manos a la obra para investigar qué hay detrás de las subidas. El Gobierno francés ha anunciado la puesta en marcha de una investigación ante lo que considera «abusos» de los industriales y de las grandes superficies. El propio presidente de la República, Nicolas Sarkozy, afirmó recientemente que lo que está ocurriendo «no es normal» y prometió mano dura para atajar subidas de precios, que fueron entre un 5% y un 30% superiores a las de otros mercados europeos.

La Dirección de Competencia, dependiente del Ministerio francés de Economía, empezará por investigar a las centrales de compra para examinar los precios de veinte pro- ductos alimentarios corrientes. El objetivo, según precisa París, es aclarar qué parte de las subidas «son atribuibles a los cursos internacionales, por una parte, y a los márgenes de transformación, intermediación y distribución, por otra parte».

Coincidiendo con la apertura de la investigación, la misma Dirección de Competencia examina la actuación de nueve grandes fabricantes de productos de limpieza e higienes, a quienes considera sospechosos de pactar los precios en el Estado francés. Entre las firmas investigadas figuran Proc- ter&Gamble, Henekel, Colgate-Palmolive, Rickitt Benckiser o SC Johnson, según ha publicado el diario «Le Figaro».

Según el mismo rotativo, fue el grupo norteamericano Johnson el que confesó hace dos años este tipo de prácticas y señaló asimismo a sus cómplices. La empresa se acogió al llamado «procedimiento de clemencia», de forma que es más fácil conseguir un acuerdo después de admitir los pecados y los de sus antiguos cómplices. Habrá que esperar al menos un año para conocer las multas, que pueden alcanzar hasta e 10% de su cifra de negocios.

También la Comisión Federal de la Competencia alemana investiga a siete productores de dulces y chocolate debido a la sospecha de que ha existido un acuerdo de pre- cios ilegal entre ellas. Los investigadores registraron las oficinas de las compañías, cuyo nombre no se hizo público. Según «Financial Times Germany», las compañías Kraft Foods, Mars, Nestl, Ferrero, Ritter y Storck se encuentran entre las empresas investigadas.

La Comisión Europea también sospecha de empresas distribuidoras e intermediarios como principales responsables de este encarecimiento y relativiza el impacto que puedan tener los precios de las materias primas agrícolas necesarias en los procesos de fabricación en la inflación.

En este sentido, el portavoz de la Comisión para cuestiones agrícolas, Michael Mann, aseguró que «se han constatado subidas bastante importantes en los supermercados» de la Unión Europea, pero rechazó que Bruselas deba implicarse en otras medidas sobre el control de precios y aseguró que son los estados en el ejercicio de sus competencias quienes deben investigar si los precios con los que los productos salen al mercado se pactan de antemano.

La culpa es de la especulación

Sin embargo, un estudio reciente encargado por la Comisión Europea insiste en que los precios de materias primas como cereales o carne tienen un efecto limitado en el encarecimiento de los alimentos para el consumidor y ha apuntado que puede atribuirse también a la especulación en los mercados.

La repercusión de los precios de las materias primas en lo que paga el ciudadano o en la inflación es pequeña, si se comparan con otros costes de producción o con otros factores, según un informe del Ecofin.

El estudio advierte de que las reformas de la Política Agrícola Común (PAC) que negocia la UE, «con subidas de cuotas lecheras o la supresión de determinados apoyos, no van a mejorar la inflación en el consumo de alimentos a corto plazo porque hay que analizar factores como la concentración de la distribución».

El Ejecutivo de la UE señala que el alza de los precios se podría atribuir a la presión por la escasez de oferta de productos agrícolas, pero también «a la especulación en mercados de derivados», según el estudio de la Dirección de Economía de la CE.

Examen de Bruselas

Bruselas insiste en que la concentración de los sectores a la distribución y venta minorista determinan la repercusión en el consumidor del precio de la materia prima. La Comisión recuerda los incrementos que han experimentado los precios, más acentuados desde el verano, momento en el que el trigo se encareció un 80%, la mantequilla un 50% y la carne de ave, otro 50%.

Los motivos principales fueron la escasez de cosechas en países como Australia o Argentina, así como el aumento de la demanda de carne y lácteos por parte de países emergentes como India, Brasil y china.

La Comisión Europea señala que en el segundo semestre de 2007 aumentó el impacto de los precios agrícolas en la inflación del IPC armonizado, en los países de la zona euro, pero apunta que la repercusión de las cotizaciones en origen en el precio al consumidor es baja.

Además, influyen más los costes laborales y energéticos en el precio final del alimento. Por otra parte, los alimentos tienen un peso relativamente bajo en los índices del IPC (el 20% incluyendo alcohol y tabaco).

En alimentos frescos, la CE apunta que desde octubre la inflación se ha situado en un 3,1%, aunque en este caso influye la estacionalidad de productos como las frutas o verduras, aunque también el encarecimiento de la carne. En transformados, (incluidos el alcohol y le tabaco) la inflación llegó al 5,1% en diciembre y distingue dos catego- rías: grupo de pan y cereales, donde llegó al 7,1% (frente al 2,8en agosto), y el queso y los huevos, que pasó del 0,7% al 11,1%.

 

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