Mena reconoció ayer que su gol del domingo ante el Córdoba fue una especie de doble liberación, colectiva y personal, y es que, por un lado sirvió para que el equipo no cayera en los atosigantes puestos de descenso y por otro le sirvió a él para resarcirse tras una temporada demasiado irregular.

«Conseguimos los tres puntos en el encuentro del Nuevo Arcángel y yo me reencontré con el gol, por lo que el ambiente ha cambiado un poco, a mejor. Estábamos en una situación complicada, tanto el equipo como yo, y por eso el resultado del pasado domingo fue perfecto para todos, sobre todo después de ver que todos los equipos que están por abajo también ganaron sus respectivos partidos», explicó el de Talavera.

Tras un comienzo de temporada esperanzador, el rendimiento del centrocampista ha descendido mucho, hasta el punto de desaparecer incluso de las convocatorias. En Córdoba volvió a disputar un buen partido y espera que le sirva para recuperar la confianza perdida en este tiempo, tanto en su caso como en el colectivo. «Ha cambiado todo, el equipo está más fuerte y ahora queda pegar el apretón final en casa y llegar a una posición en la que nos merecemos estar», señaló.

En el plano deportivo, José María Salmerón entrenó ayer a puerta cerrada en una sesión con las bajas de Stevanovic, Aganzo y Lacen, además de las ya sabidas de Mateo, Cabrera y Casar. El esloveno está con su selección y se espera poder contar con los otros dos el sábado.