Tras semanas de rumores, la división automovilística del gigante indio Tata Motors ha logrado cerrar un acuerdo con la compañía norteamericana para hacerse con el control de las dos marcas británicas por un valor de unos 2.300 millones de dólares, según un comunicado difundido por la empresa india. El acuerdo definitivo incluye la adquisición de las plantas y los derechos de propiedad intelectual de las dos marcas, que pasarán a ser propiedad de Tata Motors «al final del próximo trimestre», es decir, alrededor de junio.

«Estamos muy satisfechos con las posibilidades de Jaguar y Land Rover como una parte importante de nuestro negocio de automoción», manifestó el presidente de la compañía india, Ratan N. Tata.

Señaló que su grupo tiene un «enorme respeto» por Jaguar y Land Rover, y aseguró que luchará por «preservar el patrimonio» de los dos buques insignia del automóvil que hasta ahora tenían apellido anglosajón.

Ford compró Jaguar en 1989 por 2.500 millones de dólares y un año después adquirió Land Rover por 2.750 millones, cantidades sensiblemente superiores a la que ingresará este año por deshacerse de ambas firmas.

La venta de Jaguar y Land Rover deja ahora al grupo Ford con las operaciones que considera centrales para su negocio, con la marca Ford como el gancho que proporciona cifras masivas de ventas, Lincoln la marca de lujo, Mercury para versiones especiales de modelos de Ford y Volvo como marca europea distintiva. Además, mantiene una participación minoritaria pero muy rentable en la japonesa Mazda.

Esta venta, junto con otras realizadas en los dos últimos años por Ford -tanto de marcas como de instalaciones consideradas no esenciales-y sobre todo el acuerdo laboral alcanzado en EEUU a finales del 2007 con el sindicato United Auto Workers, deja a Ford en posición para finalizar su reestructuración.

La operación también liquida el que otrora fuera su imperio en terreno británico y que en su apogeo estuvo formado por Aston Martin, Jaguar y Land Rover. En todas estas transacciones, Ford ha perdido dinero.

El fabricante nunca ha desglosado los resultados económicos de sus marcas pero el año pasado, el periódico ``The Detroit News'' se hizo con unos documentos de la compañía que revelaron que Jaguar perdió 715 millones de dólares en 2006 y que los números rojos para 2007 y 2008 serían de 550 y 300 millones de dólares respectivamente.

Compras internacionales

Ante estas cifras y la complicada historia de las marcas británicas, no es de extrañar que la publicación económica estadounidense ``Fortune'' titulase la venta de Jaguar y Land Rover con un «Tata compra 40 años de problemas».

El acuerdo de adquisición cerrado ayer es el último de una larga serie de grandes compras internacionales con las que Tata se ha hecho ya un nombre en la lista de grandes empresas con implantación exterior.

Hace poco más de un año, su filial siderúrgica, Tata Steel, fue la vencedora en la puja por la compañía europea Corus, con una oferta de adquisición final de 13.000 millones de dólares, que significaron la mayor operación de compra de una compañía india en el exterior. Su división hotelera, propietaria de los fastuosos establecimientos Taj, ha salido de compras por Europa, Oriente Medio e incluso EEUU, según la agencia IANS.

«Desde las tecnologías de la información y el té, hasta los coches y el acero, las compañías de Tata despliegan sus alas para encontrar un sitio en el mundo global», dijo Ratan Tata.