Tan cerca y tan lejos. El Bilbao Basket vio ayer cómo le robaron su «victoria imposible» ante un Real Madrid, al que todavía nunca ha podido vencer, por una decisión arbitral. Tras haber aguantado como pudo ante un líder superior con un felipe Reyes excelso, la fe de los últimos minutos permitió a Recker volver a tener el tiro de la victoria en el último segundo, que esta vez no entró porque fue taponado ilegalmente -el balón estaba en clara trayectoria descendente- por Hervelle sobre la bocina.

La recuperación de sus constantes vitales, defensa, corazón e intensidada, permitió a los de Vidorreta tener en sus manos un partido que pareció perdido en muchos minutos. Con enormes problemas para anotar desde el perímetro, las 13 pérdidas, los 9 rebotes ofensivos cazados por un Madrid con un Felipe Reyes enchufadísimo y la incapacidad de los bases para mover al equipo, el 32-41 del descanso no invitaba al optimismo.

Sin embargo, desde la mejora de Salgado, la irrupción de Vázquez y el nefasto partido de Papadopoulos, los vizcainos se agarraron al choque en el último cuarto con una desventaja (56-61) asumible. Los siete ataques fallados consecutivamente al inicio del último acto fueron otro obstáculo superado a base de defensa, de los triples de Vázquez y de otro robo de Salgado que reducían la renta blanca a la mínima expresión. Incluso pudieron sobreponerse a una canasta de Mumbrú a falta de cuatro segundos, pero el robo ya fue demasiado.