Nuevas acciones del BCE y la Fed ante una crisis que amenaza a la economía
Atajar una crisis financiera que amenaza cada vez con más fuerza la economía real ha obligado, una vez más, a los bancos centrales a lanzar nuevos salvavidas de miles de millones. El BCE y la Fed han cerrado la semana con el anuncio de nuevas subastas extraordinarias de liquidez que toman el relevo de operaciones similares ya en curso para «normalizar» el mercado y no descartan aumentar su importe.
GARA |
Los bancos centrales de Estados Unidos y la zona euro -Fed y BCE, respectivamente- se han visto obligados a salir al rescate del capital financiero con nuevas operaciones millonarias. Por primera vez en su historia, el instituto monetario europeo va a lanzar operaciones a seis meses -a principios de abril y en julio- por un importe de 25.000 millones de euros cada una.
En total, el BCE pone 150.000 millones de euros a disposición de los bancos comerciales establecidos en zona euro. La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) adjudicará un total de 63.487 millones de euros en sendas subastas temporales de liquidez por importe máximo de 31.744 millones de euros cada una.
Si el BCE adopta medidas tan radicales, es que hace frente «a una verdadera crisis de financiación», manifiesta Sylvain Broyer, analista en Natixis.
La institución monetaria ya avanzó la víspera que estaba dispuesta a inyecciones suplementarias de liquidez, operaciones con las que cerró la semana. Los bancos, escaldados por la crisis financiera, muestran cada vez más reticencias a prestarse el dinero entre ellos, con lo que el BCE se ve obligado a intervenir para que no se produzca un colapso en el mercado especulativo. «En este período del año, en el que las entidades bancarias cierran sus cuentas anuales, es normal un aumento de la tensión», indica Broyer.
El mismo fenómeno se observó a finales de 2007. Pero el hecho de que el BCE intervenga ahora con operaciones a seis meses «pone de manifiesto que el problema es más grave» y que «la crisis deja la esfera financiera para propagarse a la economía real, haciendo la financiación de las empresas más difícil», según indican distintos economistas.
Broyer explica que en tiempos normales, las grandes empresas recurren a tesorería, es decir, a un crédito interempresas, cuando necesitan dinero, pero actualmente, es difícil recurrir a este instrumento. «De golpe, las empresas se vuelven hacia sus bancos para pedir prestado a tres o seis meses. Y estos últimos van dirigidos a continuación al BCE», señala.
Consecuencias
«Vamos a tener consecuencias sobre la economía real si las empresas tienen dificultades para financiarse, ya que podrán invertir y contratar menos», subraya el analista.
«Está claro que si un banco debe pagar un porcentaje del 4,7%, como actualmente es el caso en el mercado monetario, también impondrán elevados tipos a las empresas que lo solicitan, o reducirá el volumen de los préstamos que concede», destaca Cristóbal Balz, analista en Commerzbank.
Tras constatar que «las últimas operaciones del BCE no tuvieron el éxito previsto», señala que «pueden aliviar un poco» los mercados. Indica que el problema reside en la falta de confianza que existe entre los propios bancos ya que aún no están evaluadas las pérdidas generadas por las turbulencias actuales en los mercados financieros.
El propio presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha reconocido que «aún no hemos dejado atrás lo peor» en el transcurso de su intervención ante la Eurocámara. Subrayó, sin embargo, que la principal amenaza para la zona euro sigue siendo la inflación, que se mantiene en altos niveles.
De sus manifestaciones se coligió que la institución monetaria no contemplaba una bajada de los tipos de interés a corto plazo. La rebaja del precio del dinero sería, para Broyer, «el único modo de aportar un soplo de aire a todo el mundo».
Horas antes de conocerse la nueva intervención del instituto monetario europeo, la opción de una bajada de tipos fue descartada de un plumazo por el presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Axel Weber, quien reiteró que el instituto emisor de la eurozona está listo para actuar si fuera necesario para garantizar el cumplimiento de su mandato de mantener la estabilidad de precios.
Por encima del 2%
En un discurso pronunciado en el transcurso de una conferencia celebrada en Luxemburgo, Weber mostró su creciente preocupación por los actuales niveles de inflación por encima del 3%, lo que calificó de «alarmante», y que de acuerdo con las últimas proyecciones del BCE, sólo se moderarán gradualmente a partir de la segunda mitad del año, pero que se mantendrá muy por encima del objetivo del 2%. En concreto, el miembro del BCE apuntó que la tasa media de inflación para 2008 se situará entre el 2,6% y el 3,2% y reiteró la voluntad de la institución de evitar la materialización de efectos de segunda ronda.
«En los meses venideros vigilaremos muy de cerca el curso de los acontecimientos para actuar si fuera necesario en cumplimiento de nuestro mandato de garantizar la estabilidad de precios», advirtió Weber, quien subrayó que la actual política monetaria del BCE está al servicios del anclaje de las expectativas de inflación en este periodo de turbulencias.
La Reserva Federal de Estados Unidos también sigue muy de cerca el desarrollo de la crisis desatada el pasado año.
En la última operación de rescate aprobada el viernes, adjudicará otros 63.487 millones de euros en dos nuevas actuaciones. En concreto, la institución que preside Ben S. Bernanke proporcionará liquidez a los bancos en dos operaciones con vencimiento a 28 días y que están fijadas para los próximos días 7 y 21 de abril.
El pasado día 7 de marzo, el banco central de EEUU anunció un incremento de 20.000 millones de dólares en el monto de cada una de las adjudicaciones que llevaría a cabo bajo el formato de subastas temporales de liquidez, un tipo de transacciones que fueron iniciadas en el mes de diciembre en el marco del acuerdo entre los bancos centrales de EEUU, Gran Bretaña, Canadá, Suiza y el BCE.
Asimismo, la institución estadounidense apuntó que «incrementará el volumen de estas operaciones si las condiciones lo justifican» e indicó que para proporcionar certidumbre a los partícipes del mercado mantendrá este tipo de operaciones durante al menos hasta el próximo mes de agosto, a no ser que la evolución de las condiciones del mercado «indiquen claramente que tales subastas no son necesarias».
El supervisor financiero británico, la Financial Services Authority (FSA), ofrece inmunidad y protección a todos aquellos que faciliten evidencias acerca de las actividades irregulares promovidas en sus propias empresas para manipular los mercados financieros, con el objetivo de evitar episodios como el reciente hundimiento de las acciones de HBOS por «falsos rumores» de crisis.
Se trata de un sistema que ya existe en Estados Unidos y que Gran Bretaña pretende implantar, según anunció en una entrevista al diario ``The Guardian'' el ministro del Tesoro, Alistair Darling, como respuesta a la alarma generada por las «turbulencias», que las diferentes compañías podrían promover de forma deliberada con el objetivo de obtener rendimientos económicos. De esta forma, a lo largo de los próximos meses su departamento elaborará una nueva legislación que dotará a la FSA de poderes para negociar acuerdos entre las partes como los que actualmente ostentan los agentes tributarios, la Serious Fraud Office y el Ministerio Fiscal. «No podemos permitirnos una situación en la que la gente deliberadamente manipule los mercados con el potencial de desestabilizar los sistema financieros para obtener una ganancia personal», aseveró Alistar Darling.
El ministro británico del Tesoro manifestó que «si un puñado de gente es capaz de hacer lo que no es correcto, debemos asegurar que las autoridades tienen los mecanismos para hacer el trabajo».
La actuación de la Reserva Federal de EEUU (Fed) está creando disensiones en su propio seno, tal y como dejan entrever las manifestaciones del presidente de la Fed de Filadelfia y miembro rotatorio del Comité de Mercado Abierto de la entidad monetaria Charles Plosser, quien afirmó que la lucha contra la inflación y la defensa de la estabilidad de precios es la mejor manera en la que un banco central puede promover el crecimiento económico, y advirtió del riesgo de pérdida de credibilidad si sus acciones no son consistentes con sus objetivos.
En el transcurso de su intervención en un foro económico celebrado en la capital sudafricana, Plosser, que fue uno de los dos miembros del Comité de la Fed que votó el pasado 18 de marzo en contra del drástico recorte de 75 puntos básicos adoptado por la institución presidida por Ben Bernanke, subrayó que «los responsables de política monetaria no deberían comprometerse a aquello que no pueden cumplir», en referencia a los objetivos de promover el pleno empleo, la estabilidad de precios y tipos de interés moderados.
Destacó que la inflación sostenida es siempre «un fenómeno monetario ante el que los bancos centrales tienen la obligación de preservar el poder de compra de la divisa para evitar distorsiones en el mercado».
«En EEUU, la Fed ha fundamentado su reputación por el compromiso adquirido para mantener la inflación estable en un nivel bajo, lo que ha contribuido a la estabilidad económica en los últimos 20 años, pero esa reputación puede perderse si no continuamos actuando de forma consistente con ese objetivo», concluyó Plosser.