«El terrorismo y el extremismo son nuestros principales problemas», subrayó el primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani. Añadió que «ambos han puesto en peligro al país y, por lo tanto, nuestra principal prioridad es llevar la paz al país y luchar contra el terrorismo».

Gilani consiguió ayer la aprobación de la Asamblea Nacional paquistaní, sin necesidad de poner en marcha un voto de confianza al contar con el respaldo de la oposición.

Afirmó que «la guerra contra el terrorismo es nuestra propia guerra», pero se declaró dispuesto a negociar «con todos aquellos que estén listos para abandonar las armas».

También anunció ayudas económicas para sacar de la pobreza y el analfabetismo al conflictivo cinturón tribal fronterizo con Afganistán, como «parte de una estrategia para luchar contra el terrorismo y el extremismo» que azotan Pakistán y que ayer mismo se cobraron la vida de una mujer y su hijo en un ataque en Kohat (norte).

La apuesta negociadora de Gilani ha causado inquietud en Estados Unidos, cuyo subsecretario de Estado, John Negroponte, calificó de incomprensible que «alguien piense en negociar con terroristas». Washington acusa a Pakistán de permitir que el cinturón fronterizo sirva de base para miembros de Al Qaeda y combatientes talibán de cara a sus operaciones en Afganistán.

Gilani reiteró que Pakistán «quiere la paz en Afganistán» por su propio interés y añadió que entre las medidas para combatir el «extremismo religioso» se contempla la creación de un organismo que vigilará las cuentas y los programas de las madrasas (escuelas coránicas) del país, consideradas centros de adoctrinamiento.

El primer ministro expuso al Parlamento su programa de Gobierno para los primeros cien días de Gobierno. Entre sus prioridades citó también la restitución de los jueces del Tribunal Supremo que fueron expulsados por el presidente, Pervez Musharraf, en noviembre. En política exterior, abogó por unas relaciones «amistosas y pacíficas» con sus vecinos y por resolver los contenciosos pendientes, en particular, el de Cachemira con India y dijo que este conflicto sólo se solucionará si se respetan los deseos y aspiraciones de su pueblo.

Asimismo, conminó al Ejército a retirar a su personal de todas las instituciones civiles en dos semanas y anunció una nueva ley que garantice la libertad de prensa y futuras medidas para paliar las penurias de la poblacion a causa del déficit de energía, agua y trigo.