CRíTICA timba cubana
Todo el mundo es de La Habana cuando suenan Los Van Van
Anartz BILBAO
Los Van Van de Juan Formell llegaron anteayer a Barakaldo, en un encuentro multicultural en el que, tras una hora de larga espera, ¡comenzó la fiesta!
Lo hizo con un público que, entregado desde el primer minuto, bailó y coreó sudoroso los temas de una orquesta que debutó en diciembre de 1969 y cuya música representa para los cubanos su memoria afectiva.
Encima de las tablas, quince músicos, comandados por los tambores de Samuel Formell, hijo del fundador de la banda, el contrabajista Juan Formell, quien, enfermo de diabetes, ha «perdido fuerza para tocar el instrumento más macho», pero sigue «teniendo la última palabra» en la dirección de la orquesta, según sus recientes declaraciones. Tres trombones, dos violines y cinco músicos en la percusión. Destacar a Julio Noroña con el güiro, miembro original de la orquesta, o al compositor y pianista Roberto «Cucurucho», quien representa a la generación que ha rejuvenecido la mítica banda.
En las voces, un cuarteto comandado por el carismático «Robertón». «Mayito» Rivera, con su destacada presencia escénica, la calidez tonal de Lele Rosales y la simpatía de Yeni Valdés, la primera voz femenina en la historia de Los Van Van, completan la primera línea.
Mientras los vocalistas se relevan los músicos tocan sin descanso durante dos extenuantes horas en las que un público ávido de fiesta no para de gesticular e interactuar con una orquesta que los jaleaba al grito de ¡Cuba!
«Robertón» derrochó simpatía y mostró barriga para decir que «la mejor cocina del mundo, la vasca» y mientras Yeni lograba la complicidad del público femenino con coros como «abajo los mujeriegos y los maridos majaderos» y pedía que «esta noche ninguna duerma sola», Mayito nombró los 38 años de sinceridad de la banda y recordó a su hijo Matias, nacido en la isla la noche anterior.
En definitiva, Los Van Van nos volvieron a acercar un trocito del Caribe, para la feliz reunión y el baile de mucha gente de piel oscura y zapatos y camisa blanca que se acercó desde Donostia y de Iruñea partiendo (según gritó) de La Habana.
Con la temperatura al rojo la banda se despidió con un picante «Se me pone la cabeza loca» y una chica que saltó a bailar al escenario, ante un público desatado que alargó la fiesta hasta el amanecer, convirtiendo la amplia RockStar en un salsódromo multiracial al ritmo de cálidos ritmos caribeños. Intercambio cultural refrendado por Ruper Ordorika, que esa misma noche y a la misma hora, actuaba en La Habana, Cuba.
Lugar: RockStar Live (Barakaldo). Fecha: 28-03-08.
Hora: 22.00 h.
Precio de la entrada: 24/28 euros. Público: 1.200 espectadores. Promotor: Akeita.