Horas antes de la celebración de la asamblea general ordinaria, Carlos Etxepare, presidente de Kutxa, hizo un resumen de su intervención en la misma ante los periodistas. Utilizó tres calificativos para referirse al balance: «sólido, saneado y con poco endeudamiento», aunque casi por encima de los 215,6 millones de euros de beneficio neto logrado en 2007, un 11,1% más que en 2006, Etxepare destacó que cumplida la mitad del plan estratégico elaborado para 2005/2010, la entidad guipuzcoana supera ya «todas las metas que persigue el `Plan Hamar'».

Coincidiendo con la exposición del presidente de Kutxa, la plataforma Banatuz, que agrupa sensibilidades de la izquierda abertzale, también hizo pública su valoración del balance de 2007. Los consejeros de Banatuz pidieron en la asamblea explicaciones a la dirección de Kutxa, y las «pertinentes rectificaciones» por tres actuaciones que, en opinión de Banatuz, están en «profunda contradicción con la naturaleza de la entidad», y votaron en contra del informe anual correspondiente a 2007.

Así, Banatuz denunció al equipo que preside Etxepare por haber «disfrazado una parte del monto de beneficios para no verse obligados a elevar la aportación a la obra social», al calificar de «injustificables» unas partidas destinadas a fondos de insolvencias y riesgo país.

Según el relato de Banatuz, analizada la evolución de los mismos, «en el año 2004 ese monto ascendía a 195 millones de euros y en 2005 se mantenía en 199 millones. Pero en el año 2006 era ya de 277 millones, y en 2007 ha dado un salto a 372 millones de euros. En dos años más de 172 millones de euros que se han camuflado, quitado de los beneficios, para no tener que aportar más a la obra social.

Esas aportaciones al fondo de insolvencias son «totalmente desproporcionadas», según la plataforma, habida cuenta que Kutxa tiene un índice de cobertura de los más altos del sistema financiero. «Sus mismos directivos alardean públicamente de ello, que asciende al 362% en 2007, cuando el índice de morosidad es tan solo del 0,65%», indicó Banatuz.

Etxepare, por su parte, aludió a ese 0,65% de morosidad al referirse a las cuentas «saneadas» de la caja, al ser inferior al 0,89% que como media presenta el conjunto de las cajas de ahorros del Estados español. El presidente, al respecto, también señaló que dichas provisiones seguían las recomendaciones de las autoridades bancarias.

El presidente de Kutxa indicó que esos 372,4 millones de provisión suponen una cobertura del 362,1% sobre el importe de los activos de dudoso cobro, es decir, «1,7 veces el resultado del año para atender a eventuales fallidos del crédito concedido». Los créditos de dudoso cobro del grupo Kutxa ascendían a 31 de diciembvre a 102,8 millones.

En opinión de Banatuz, estas provisiones «no se corresponden con las necesidades de Kutxa. Podemos y debemos denunciarlas como ingeniería financiera para reflejar menores beneficios. Dicha reducción es un recurso de gestión para no sentirse inhibidos en su gestión general y, en concreto, para no destinar mayores importes a la obra social o, dicho de otro modo, a la sociedad guipuzcoana».

Estepona

Respecto a la obra social, el balance de Kutxa indica que el pasado año 1.145.980 personas se beneficiaron o participaron en los servicios y actividades desarrollados a través de las 5.512 actividades en las que intervino y recordó que destinó 78,9 millones a su obra social.

La plataforma Banatuz también denunció que desde el pasado 1 de diciembre la dirección de Kutxa ha aplicado a los impositores un aumento en las tarifas de mantenimiento y una bajada de intereses, que «se demuestran innecesarios teniendo en cuenta los beneficios obtenidos».

Finalmente, Banatuz acusó a los directivos de Kutxa de seguir actuando en el «campo especulativo inmobiliario con inversiones millonarias. El último episodio referido por la misma prensa, que no el único, es el de las inversiones en Estepona, para construir un complejo residencial de 1.700 apartamentos, a los que se añaden hoteles y campo de golf».

Estas inversiones de Kutxa, según Banatuz, no pueden sino «llenar de estupor a quien tenga en cuenta el tremendo impacto del negocio inmobiliario en amplios sectores. Que los directivos de Kutxa se mantengan intensamente en él cuestiona profundamente su gestión. Deja, asimismo, en evidencia la inercia manifestada por esos mismos directivos a la hora de invertir en vivienda social en Gipuzkoa. La carestía de la misma en nuestro territorio es tan evidente y repercute, sobre todo, en el sector de la juventud y en los más necesitados, lo que entendemos necesario atajar».

Fusión

De vuelta a la sala de prensa de Kutxa, Etxepare también se refirió a las previsiones de crecimiento para el presente año, sobre un 9%, aunque reconoció que «puede variar por el mercado».

Sin embargo, el tema de la fusión ocupó buena parte de su intervención, a preguntas de los periodistas, tras la reelección de Gregorio Rojo al frente de la Caja Vital. Etxepare reiteró la apuesta de la entidad guipuzcoana por la fusión de las cajas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, aunque matizó que «en ningún caso se puede plantear un proceso de este calado en contra de nadie», sino que debe tener «el máximo consenso».

No obstante, ante la renovación de los equipos gestores de la Caja Vital, consideró, «a título personal», que «no ha variado para nada el ambiente».

El presidente de Kutxa, refiriéndose a la renovación en la Caja Vital dijo que «la pluralidad en los órganos de Gobierno es buena para las Cajas». «En este caso, aumenta la pluralidad en el Consejo de Administración y me parece positivo».

Siguiendo con la fusión, Etxepare recordó que en octubre Kutxa valoró «en términos de coste de oportunidad la ausencia de impulso de este proyecto tan importante para contribuir al desarrollo económico y social de nuestra comunidad. Entendemos que se trata de un proyecto beneficioso para todos y cada uno de los territorios y para la sociedad, en general», aseguró, al tiempo que precisó que, «si esto no es entendido así por quienes tienen la facilidad de desarrollar esa iniciativa, hablamos de oportunidad perdida».

Por cierto, 55 asambleístas -sobre 100- votaron a favor de las cuentas anuales, el informe de gestión y la aplicación de resultados del ejercicio 2007, y 64 lo hicieron para respaldar la obra social.