«De joven me dije que sólo quería ser músico, y eso es lo que soy»
Vocal y guitarra
A treinta años de la creación de Leño, uno de sus miembros fundadores, Rosendo Mercado, continúa siendo referente para cientos de jóvenes que sienten el rock urbano como su mejor medio expresivo. Tras la ruptura del trío, Rosendo comenzó su carrera en solitario, que inició con «Loco por incordiar», en 1985, y que se prolonga con éxito hasta nuestros días.
Pablo CABEZA | BILBO
Cada vez son más las bandas que se incorporan al circuito del directo. Ante semejante oferta, la imaginación es un apoyo necesario, más si cabe en carreras de fondo donde, en ocasiones, es preciso motivarse y motivar con elementos sorpresa. Es el caso de Barricada, Rosendo y Aurora Beltrán (Tahúres Zurdos), tres proyectos de largo recorrido que dinamizan su 2008 con el cruce de nervios y canciones. Sugerente empresa que inicia gira en Donostia mañana en el Velódromo de Anoeta. Rosendo se encuentra ensayando con su banda en el mismo Carabanchel. Está apurado de tiempo, quedan pocos días para el inicio de gira, pero teléfono móvil en mano, nos atiende con educada amabilidad.
¿Sigue viviendo en Carabanchel?
Sí, sí. No me he movido de Carabanchel. Bueno, he cambiado unas tres veces de domicilio, pero siempre en el mismo barrio.
¿Nació en el barrio?
No, nací donde nacíamos todos en mi época, en una clínica situada en la calle Odones, en Madrid. Con cuatro años me llevaron para Carabanchel.
¿Es fiel a sus costumbres, se arriesga poco?
Yo fui muy mal estudiante, muy malo, y toco la guitarra como la toco, a mi manera; no tengo estudios. Tampoco soy académico. De joven me dije que quería ser músico y músico eso es lo que soy... No sé si eso es ser de costumbres.
Hace ya mucho que lamentablemente murió el irlandés Rory Gallagher, enorme guitarrista. La vida pasa muy deprisa, pero ¿se acuerda de él en alguna ocasión?
Yo soy autodidacta. Fíjate que nunca he tocado ninguna canción de él, pero reconozco que en su momento le escuché mucho y que como eso está ahí, pues quizá se note. No lo sé.
En su disco «El endémico embustero y el incauto pertinaz», editado el año pasado, le escucho a Rory en canciones como «Harto» o «A dónde va el finado». Bueno, también le veo presente a Billy Gibbons, de ZZ Top (le preciso el nombre de la banda, porque da la impresión de no conocerle).
Sí, es posible. Los dos son muy buenos guitarristas y les he escuchado y si la comparación es con ellos, pues encantado, no hay problema. De lo que no te puedo decir nada es de mi voz. Lo mío no es cantar, no sé qué hago con la voz... Recito...
Bueno, tal y como se las apaña casi se podría decir que se adelantado al ¡hip hop!
Visto así, puede que tengas razón (risas).
En el tema «Harto» va señalando todo aquello de lo que está cansado, que, por la duración, es mucho. ¿Se le ha ocurrido algún «harto» más desde la salida del disco?
No ha sido necesario. Fíjate, tenía tantos que no me quedó más remedio que dejar algunos fuera, así que aún me quedan unos cuantos por mencionar... Pero lo que sí te digo es que estoy harto de las mentiras de los políticos. Lo de este último año ha sido especialmente cansino.
Encontramos que es su disco con letras más completas, mejor sintetizadas. ¿Es la madurez o la libertad que conceden los años y un estatus?
Me alegro mucho de que pienses eso. La verdad es que me cuesta mucho pasar las ideas que tengo en la cabeza al papel, pero bueno, tengo ya mi método y lo voy aplicando.
¿Si se entra a su casa, se notaría que es usted músico?
Pues ahora que lo pienso, creo que no. Habría que llegar hasta mi despacho, donde tengo la guitarra y protools, pero no tengo estudio de grabación.
En octubre de este año se cumple el 25 aniversario de la muerte de Jesús de la Rosa, de Triana, ¿le trae recuerdos?
Cómo no. Tenía una voz muy especial, emocionaba y, además, revolucionaron el rock en su tiempo. Fueron grandes.
También es el 25 aniversario de los Barri. ¿Es la reunión del padre con sus hijos, a pesar de ser contemporáneos?
Bueno, nos llevamos 8 ó 10 años y eso es casi una generación en estos tiempos. Al principio tuvimos muy buenas relaciones, después nos distanciamos. Ellos y yo tuvimos nuestras etapas oscuras. Un día Get In me dijo que si estábamos en la misma agencia por qué no una gira conjunta. A todos nos pareció muy bien y en eso estamos.
Fecha: Viernes 4 de abril.
Grupos: Barricada, Rosendo y Aurora Beltrán.
Lugar: Velódromo de Anoeta de Donostia. 20.30 h.
Precio: 24 euros.
En Semana Santa, Barricada, Rosendo y Aurora tuvieron su vía crucis particular: preparar un show que va por las tres horas de duración. Unos y otros se desplazaron hasta la sala Tótem de Atarrabia, que amablemente les dejó la sala, el equipo, sonido y luces. Se montó el berenjenal a toda pastilla, pues había muchas cosas y detalles que cuadrar. En Tótem estuvieron cinco días completos, ensayando mañana y tarde. Al final, consiguieron dejar la estructura del todo en pie. Pero había que volver a por los matices, algo que han solventado los pasados días 1 y 2 de abril en el mismo sitio. Hoy el ensayo general se celebra en el mismo Velódromo de Anoeta.
Respecto a la estructura del concierto, se conforma de la siguiente manera. En primer lugar aparece en escena Aurora Beltrán, que está entre 20 y 30 minutos, en acústico y sola. En el último tema se le une Rosendo e interpretan un tema juntos. Aurora se va y comienza el concierto de Rosendo, una hora y veinte minutos aproximadamente. Termina su concierto y se unen a él, en acústico, Aurora, Boni y Alfredo, para completar tres temas. De inmediato comienza el tiempo de Barricada, otros noventa minutos.
Tras la actuación comienza el bloque común, cuarenta minutos. En esta parte habrá dos baterías tocando a la vez. El Drogas deja el bajo en algún tema para cantar. Y, al final, se une Aurora para cantar los últimos tres temas. Las voces se irán intercalando en las canciones.