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Llega acompañado de su ayudante Raúl Caneda e Iñigo Domínguez será el técnico de Zubieta que ponga al día al tolosarra

Lillo se lo juega todo al ascenso con un equipo que conocerá hoy

Badiola anunció que decidió el martes devolver a Eizmendi al Sanse y sustituirlo por un técnico que sólo firma hasta el 30 de junio

Joseba ITURRIA | DONOSTIA

Iñaki Badiola anunció ayer la vuelta de Joserra Eizmendi al Sanse y su sustitución al frente del primer equipo por Juanma Lillo, que hoy conocerá a sus nuevos jugadores. Tiene previsto mantener entrevistas individuales de quince minutos con todos ellos desde las nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde y posteriormente dirigirá su primer entrenamiento y se pondrá a ver los vídeos de los partidos de esta temporada.

Lillo explicó que al no tener canal autonómico en su lugar de residencia firmó por la Real sin haberle visto jugar esta temporada. Pese a ello, se mostró convencido de una apuesta clara por el ascenso hasta el punto de que Badiola dijo que el técnico sólo recibirá «un pequeño sueldo mensual» y que la mayor parte de sus emolumentos están condicionados a conseguir un billete a Primera, sin que eso le garantice la continuidad.

El tolosarra tiene 42 años y saltó a un primer plano cuando con sólo 28 llegó al Salamanca en Segunda B y en dos años lo subió a Primera. En la siguiente, la 95-96, lo bajó. En la 96-97 fue destituido en la jornada 34 con el Oviedo en puestos de descenso, en la 97-98 en Tenerife llegó a falta de trece jornadas y logró la permanencia sin poder dirigir más que quince partidos al año siguiente. En la 2000-01 aguantó cuatro jornadas con el Zaragoza. En la 2004-05 dirigió 21 al Ciudad de Murcia. En la 2004-05 estuvo 33 en Terrasa, donde dejó al equipo en puestos de descenso, para tener una última experiencia mexicana con el Dorados de Sinaloa, con el que bajó.

Ayer sí llegó a Anoeta

Lillo se mostró feliz por poder entrenar en casa tras quedarse con la miel en los labios cuando Toshack lo llamó en la temporada 2001-02 y se arrepintió antes de que el tolosarra llegara a Donostia. Esta vez pudo completar su viaje después de que Badiola le llamara el lunes y comiera con él el martes para ofrecerle el puesto. Comenzará a trabajar hoy acompañado por sus ayudantes Raúl Caneda, que viene con él, e Iñigo Domínguez, técnico que los dos últimos años ha dirigido a las chicas y al que Badiola le ha encargado entrenar un segundo filial que quiere sacar la próxima temporada en Tercera. Domínguez deberá poner al día a los recién llegados.

Pese a su desconocimiento del equipo con el que va a comenzar a trabajar hoy, Lillo dijo que «no hubiese venido si no tuviera la consideración de que puede subir. No hubiera venido a jugármela sabiendo que no hay posibilidad de obtenerlo. Lo importante es que vengo a casa, he crecido con la alineación que todo sabemos, yendo a Atotxa y a Zubieta a charlar con Marco Boronat de entrenamientos y pienso que en casa hay lo suficiente. De hecho, hace tres semanas se estaba en ascenso».

Sobre su cambio de opinión con respecto al domingo y al lunes, cuando descartaba la destitución de Eizmendi, Badiola dijo que «tomamos decisiones cuando creemos que pueden ser buenas como revulsivo. Hemos visto que lo más conveniente era que José Ramón pasara a hacer otras funciones y pensamos que es lo mejor para la Real. No nos tiembla el pulso y el tiempo dará y quitará razones».

Eizmendi evitó polémicas

Joserra Eizmendi, que dirigió al equipo ayer en la doble sesión tal como estaba previsto, aunque tras la matinal ya recibió la comunicación de Badiola de una destitución que recibió dolido, se mostró muy serio, pero evitó cualquier declaración susceptible de generar polémica.

Así, manifestó que «no me siento víctima. Creo que es secundario lo que haya podido pasar conmigo. Lo más importante es centrarnos en que el primer equipo consiga el ascenso. Lo demás no tiene mayor importancia. Se ha tomado la decisión que se cree más oportuna para lograr el ascenso y no hay nada más que añadir».

Badiola dijo que la decisión la tomó con su director deportivo, que está definido que vendrá con un director de fútbol base y que toda la estructura técnica está ya muy adelantada.

Badiola quiere dar la baja a Vaughan contra su voluntad

La rueda de prensa de ayer sirvió para confirmar el deseo de Iñaki Badiola de dar de baja a David Vaughan para incorporar a un nuevo jugador a pesar de que el galés dejó claro en ETB que no piensa pasar por el quirófano «diga lo que diga el presidente».

Cuando se le preguntó por Zigic, al que se ha querido ver la semana pasada en un reconocimiento médico en Quirón cuando eso no es verdad, Iñaki Badiola lanzó una andanada al jugador galés: «Hasta que la solución no esté terminada no vamos a poder anunciar nada, pero sí puede haber cambios en la plantilla por muy opinión diferente que tengan algunos de sus miembros. Ahí sí que me mojo. Si existe un cuerpo médico que tiene un dictamen claro, yo, si fuera jugador, no iría en contra de ese dictamen sin tener un conocimiento específico de la materia».

Para sustituir a un jugador ahora tiene que probarse una lesión de larga duración y Vaughan se entrena con normalidad en Zubieta. Pese a ello, Badiola dijo que la decisión de darle la baja no depende de la voluntad del jugador, sino de la del club y dijo que es más factible que sea el galés el que sea dado de baja y no Skoubo, pese al viaje de éste a Dinamarca.

El presidente se mostró enfadado con el galés y así le señaló que «cuando un jugador tiene un contrato con un club que le paga, si dentro de unos meses se lesiona quisiera saber si estaría dispuesto a devolver al club el dinero que ha perdido porque ha decidido no operarse. Hay que ser responsable».

ITURRIA

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