TRAS EL COMUNICADO DE ETA
El PNV apela al comunicado de ETA para cambiar de actitud ante las presiones del PSOE
Joseba Egibar dijo anteayer que no aprobarían la moción de censura de Arrasate porque «no ayuda a la normalización». La decisión desencadenó un intenso malestar y algunas amenazas por parte del PSOE, que echó mano del comunicado de ETA. El PNV no tardó en corregirse: ayer tarde, el mismo Egibar acompañaba a Iñigo Urkullu para emplazar a ANV con una iniciativa cuyo final podrían ser mociones de censura.
Ramón SOLA-Manex ALTUNA | IRUÑEA-BILBO
30 horas y media. Es lo que ha necesitado el PNV para matizar su decisión de no apoyar la moción de censura planteada por PSOE y PP en Arrasate contra la alcaldesa de EAE-ANV. Es el espacio temporal que media entre la rueda de prensa ofrecida el martes por el presidente del GBB, Joseba Egibar, en su sede de Donostia y la comparecencia en la que el propio Egibar acompañó a Iñigo Urkullu ayer tarde en Sabin Etxea.
Poco antes se había reunido de urgencia el EBB para valorar la situación creada tras las amenazas dirigidas durante la jornada por múltiples dirigentes del PSOE, en Madrid o en Euskal Herria. Algunos de ellos hablaron directamente de la inviabilidad de acuerdos con los jeltzales si no corregían la decisión de Arrasate y su posición ante ANV en general; otros se limitaron a decir que «se dificultaba» la búsqueda de consensos. Y todo ello en el marco de la negociación iniciada por PSOE y PNV, que tiene como primer exponente las reuniones para definir la posición jelkide ante la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero.
El giro del PNV derivó en una postura que aplaza la decisión final sobre el litigio planteado desde el PSOE y el PP: actuar o no contra los representantes legítimos de ANV en los ayuntamientos. Para ello, el EBB diseña un complejo recorrido que tiene varios pasos, y en el que se trata de situar la pelota en el tejado de la izquierda abertzale.
Como elemento para intentar justificar su cambio de posición, el PNV recurre al contenido del último comunicado de ETA, en el que afirma ver «la amenaza personalizada a todos y cada uno de los militantes socialistas». El PSOE le había reclamado la rectificación argumentando precisamente ese mensaje.
El mensaje pactado por el EBB y leído por Urkullu establece que «no debemos permanecer impasibles o mudos ante este nuevo ataque a los derechos humanos» y plantea una iniciativa contra EAE-ANV en tres pasos.
Apelación, moción y ¿censura?
En primer lugar, el PNV «exige un pronunciamiento público, nítido y urgente por parte de los cargos electos y políticos de ANV en torno a esta grave cuestión, ya que ETA en su comunicado se hace portavoz y supuesto defensor de sus posiciones políticas». El comunicado jeltzale parece obviar que esta formación se encuentra suspendida de actividades y en trámite de ilegalización.
El segundo paso sería el siguiente: «Si esta respuesta no se produce en el más breve plazo posible, EAJ-PNV presentará mociones en todas aquellas instituciones y ayuntamientos en los que haya representantes de ANV solicitando su dimisión por no alcanzar el mínimo ético y moral exigible a un representante democrático».
«En caso de que ambas vías resultasen infructuosas -concluye el diseño hecho por los burukides-, EAJ-PNV muestra su disposición al encuentro con el resto de partidos políticos para impulsar aquellas iniciativas institucionales necesarias, sin excluir ninguna medida desde la reprobación política a la moción de censura, para garantizar que las instituciones vascas estén regidas por personas con un inequívoco compromiso ético y democrático».
«No hemos gestionado bien»
En el comunicado leído por Urkullu -junto a Egibar y a la secretaria del EBB, Belén Greaves- y en las declaraciones del pre- sidente jeltzale a preguntas de los periodistas apareció una ligera autocrítica sobre la manera con que se ha abordado este asunto tras la muerte de Isaías Carrasco a manos de ETA. Realmente, Urkullu la hizo extensiva a todas las formaciones políticas implicadas.
«No lo hemos gestionado bien -apuntó en la rueda de prensa de Sabin Etxea-. Quizás tendríamos que haber emplazado al PSOE a que no condicionara la actuación de los partidos por lo que se diga en los medios. No lo hemos hecho, y nos hemos visto abocados a una reunión en la que no había más posibilidad que decir sí o no, y ni tan siquiera una respuesta argumentada», se quejó Urkullu.
Contra lo que dijo ayer el presidente jeltzale, en las palabras de Egibar la víspera en Donostia sí quedaba clara una nítida reflexión de fondo sobre la vía de las mociones de censura. El dirigente guipuzcoano subrayó que el PNV «no cree que conduzcan a escenarios de normalización» y añadió que «abogamos por trabajar en la pedagogía con la izquierda abertzale». Dejó claro además que la decisión tenía la conformidad del EBB, que se había reunido el lunes. Pero todas estas palabras se quedaron viejas ayer tarde.
Presiones diversas del PSOE
Nada más conocer la renuncia jeltzale a desalojar a Ino Galparsoro de la Alcaldía de Arrasate, el PSOE había puesto en marcha toda su batería de presiones contra el PNV. Por ejemplo, en este contexto el secretario de Organización del PSOE y máximo negociador de cara al proceso de investidura, José Blanco, afirmó en Cuatro que el PNV les había dado «un compromiso» previo para sumarse a la moción de Arrasate.
Urkullu fue preguntado por ello en la rueda de prensa de Sabin Etxea, y eludió responder con claridad: «¿Un compromiso? ¿Yo personalmente? No voy a entrar en polémicas que pueden entrar en una carrera alocada. Yo le preguntaría a Blanco que dijera quién del PNV y en qué ámbito lo ha dicho. Me quedo con la credibilidad que cada uno podamos ofrecer a la sociedad vasca».
Otra muestra de estas presiones se produjo en el Parlamento de Gasteiz, donde se debatía el llamado Plan de Educación para la Paz del Gobierno de Lakua. El PSE se sumó inesperadamente al PP en el rechazo al texto. Rodolfo Ares fue claro al argumentar que el Ejecutivo de Ibarretxe «no tiene credibilidad» tras lo ocurrido en Arrasate. Definió el plan como «un lavado de cara». El parlamentario del PP Santiago Abascal apostilló que «este plan es mentira, y Mondragón es verdad. El plan del tripartito y del nacionalismo es el plan de Mondragón».
En la misma sesión, el representante del PNV Ricardo Gatzagaetxeberria ya dio muestras de flaqueza al indicar que «es un momento político complicado. Se han hecho algunas críticas por par- te de diferentes partidos y nosotros, como partido principal, estamos obligados a estar abiertos y, probablemente, a tener algunos debates y reflexionar en nuestro interior».
Otro detalle en la misma línea fue el anuncio del PSE, a media tarde, de que no acudirá hoy al pleno del Ayuntamiento de Arrasate en protesta por la situación.
Buen: «Brindis al sol»
El impacto real del giro del PNV se verá hoy, cuando el PSOE lo valore. Ramón Jáuregui se mostró ayer cauto tras conocer la rueda de prensa de Urkullu. Por cierto, su contenido fue adelantado en la página web de ``El País'', para sorpresa de los propios periodistas presentes en Sabin Etxea. Alguien se lo contó antes que al resto.
Patxi López, secretario general del PSE, tiene prevista hoy una comparecencia en la que fijará posición sobre la iniciativa del PNV. Pero el secretario general de Gipuzkoa, Miguel Buen, ya adelantó que él la considera «un brindis al sol».
«Si ANV no ha condenado un asesinato, ¿cómo va a condenar un comunicado de ETA?», se preguntó Buen en réplica al primer punto del itinerario de emplazamientos diseñado por el PNV contra la izquierda abertzale.
Desde el PP, su portavoz en la CAV, Leopoldo Barreda, no tardó para calificar directamente de «impresentable» el acuerdo adoptado por el Euzkadi Buru Batzar.
Antes de que el PNV virara su posición tras la reunión del EBB, Batasuna emitió una nota que resultó premonitoria, ya que denunciaba en la misma «las escenificaciones y perversión del PNV». Según su diagnóstico, difundido una hora antes de la comparecencia conjunta de Egibar y Urkullu, la formación jelkide «ha utilizado la imagen de Egibar para, sin vergüenza alguna, dar signos de distancia y confrontación con Madrid y el PSOE. Necesita y promociona su perfil abertzale, pues necesita hacer ver que trabaja por la normalización política de este país».
Sin embargo, criticó que en su práctica diaria «se ha valido de la Ley de Partidos Políticos para robar espacios de gestión que no le corresponden» y, además, ha aplicado «las leyes fascistas españolas, ha golpeado a multitud de abertzales y los ha enviado a la Audiencia Nacional».
Asimismo, Batasuna lamentó que en todos los intentos de negociación y diálogo que ha habido, «desde Txiberta a Loiola», el PNV ha mantenido «una postura de fraude» y ha antepuesto sus intereses políticos gestionando marcos jurídico-políticos «provenientes de la impuesta Constitución española».
En esa misma línea, denunció que desde después de las elecciones el PNV «ha ofrecido un nuevo pacto de reforma estatutaria al Gobierno español», «ha conseguido una secretaría y grupo propio en el Senado», ha logrado un pacto con el PSOE en la Caja Vital y ha llevado a cabo «compraventas y transacciones con el Gobierno para temas como el TAV y la fusión de las cajas vascas».
Junto a todo ello, censuró que los representantes del PNV «han manchado el nombre de nuestros compañeros presos» en esta maniobra. En la rueda de prensa del martes, Egibar insinuó un acuerdo oculto entre dirigentes del Gobierno del PSOE y Batasuna para decidir qué listas pasaban el filtro en las elecciones forales y municipales de hace casi un año. «Ni Egibar ni nadie del PNV sabrá lo que supone la dignidad de estar en la cárcel por trabajar por este país», criticó Batasuna, además de afirmar que «seguirá luchando por los derechos de Euskal Herria».
GARA
Los electos independentistas Aitor Bezares y Arantza Urkaregi valoraron ayer en rueda de prensa que la moción de censura promovida por el PSE en Arrasate responde a la «estrategia represiva y de derribo» que está desarrollando contra la izquierda abertzale y le advirtieron de que «se equivoca si pretende resolver el conflicto» con estas iniciativas.
A juicio de los junteros de ANV en Araba y Bizkaia, este tipo de actuaciones son «recetas del pasado que han fracasado y que no han conseguido acabar con la izquierda abertzale», como las detenciones masivas o las ilegalizaciones.
Urkaregi y Bezares censuraron también que el PSOE no es quién para «dar lecciones de democracia cuando han promovido los GAL, las torturas, las detenciones de representantes políticos y las ilegalizaciones de partidos».
En este sentido, los representantes independentistas abogaron por ir a las raíces del conflicto para solucionarlo y destacaron que están dispuestos a «trabajar honradamente» para que desaparezca todo tipo de violencia.
A su juicio, todo el mundo es consciente de que la solución al conflicto político y armado pasa por el reconocimiento de los derechos de Euskal Herria.
Junto a ello, insistieron en que la izquierda abertzale es un sector enraizado en Euskal Herria, que ha demostrado que es capaz de mantener su apoyo social tanto en las últimas elecciones como en otras citas con las urnas a pesar de las dificultades, y que no habrá solución del conflicto sin contar con ella.
Los electos independentistas aprovecharon también para alertar a la ciudadanía de que iniciativas como la moción de censura en Arrasate buscan también «ocultar la gestión transparente y participativa» que está desarrollando la izquierda abertzale en los municipios en que gobierna. «Como rompemos con el modelo de derechas y no discriminatorio, quieren apartarnos de la gestión», añadieron.
Urkaregi y Bezares también aludieron a las declaraciones de Egibar y dijeron que forman parte del «habitual doble juego» del PNV que «está llegando a acuerdos con el PSOE de una forma ciega» y además pretenden dar una imagen de «confrontación absolutamente teatral».
Manex ALTUNA