XI simposio Internacional de oceanografía del golfo de Bizkaia
La naturaleza es un recurso de soluciones por explotar
«El ecosistema de biodiversidad que nos rodea contiene todo el secreto de la vida sostenible en la Tierra, no hay ningún problema que la naturaleza no haya resuelto». Partiendo de esta idea, el economista Gunter Pauli subrayó, en una conferencia ofrecida en Donostia, que hay que aprender a observar los fenómenos naturales y comprender cómo funcionan. Éstas serán las bases de un nuevo modelo económico para el que hay que «cambiar las reglas del juego».
Maider EIZMENDI | DONOSTIA
Después de tres intensos días de ponencias y debate, hoy concluirá el XI Simposio Internacional de Oceanografía del Golfo de Bizkaia, organizado por Azti-Tecnalia y el Aquarium de Donostia y que se ha desarrollado en el palacio Kursaal. Numerosos y variados han resultado los temas abordados en el congreso, pero sin duda una de las citas más interesantes ha sido la conferencia ofrecida por Gunter Pauli en el Aquarium bajo el título «Cómo las tecnologías marinas pueden hacernos la vida más sostenible: de la fantasía a la realidad».
Tan sugerente como el título resultó ser la ponencia dada por este economista y fundador y director de la fundación ZERI (Zero Emissions Research and Initiatives), que incide en que «la idea de las cero emisiones no es una utopía, porque la naturaleza funciona así».
Mostrando a los asistentes a la charla numerosos ejemplos ilustrativos, Pauli profundizó en la idea de que «es necesario un nuevo modelo económico que se adapte no sólo a los requerimientos de las industrias o de los consumidores, sino que involucre también un nuevo sistema productivo más competitivo, inspirado en la innovación y en las tecnologías de la naturaleza». Y es que, en opinión de este experto, «los seres humanos debemos ser investigadores humildes y aprender de la naturaleza». «Nosotros los seres humanos -afirma- acabamos de llegar a la Tierra, apenas estamos empezando a aprender cómo comportarnos; el resto de los seres vivos tienen mucha más experiencia que nosotros, millones de años de experiencia». «Es curioso -prosiguió en tono irónico- que nosotros nos llamemos Homo Sapiens Sapiens». Recordó que en el medio natural «todo aquello que no ha funcionado, hoy en día es fósil»; por lo tanto, «el ecosistema de biodiversidad que nos rodea contiene todo el secreto de la vida sostenible en la Tierra, no hay ningún problema que la naturaleza no haya resuelto». Su principal mensaje es que «la naturaleza es un recurso de soluciones por explotar», que la ciudadanía tiene que aprender a observar y entender.
De hecho, Pauli lleva años trabajando con un equipo de investigadores para identificar todas las tecnologías de la naturaleza que han sido descritos en la literatura científica. «Hemos encontrado un total de 2.133». Un centenar de ellas serán publicadas este otoño en un libro donde, además de la base científica, abordarán su eficacia económica: «Sabemos muy bien que si analizamos solamente ciencia, los comerciantes no lo entienden; si analizamos solamente el negocio, los científicos no pueden explicarlo».
En su intervención también se refirió a los grupos ecologistas, que considera que están «estancados en un mensaje negativista». «Con esto no quiero decir que no debamos de criticar, pero no sólo eso, debemos hacer llegar también el mensaje positivo», aclaró.
Más allá de una exposición de ideas, Pauli se esforzó en dar ejemplos reales de la perfección funcional del sistema natural e hizo alusión en el arranque al colorido de los pavos reales: «Las plumas del pavo real no contienen pigmentos, es pura refracción óptica; la ropa que nosotros utilizamos contienen pigmentos tóxicos y metales pesados. El pavo real es más sabio, porque sabe que cuando él se enreda con metales pesados va a tener problemas en su piel. Nosotros asumimos el riesgo por ignorancia», explicó.
Ballenas inspiradoras
Afirmó que el medio marino también ofrece «un mar de oportunidades para los emprendedores», y se centró en «los secretos» que esconde la ballena: «Es capaz de bombear con seis voltios de electricidad mil litros». Esta capacidad ha inspirado a los científicos para crear una nueva modalidad de marcapasos, un nano- puente de carbono, que «permite la generación y la distribución de la electricidad». «La solución para una parte del corazón que no está recibiendo el impulso eléctrico ya lo tiene la ballena», explicó entusiasmado. De hecho, una importante empresa ya está trabajando con esta tecnología que, en opinión de Pauli, da mejor solución con un coste menor. «¿Quién hubiera pensado que la ballena pudiera dar ideas para la nanotecnología?».
No soló para dar solución a los problemas cardíacos la ballena resulta ser una fructífera fuente de inspiración. Su morfología ha resultado vital para mejorar la eficiencia energética de los aviones: «La forma irregular de las aletas de la ballena han sido estudiadas en túneles de viento y se ha comprobado que ésta es una de las mayores razones por la cual las ballenas no tienen fricción nadando, apenas gastan energía y no generan turbulencia alrededor. Estas aletas han sido copiadas para la construcción de nuevas alas de avión. De esta manera, se reduce la resistencia en un 32% y aumenta la elevación un 16%».
Según el científico, la base es muy simple: «Nunca hay un viento recto y por eso es mejor tener estas formas irregulares para aprovechar mejor la fuerza del viento. Esto sí es verdaderamente un ecoproducto».
Prosiguiendo con sus ejemplos, aseguró que, pese a que «la mayoría de la gente considera que las algas son desechos», éstas presentan una buena solución al problema de la resistencia a los antibióticos: «El alga roja Delsnea pulcra tiene que sobrevivir en una sopa de bacterias y sabe muy bien que si intenta matar las bacterias se matará a sí misma, porque no hay forma de matar a todas esas bacterias. Las bacterias se comunican entre ellas y este alga tiene una molécula que bloquea esta comunicación; no mata la bacteria, pero así evita que la ataquen. Basándose en ello ya se está trabajando en un sistema que da solución al problema de los antibióticos».
Tal y como aseguró en su charla, algunas de las enseñanzas de la naturaleza son muy exclarecedoras a la hora de abordar problemas y debates que hoy en día se encuentran en la calle. En el turno de preguntas le pidieron que diese su opinión acerca de qué le parecía el hecho de que se plantee quemar los lodos de la depuradora en el horno de la cementera, a lo que Pauli respondió de este modo: «Para la naturaleza quemar algo es la excepción, es la última solución. Nosotros cuando no entendemos algo lo quemamos. El porcentaje de agua de los lodos es muy alto, y es difícil defender la decisión. Es pura termodinámica. Si hay razones políticas o económicas eso es otra lógica, pero en términos de termodinámica no».
«Desarrollo o crecimiento»
Sin embargo, es sabido que no siempre gana la lógica ambiental; si no ¿cómo se explica que la empresas no apliquen estas técnicas? En opinión de Pauli, la industria «tiene miedo del riesgo», pero afirmó que cada persona puede aportar su granito de arena para crear ese nuevo modelo de producción: «Lo que es necesario es ser emprendedor». Lo importante, aseveró, no es «pensar en más y más», porque estamos sobredesarrollados; «lo importante es pensar en mejor, mejor y mejor, porque de lo contrario no sería «un desarrollo, sino un crecimiento».
El escenario ideal, a su juicio, sería aquel en el que «las empresas compiten en el mercado verdaderamente abierto, donde la innovación determina la competitividad y donde nuevos emprendedores desarrollan un nuevo modelo cambiando las reglas de juego».
El equipo de Pauli que analiza la literatura científica ha identificado 2.133 tecnologías que tienen su base en el medio natural. En otoño publicará un libro en el que recogerán cien de ellas.
Una cucaracha que vive en el desierto de Namibia dio solución a la escasez de agua potable. Con una cubierta irregular, en la que destacan partes hidrofóbicas y partes hidrofílicas, la cucaracha puede almacenar agua. Basándose en esta técnica han elaborado paneles y velas que son muy útiles, por ejemplo, en las embarcaciones donde la escasez de agua potable supone un problema. Llegan a almacenar 200 litros de agua al día.
«Actualmente, para producir cemento necesitamos carbono cálcico que se extrae de las minas y que quemamos a 1.200 grados. La concha obtiene el CO2 disuelto del mar y lo combina con el calcio, para producir así el carbono cálcico con el que construye sus caparazones. Nosotros podemos sustituir la totalidad de la industria cementera con el uso de la tecnología de la concha. La química es tan simple que molesta».
«Hoy en día todos los plásticos que utilizamos son fabricados con petróleo. Todas la plantas lo fabrican con el CO2, pero se necesita un catalizador y éste se puede hallar en los cítricos. Los cítricos son capaces de convertir CO2 en policarbonatos. Cuando no tienes más vida para tus policarbonatos en forma de CDs o computadoras, se puede reutilizar empleando este mismo sistema».
Una de las prioridades de la fundación que dirige Gunter Pauli es la educación ambiental entre los jóvenes, para lo que ha creado una serie de fábulas con las que pretende instruir a los escolares y que versan en torno al agua, alimentación, vivienda, salud, energía, trabajo y educación ética.
Según asegura, «el problema de los proyectos educativos en el mundo es que no tienen como base el desarrollo sostenible y lo que se necesita es romper el esquema tradicional de pensar. No es darles las repuestas básicas a los niños. Es enseñarles a ser investigadores, a responderles con preguntas que les pongan a pensar, para que ellos mismos se expliquen el porqué de muchos fenómenos».
En su opinión, «la metodología de la enseñanza hoy en día es un transfer de `yo sé-tu sabes' y no es así como se aprende. Cada uno tiene su metodología de aprendizaje, por eso se deben incluir en el sistema de enseñanza múltiples maneras de instruir».