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La reflexión sobre el Oteiza arquitecto abre la conmemoración del centenario

Coincidiendo con el quinto aniversario de la muerte de Jorge Oteiza, el Koldo Mitxelena acogió ayer la presentación de una serie de actividades que, coordinadas por la Diputación de Gipuzkoa, tendrán lugar a lo largo del año, con motivo de la conmemoración del centenario del nacimiento del artista de Orio. La primera de esas actividades, unas jornadas en Tabakalera que analizarán la relación de Oteiza con la arquitectura, arrancará hoy mismo.

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Martin ANSO | DONOSTIA

Javier Sáenz Guerra -hijo de Francisco Javier Sáenz de Oiza y él mismo colaborador en diversos proyectos de Jorge Oteiza- y Josep Quetglas -profesor de la Universidad de Barcelona- pronunciarán hoy, a las 19.30, sendas conferencias en Tabakalera.

Será la primera de las jornadas tituladas «Oteiza, arte, arquitectura y ciudad», que se celebrerán a lo largo del mes de abril y con las que la Escuela Superior de Arquitectura de Donostia, en colaboración con otras entidades, quiere sumarse a las conmemoraciones del centenario del nacimiento del artista de Orio.

Unas conmemoraciones que, según indicó Haritz Solupe, director de Difusión Cultural de la Diputación de Gipuzkoa, tendrán su punto álgido en torno al 21 de octubre, fecha del natalicio de Oteiza, pero que se harán notar también a lo largo del año.

Eugenio Urdambide, profesor de la Escuela de Arquitectura y uno de los organizadores de las jornadas que arrancan hoy, explicó que, entre las múltiples distinciones que Oteiza cosechó en vida, figura la de «colegiado honorario» del Colegio de Arquitectos. «No fue una distinción gratuita -destacó-, sino el reconocimiento de la vocación por la arquitectura que demostró a lo largo de su vida y la íntima relación de su obra con la investigación y experimentación racional del espacio». En ese sentido, Urdambide dijo que los arquitectos y, en particular, la Escuela de Donostia, tienen una deuda con Oteiza.

Para empezar a saldarla, la Escuela, con ocasión del centenario, ha organizado, además de las jornadas abiertas al público, un ejercicio teórico en el que participarán los 50 alumnos de la asignatura Proyectos V (sexto curso). Consistirá en diseñar un espacio expositivo en torno a Oteiza y el grupo Gaur bajo el parking de Arantzazu. «Se trata -detalló Urdambide- de un lugar muy poco conocido, pero que él conocía bien y llamaba `Las Catedrales'. En algún momento estuvo dispuesto incluso a donar su obra para que fuera instalada allí. Está situado frente al paisaje y cuenta con unos 1.000 cuadrados de superficie y unos 8 metros de altura».

Las jornadas, que arrancan hoy con Sáenz Guerra y Quetglas, continuarán el día 17, con María Teresa Muñoz, profesora de la Escuela de Arquitectura de Madrid y colaboradora de proyectos en los que participó Oteiza, como el de la Alhóndiga de Bilbo o el cementerio de Ametzagaña en Donostia; y el día 24, con Simón Marchán, catedrático de la UNED, quien contextualizará la tendencia a la arquitectura de Oteiza en la historia del arte contemporáneo.

Queda mucho por investigar

Fernando Golvano, profesor de Estética y Teoría del Arte en la UPV, que ha colaborado con la Escuela de Arquitectura en el diseño del programa de las jornadas, recordó que Oteiza fue «uno de los artistas que más tempranamente incorporó la escultura a la arquitectura». Fruto de ese diálogo interdisciplinar, «fértil y vanguardista», surgieron, en colaboración con diversos arquitectos, una serie de proyectos, entre ellos, Arantzazu, el monumento a Aita Donostia en Agiña, el monumento a Batlle en Montevideo, el cementerio de Ametzagaña en Donostia o el de la Alhóndiga en Bilbo. «Lamentablemente -dijo Golvano-, casi ninguno se llevó a cabo, y hoy no podemos rehacerlos, pero sí dar testimonio de la valía de sus aportaciones y de su inteligencia crítica, y ése es el objetivo de estas jornadas».

En opinión de Golvano, «la obra de Oteiza es tan poliédrica que, a pesar de lo mucho que se ha escrito al respecto, queda mucho más por investigar y repensar; porque Oteiza, que tan fascinado estaba por el laberinto, es él mismo un laberinto, un laberinto, además, siempre en transformación. Con estas jornadas queremos abrir nuevas galerías en ese laberinto».

El director del Departamento de Arquitectura de la Escuela de Arquitectura, Eduardo Artamendi, afirmó con ironía que Oteiza es «un todoterreno, porque sirve para todo». Recordó, como ejemplo, que él mismo firmó en contra del cubo diseñado por Oteiza para la Alhóndiga, porque destruía el edificio original. «Luego vimos cómo ese cubo gigantesco cambió de sitio, cambió de forma y se convirtió en el Guggenheim, y vimos cómo entonces Oteiza era esgrimido en contra del Guggenheim», dijo.

Para Artamendi, «dada la ambición física y espiritual» de Oteiza cuando se involucró en proyectos arquitectónicos, existe la tentación de considerarlo como arquitecto, «pero yo no creo que él hubiera sido nunca arquitecto, porque los arquitectos pasamos más del 80% del tiempo aplicando las normativas y haciendo cosas por el estilo, y eso le hubiese desesperado; bastante se desesperó porque no le hicimos caso». En opinión de Artamendi, Oteiza fue «sobre todo un crítico estético» y, en ese sentido, sigue siendo «una herida abierta, porque seguimos sin saber dónde encajarlo». La arquitectura, «por su escala, es lo que más potencia la crítica», y, en ese sentido, consideró que no es casualidad que las obras de Oteiza más polémicas hayan sido precisamente las de carácter arquitectónico.

«UN LABERINTO»

«Oteiza, que tan fascinado estaba por el laberinto, era en sí mismo un laberinto; a través de las jornadas, pretendemos abrir nuevas galerías en ese laberinto», afirmó Fernando Golvano.

Ficha

Título de las jornadas: «Oteiza, arte, arquitectura y ciudad».

Fechas: 10, 17 y 24 de abril.

Lugar: Tabakalera.

Hora: 19.30 horas, en todos los casos.

Entrada: libre.

«UNA CAÑONERA»

Recordando que el artista explicaba una de sus piezas como cañones abriendo fuego, Eduardo Artamendi afirmó: «Oteiza era una cañonera que disparaba su crítica estética sin cesar contra tantas cosas que hacemos que no están debidamente fundadas».

Actos en Donostia, Arantzazu, Orio y Zarautz

La iniciativa que arranca hoy en Tabakalera es la primera de «todo un reguero», en expresión de Fernando Golvano, que, con ocasión del centenario, se desarrollará a lo largo del año. Así, según adelantó Haritz Solupe, el Koldo Mitxelena albergará en mayo las jornadas «Oteiza (1908-2003)». En ellas, Pedro Manterola presentará su interpretación de la obra escultórica del creador de Orio; miembros del grupo Gaur disertarán sobre el momento que les tocó vivir; artistas más jóvenes, como Xabier Laka o Txomin Badiola, explicarán, a través de un vídeo producido para la ocasión, cómo influyó Oteiza en sus respectivas obras, y el catedrático de la Universiad de Barcelona Joaquim Dols se referirá a él «como gurú, como artista que ha marcado y soliviantado a la sociedad, como artista global». En agosto, en el marco de la Quincena Musical, Arantzazu y Orio acogerán conciertos especiales en los que se interpretarán piezas de compositores del gusto de Oteiza, como Aita Donostia o Debussy. Ya en octubre, coincidiendo con la fecha justa del natalicio, Zarautz y Azkoitia acogerán exposiciones, conferencias y homenajes varios. M.A.

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