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Ramírez renuncia ante el rechazo de Aralar y NaBai se queda fuera de la CAN

Nafarroa Bai no tendrá representación en el Consejo General de Caja Navarra (CAN). El presidente de EA, Maiorga Ramírez, anunció ayer la retirada de su candidatura tras la negativa de Aralar a apoyarle. Pero la crisis sigue: EA acusó a sus socios de «irresponsabilidad».

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Ramón SOLA |

La crisis interna abierta en Nafarroa Bai por el control de la coalición y su estructuración futura tiene ya una consecuencia: la coalición no tendrá representación en el Consejo General de la CAN. El presidente de EA, Maiorga Ramírez, decidió ayer tirar la toalla y retirar una candidatura que había presentado el jueves, apenas tres minutos antes del cierre del plazo de inscripción, para evitar precisamente esta autoexclusión derivada de la imposibilidad de consensuar un representante.

Ramírez dio a conocer su renuncia haciéndose rodear de miembros de la Ejecutiva de su partido. La presentó como una acción coherente con su compromiso inicial de que la candidatura debía «contar con el apoyo expreso del conjunto de la coalición» y tras constatar «la decisión unilateral adoptada por Aralar de no apoyar la única candidatura de Nafarroa Bai al Consejo de Caja Navarra».

La decisión de EA puede entenderse como una nueva derrota de sus posiciones dentro de la coalición, pero también como un paso adelante que pone en evidencia el alcance real de la crisis interna y sitúa la responsabilidad en el tejado de Aralar. Ramírez acusó directamente a este partido de «preferir hacer irreversible la exclusión abertzale de los órganos de la CAN que la pasada legislatura decidió el señor Sanz».

La nota leída por el propio afectado subraya además que «no aceptamos la pretensión de Aralar de censurar el debate en torno al representante en la CAN en los órganos internos de Nafarroa Bai». Y denuncia la «gran irresponsabilidad» de los miembros de la coalición que «preferían dejar a Nafarroa Bai sin representación», posición que no sólo defendió Aralar sino también el PNV.

«Negativa imagen»

Dicho todo esto, Eusko Alkartasuna, que ya la víspera anunció una reflexión interna sobre Nafarroa Bai, reclama a la coalición que emprenda también un «debate serio y sereno» en torno a todo lo que refleja este conflicto puntual, que Ramírez situó como «una muestra del camino que queda por recorrer para alcanzar una credibilidad institucional plena».

La nota de EA concluye prometiendo a los votantes de Nafarroa Bai y al conjunto de la ciudadanía «la tranquilidad y el compromiso de este portavoz y de EA de consolidar, fortalecer y apoyar el necesario proceso de maduración de la más importante alternativa política a UPN que ha existido en Navarra».

«Nafarroa Bai debe resarcir a la sociedad de la negativa imagen que a lo largo de la semana ha transmitido, y debemos hacerlo desde el compromiso inequívoco e inquebrantable con el proyecto de Nafarroa Bai», apostilla el comunicado.

EN LA PERMANENTE

EA planteará un debate sobre lo ocurrido en la reunión de hoy de la Permanente de Nafarroa Bai, aunque ayer ya censuró «la pretensión de Aralar de censurar el debate en torno al representante en la CAN».

«Como enemigos»

Maiorga Ramírez se mostró dolido por el tono de las críticas de componentes de Nafarroa Bai -el PNV fue quizás el más contundente-, de las que opinó que «parecen confundir al socio con el enemigo político». 

Aralar y EA asumen que está en juego el modelo organizativo

Nadie oculta ya que el conflicto desatado por la vocalía en el Consejo de Dirección de la CAN (en el que hay una treintena de miembros) es sólo la punta del iceberg de una batalla por el control y el futuro de la coalición. En esta pugna, Aralar parece el más interesado en imponer un reforzamiento interno que difumine o haga desaparecer la referencialidad anterior de los partidos que la conforman, en detrimento de EA, la formación que ha liderado tradicionalmente este espacio político en Nafarroa. Tras la reunión de su Ejecutiva el martes, el partido de Patxi Zabaleta atribuyó este conflicto a «una deficiente organización interna». Eusko Alkartasuna, por su parte, asume también que hace falta un debate «sobre la apuesta institucional e ideológica de la coalición y su modelo organizativo», según se lee en la nota de ayer.

Sobra decir que nadie pone en cuestión ni la continuidad de la coalición ni su pertenencia a la misma. Preguntado ayer sobre si hay riesgo de ruptura, Maiorga Ramírez respondió con rotundidad que «absolutamente no». Y reiteró su «compromiso inquebrantable» con la fórmula, pero también la necesidad de abrir una discusión ideológica y organizativa. R.S.

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