Según dio a conocer ayer el actual diputado foral de Hacienda de Gipuzkoa, Pello González, la Agencia Vasca de Protección de Datos considera en su dictamen sobre la filtración de datos patrimoniales del ex candidato a diputado general de Gipuzkoa y miembro del GBB del PNV, Jon Jauregi, que la Diputación de este herrialde cometió una «infracción grave», ya que los datos salieron de «la dirección del anterior Departamento de la Hacienda foral».

González compareció ante la comisión de Hacienda y se refirió a las acusaciones vertidas por Jauregi y el sector que encabeza Joseba Egibar en el PNV en marzo del pasado año, que culpaban a la propia Diputación de facilitar la información.

Trece meses y medio después de que la Cadena Ser difundiera un supuesto fraude del entonces candidato a la Diputación por no haber declarado varios pisos a Hacienda en plena precampaña para las elecciones forales y municipales, González aseguró que aunque no se han establecido «responsabilidades personales» la filtración responde a la «lucha interna del PNV», como denunció ayer también el juntero del PSE, Julio Astudillo.

Esa fue la tesis defendida por el sector que encabeza Joseba Egibar desde que la información saltó a la opinión pública y que concluyó con la renuncia de Jauregi al cargo. El presidente del GBB afirmó el 21 de febrero que la filtración había salido del PNV y exigió responsabilidades en el partido al máximo nivel.

Un día después, el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, instaba a Jauregi a demostrar su inocencia y no lo defendía de manera pública, pero además, aseguraba que las manifestaciones de Egibar eran «una hipótesis sin fundamentos».

Coalición PNV-PSE

La polvareda que levantó la información fue tal que hasta el anterior presidente del EBB, Xabier Arzalluz, se posicionó y señaló que el «ataque» a Jauregi se habría producido para dar paso a una coalición entre PNV y PSE.

El entonces candidato a la Diputación llegó a exponer ante la prensa datos sobre sus propiedades, mientras Egibar insistía en responsabilizar de la filtración a la Hacienda guipuzcoana y pidió al diputado general, Jose Juan González de Txabarri, que depurara responsabilidades. Asimismo, el burukide dijo que el objetivo que se buscaba era alterar el proyecto político de su partido.

Sin embargo, el ente foral respondió manteniendo la sospecha y reclamando a Jauregi que enseñará su declaración de la renta. Por ello, el GBB acusó a la Diputación de «falta de responsabilidad» y del «mínimo ético y principio de equidad» en la acción pública.

Al final, el 2 de marzo Jauregi renunciaba al cargo y se marchaba quemado por la filtración interna. Cuando anunció su decisión, dijo que «el origen del linchamiento está en nuestra propia casa, todos lo sabemos y así lo demostrará el resultado de la investigación. Pero el daño está hecho, a mí y a mi familia».

Su lugar como candidato a diputado general fue ocupado por Markel Olano, considerado como fiel escudero de Egibar. Con esta decisión el GBB dejó en evidencia que en la pugna interna el otro «alma» del PNV había logrado cobrarse la cabeza de Jauregi, pero poco más.

A pesar de las acusaciones, el sector de Imaz continuó diciendo que ni la Diputación ni el PNV tenía nada que ver con lo sucedido. En este sentido, el ahora presidente del EBB, Iñigo Urkullu, aseguró cinco días después de que se oficializara la salida de Jauregi que el ente foral «ha obrado correctamente» .

Preguntado por las críticas vertidas por Egibar culpando al PNV, señaló que «creo que no responde a cuestiones de sectores internos en el partido, sobre todo eso hay mucha leyenda. Pero, estamos hablando de la relación entre un contribuyente y la administración y creo sinceramente que el ente foral no ha cometido error ni defecto».