Ted Corbitt, precursor del maratón y de otras carreras de fondo, solía decir que para correr lo único que hacía falta es tiempo y un par de zapatillas baratas, una afirmación que han compartido millones de personas en todo el mundo. Al ex plusmarquista estadounidense, fallecido el pasado mes de diciembre, le dio tiempo a correr de todo en una vida octogenaria y a presenciar la expansión del atletismo tras el boom de los años 80, cuando miles de personas comenzaron a practicar atletismo en el asfalto de las calles.

Aquellas zapatillas baratas pueden ser también muy caras, porque el deporte genera inmensos negocios y las multinacionales no descansan en la creación de nuevos productos. Si alguien no consigue dar con el calzado adecuado, ya no hace falta recurrir a las plantillas, ahora las suelas se adaptan. Se trata del formotion, un invento que soluciona las diferencias en la pisada. Tras rellenar con gel el talón de las zapatillas, la suela reconoce la forma de pisar, lo compensa y se adapta. Un milagro.

La última novedad es más sofisticada, porque además habla. Se trata de un aparato interactivo denominado miCoach, un entrenador personal pensado para el ámbito del atletismo al estilo de un 3 en 1 que incluye un chip en las zapatillas, un pulsómetro en el pecho y un teléfono móvil que sirve de guía al atleta. La firma deportiva Adidas y la electrónica Samsung son los padres del nuevo producto y han empleado dos años de trabajo en crear un instrumento de entrenamiento que parece competir con el Ipod comercializado por Appel y Nike.

El precedente

Con anterioridad, éstos ya habían dicho adiós a «la soledad del corredor de fondo» inventando un chip que, instalado en las zapatillas, facilitaba información detallada sobre distancias recorridas, ritmos invertidos, calorías perdidas y permitía establecer análisis y comparaciones, al tiempo que el usuario escuchaba la voz de algunas de las estrellas del deporte impartiendo ánimos, o la música de su grupo preferido para hacer más llevaderos los rigores del recorrido.

Entonces Nike era el principal patrocinador de la Behobia, la carrera popular más importante de Euskal Herria, aunque según recuerdan desde el Fortuna, club organizador de la prueba, «fue cuando se empezaba a promocionar y no tuvo mucha repercusión en la última edición», admite Iñigo Etxeberria, coordinador de la carrera en referencia a lo que se conoció como el Nike Plus. El nuevo artilugio «miCoach» -integrado por el teléfono, un chip sensor ajustado a las zapatillas y un monitor de ritmo cardíaco- permite realizar un entrenamiento individualizado a cada usuario en función de su estado físico y de sus objetivos. Y con ello vuelve a contradecir el espíritu del viejo Corbitt, pionero de las largas distancias y partidario de correr por correr, que aseguraba que para esto no hacían falta objetivos.

Y eso que entre sus gestas está la de haber participado en la fundación del maratón de Nueva York. El programa ideado por el tándem alemán-coreano consiste en introducir las características físicas del dueño en la página web de «miCoach» y el atleta obtiene una guía de entrenamiento. Después, conectado al móvil por unos auriculares podrá escuchar recomendaciones para su ejercicio. Al igual que el anterior artilugio, convinan la información y el entretenimiento.

Adidas vuelve a ser el principal patrocinador de la Behobia y el acuerdo es para cinco años. La carrera se abrirá el segundo domingo de noviembre a 16.000 participantes, unas cifras nuevas para la competición donostiarra. «Vivimos cada vez en una sociedad más individualista y en la Behobia la gente busca lo contrario. Los corredores aprecian la relación con los demás y van pendientes de la gente que les anima», admite Etxeberria en alusión a una prueba que se vive con entusiasmo dentro y fuera.

El sudanés Kaki Khamis, la última perla de 800 metros, no recurrió a tecnologías punta para proclamarse campeón mundial indoor en una carrera prodigiosa en el mismo lugar en el que se presentaba en sociedad el nuevo «miCoach». Khamis, la revelación del medio fondo con 18 años, respondió que su táctica había sido sencilla, «correr desde el principio el que más y ganar».