M.A. Bastenier 2008/4/9
Hegemonía `negativa'
EL PAÍS
(...) al derrumbe del comunismo, una cierta lógica impulsó a Estados Unidos a tratar de llenar ese espacio estratégico evacuado por el Kremlin; lo intentó el primer Bush con prudente parsimonia y una gran coalición internacional para echar a Sadam Hussein de Kuwait, pero sin pasar de ahí.
El 11-S, el segundo Bush, y una patrulla de exploradores del futuro, los llamados neocon, decidieron, sin embargo, que había llegado el momento de poner en práctica una estrategia de destrucción masiva para hacerse los amos de la unipolaridad. Y las guerras de Afganistán e Irak, etiquetadas por Estados Unidos como episodios de la lucha contra el terrorismo internacional son hoy medios para el establecimiento de esa unipolaridad; como lo ha sido también la pasada cumbre de la OTAN en Bucarest, en la que se acordaba el ingreso en la organización de Croacia y Albania y, a plazo indeterminado, Georgia y Ucrania. Esta hinchazón de la Alianza, junto con la eventual instalación de un escudo antimisiles en Polonia, son mojones sobre el terreno en el nuevo cerco de Rusia (...).
El mundo ha dejado de ser bipolar, pero no por ello ha podido instalarse en una unipolaridad que encarnara Estados Unidos. La potencia norteamericana está fracasando en ese empeño, pero eso tampoco significa que ni real ni tendencialmente el planeta marche hacia la multipolaridad, como sería el gobierno compartido o disputado de un cónclave de potencias; antes bien, el mundo geoestratégico parece perdido en una tierra de nadie, entre Pinto y Valdemoro. (...)
Y así es como Estados Unidos ejerce hoy una hegemonía negativa ; la de impedir que rompa aguas la multipolaridad, porque su fuerza material y militar es superior a la de todas las demás potencias coligadas, pero, en cambio, su incapacidad de estructurar el planeta de acuerdo con un orden reconocible, produce un estancamiento con tendencia a la putrefacción de los conflictos en curso. (...)
Es una hegemonía de destrucción masiva. La de Marte, como dijo el politólogo norteamericano Robert Kagan; pero Marte cuando ataca a la Tierra.