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Una veintena de prelados arropa al cuestionado Iceta en su ordenación

Mario Iceta Gavicagogeascoa fue ordenado obispo auxiliar de Bilbo en una ceremonia rodeada de boato, en la que el gernikarra contó con el respaldo de una veintena de prelados vascos y españoles, el cardenal sevillano Carlos Amigo y el nuncio apostólico Monteiro de Castro, mientras las muestras de rechazo al modo en que la Santa Sede le ha designado como el noveno monseñor de la diócesis no cesan a pesar de la ofensiva de los sectores más conservadores.

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Agustín GOIKOETXEA |

Mario Iceta accedió ayer al cargo de obispo auxiliar de Bilbo en una ceremonia que se prolongó por espacio de dos horas y cuarto en la catedral de Santiago, oficiada por el prelado titular de la diócesis, Ricardo Blázquez, y concelebrada por una veintena de obispos y arzobispos con el cardenal sevillano Carlos Amigo al frente. Al igual que sucedió hace trece años al tomar posesión el abulense, estuvo arropado por hombres clave en la curia como el nuncio apostólico en el Estado español, Manuel Monteiro de Castro, y el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino.

Fue destacada la presencia de miembros del Opus Dei, prelatura con la que el gernikarra dice no tener nada que ver, aunque son quienes más aplauden su nombramiento por Joseph Ratzinger. Uno de los obispos que primero le estrechó la mano a su llegada a la puerta de la catedral fue su homónimo palentino, el conservador José Ignacio Munilla Agirre, natural de Zumarraga, a quien se postula como futuro prelado de Gasteiz, e incluso de Donostia.

Entre los asistentes a la dilatada celebración religiosa estuvieron el alcalde Iñaki Azkuna; el ex diputado general de Bizkaia José Alberto Pradera; o Marisa Arrúe, del PP. Algo más de un centenar de fieles llegados de Córdoba, con su obispo Juan José Asenjo a la cabeza, acudieron a la ordenación del que ha sido hasta febrero vicario general de la capital andaluza y miembro del consejo de administración de CajaSur.

Una vez cubierto con la mitra y portando el báculo, Iceta dirigió unas palabras a los cientos de fieles que llenaban las naves, pórtico y claustro de la catedral para mostrar su alegría. «Vengo donde está mi casa, mi familia, mis amigos, mi infancia», señaló, antes de declarar su deseo de «ser de utilidad» a Blázquez, a quien podría sustituir en el horizonte de un lustro si al abulense le conceden finalmente un arzobispado por su labor en la estrategia vaticana, auspiciada por los cardenales integristas españoles, de «meter en cintura» al clero vasco.

En sus primeras entrevistas a medios locales, que han tratado de contrarrestar la convulsión que se vive desde hace semanas en el seno de la Iglesia vizcaina y que se ha transmitido a los fieles en numerosas parroquias de Bizkaia, Mario Iceta ha manifestado que no viene «a poner orden». Desde algunos sectores diocesanos se aventura que los frutos de su tarea se irán percibiendo a largo plazo y supondrán el «aterrizaje» de curas ultraderechistas.

Siguen los pronunciamientos

Si las semanas previas se han sucedido las dimisiones de una docena de miembros de la Comisión Permanente del Consejo de Presbiterio y del Comité Ejecutivo del Consejo Pastoral Diocesano -entre ellos su secretario general, Bittor Uraga-, en ésta que ahora culmina se ha conocido la misiva enviada por el Consejo Diocesano de Acción Católica de Bilbo a Ricardo Blázquez.

Al igual que sucedió en notas leídas en una decena de parroquias de Durangaldea o del área de Santutxu-Begoñazpi, se expresa al prelado su «más profundo malestar, desacuerdo y preocupación» por el modo en que el Vaticano ha elegido a Iceta Gavicagogeascoa. «No nos hemos sentido escuchados respecto a las necesidades pastorales que vivimos en la diócesis, ni en cuento al perfil», confiesan estos militantes católicos, antes de declarar que están «persuadidos de la necesidad de un talante más participativo y transparente en procesos de este tipo».

No todos han cuestionado las decisiones de la Congregación de Obispos de la que forma parte el cardenal madrileño Antonio María Rouco Varela. A través de foros digitales se ha pronunciado el párroco de la catedral donde ayer fue ordenado Mario Iceta, Luis Alberto Loyo, que ha echado un capote a Blázquez, a la vez que criticaba a los miembros de los consejos diocesanos que han dimitido.

El mismo día que se celebró la ordenación episcopal del gernikarra se conoció que Benedicto XVI ha nombrado obispo al sacerdote del Opus Dei Juan Arrieta Ochoa de Chinchetru al asignarle la sede histórica y simbó- lica de Civitate, según informó ayer la Santa Sede. Este gasteiztarra, de 57 años, fue elegido en febrero por el Papa secretario del Consejo para los Textos Legislativos.

Doctor en Derecho Canónico y en Jurisprudencia, ha sido profesor de derecho canónico en la Universidad de Navarra, así como decano de la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, de Roma, del Opus Dei.

noveno en 58 años

El nuevo obispo auxiliar de Bilbo, que sustituye a Karmelo Etxenagusia, que se retira por haber cumplido los 75 años que establece el Derecho Canónico, es el noveno prelado que tiene la diócesis en sus 58 años de historia.

Lema episcopal

Mario Iceta ha elegido «Omnium servus» (Servidor de todos) como su lema episcopal, mensaje extraído de una cita del Evangelio, según San Marcos. Ayer, adelantó su intención de «ser para todos una ayuda eficaz».

Kristau Sarea organizó unas elecciones a obispo simbólicas

La víspera de la ordenación episcopal de Mario Iceta Gavicagogeascoa como obispo auxiliar de Bilbo, el colectivo Kristau Sarea organizó delante de la iglesia de San Vicente Mártir, al lado de los Jardines de Albia, unas elecciones a obispo simbólicas. Este colectivo de cristianos de base quiso con esta iniciativa, en la que se implicaron cerca de 200 personas, animar a otros grupos y comunidades a que impulsen comicios similares «para hacer visible el deseo de una mayor democracia en la toma de decisiones dentro de la Iglesia católica».

En este acto hubo una urna en la que los participantes pudieron escoger entre Don Ultra, Don Melifluo y Doña Fraternidad. Cada una de las candidaturas disponía de su programa electoral, en el que se reflejaban, en opinión de los integrantes de este colectivo con implantación en Bizkaia, las diferentes actitudes que se observan dentro de la Iglesia respecto a factores como la solidaridad con los pobres, la sexualidad y la democracia interna.

Kristau Sarea quiso así, «desde la ironía y en un clima festivo», mostrar que no todos los católicos están de acuerdo con el modo en que la Santa Sede ha elegido al obispo auxiliar de Bilbo, así como la adcripción de Mario Iceta Gavicagogeascoa «a los postulados más conservadores de la Iglesia». Tras las elecciones, la candidatura de Doña Fraternidad, la que postulaba una Iglesia plural y democrática, fue la elegida por quienes participaron de este acto simbólico.

El déficit democrático en la Iglesia católica es denunciado constantemente por muchos fieles y, a raíz de la designación de Iceta, desde los propios órganos de la diócesis vizcaina, por primera vez en la historia, se ha lamentado esa falta de transparencia y se ha hecho público ese malestar. GARA

otro obispo del Opus

El Vaticano informó ayer de la designación por el Papa Benedicto XVI del sacerdote gasteiztarra Juan Arrieta Ochoa de Chinchetru, del Opus Dei, como obispo de la sede histórica y simbólica de Civitate.

Acción Católica

El Consejo Diocesano de Acción Católica de Bilbo se ha sumado a la lista de órganos de la diócesis que ha mostrado a Blázquez su «más profundo malestar, desacuerdo y preocupación» por la designación de Iceta.

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