Mbeki, mediador entre el Gobierno y la oposición de Zimbabwe, afirmó ayer que no hay crisis en este país a causa del retraso en la publicación de los resultados de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 29 de marzo. Declaraciones que contrastan con los mensajes lanzados por algunos de los participantes en la cumbre extraordinaria de la Comunidad para el Desarrollo de África del Sur (SADC) en Zambia, y las «advertencias» del primer ministro británico, Gordon Brown.

«La situación es normal y yo no la tildaría de crisis. Tenemos que esperar a que la Comisión Electoral de Zimbabwe (ZEC, en inglés) dé a conocer los resultados», subrayó Mbeki a los periodistas a la salida de una reunión a puerta cerrada con su colega zimbabuense, Robert Mugabe.

Mbeki, el jefe de Estado africano visto como el único que podría convencer a Mugabe para que ordene a las autoridades electorales la divulgación de los datos, viajó a Harare para entrevistarse con su colega antes de trasladarse a Lusaka, donde participa en la reunión de la SADC para tratar de resolver la crisis zimbabuense.

Mugabe, por su parte, reiteró que no participará en la cumbre, aunque cuatro integrantes de su Gobierno representarán a Zimbabwe en la reunión de la SADC, compuesta por catorce países del sur del continente.

Desde Lusaka, el jefe de la delegación gubernamental, el ministro de Justicia zimbabuense, Patrick Chinamasa, calificó ayer de «inaceptable» que la SADC haya invitado a la cumbre al líder del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai.

El jefe de Estado de Zambia y presidente de la SADC, Levy Mwanawasa, afirmó que no «podemos permanecer con los ojos cerrados y sin hacer nada cuando uno de sus miembros está atravesando dificultades políticas y económicas», indicó. «Esta cumbre no busca poner a su excelencia, Robert Mugabe en el banquillo, de hecho no sería africano el hacer incluso tal sugerencia», aseveró.

Mugabe y Brown

Mugabe, entretanto, respondió ayer a las advertencias del primer ministro británico, Gordon Brown, en torno a que la «paciencia de la comunidad internacional se había debilitado» con su régimen y minimizó las palabras del mandatario laborista al calificarlo de «diminuto punto en el mundo».

El presidente de Zimbabwe restó trascendencia a las amenazas del británico e ironizó: «¿Es Brown el mundo?».