La explosión fue escuchada alrededor de las 11.00 por un montañero que se encontraba en las inmediaciones del repetidor atacado, situado a unos 500 metros de la localidad de Lapoblación, en la comarca de Lizarreria, en el extremo occidental de Nafarroa y muy cerca del límite con Araba. Esta persona, según informaron fuentes de la delegación del Gobierno español en Nafarroa, fue quien dio aviso a la Guardia Civil, que se hizo cargo de la investigación.

Especialistas en desactivación de explosivos del instituto militar español se trasladaron al lugar y constataron que el artefacto, que era «de escasa potencia», había ocasionado un pequeño agujero en el suelo de la entrada del repetidor, sin llegar a afectar al servicio.

La infraestructura atacada consta de cuatro antenas que dan servicio a los Bomberos, Radio Nacional de España, el segundo canal de ETB y a la Autopista Vasco Navarra.

En el lugar, según dicha fuente, habían sido colocadas dos pancartas, una con el texto en castellano «Peligro. Bomba ETA» y otra en castellano y euskara en la que se advertía: «No tocar. Ez ikutu». En la posterior inspección del lugar, los especialistas de la Guardia Civil localizaron un segundo artefacto que no llegó a explotar.

Las reacciones al atentado no tardaron en producirse. Así, el secretario general de UPN y portavoz del Gobierno de Iruñea, Alberto Catalán, manifestó su «rotunda» condena y advirtió a ETA de que «no va a conseguir amedrentar a los ciudadanos».

Catalán, que se desplazó hasta el repetidor, aseguró que la sociedad «exige a los principales partidos que luchen conjuntamente contra ETA» y para ello les pidió que «se dejen de discrepancias», «acuerden la política antiterrorista y recuperen el espíritu del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo».

«Los violentos no van a conseguir en ningún caso amedrentar ni asustar a los ciudadanos, que quieren vivir en paz y en libertad», afirmó Catalán, señalando que la colocación de los artefactos era «un ejemplo más de la falta de respeto de ETA hacia la libertad y la democracia, en definitiva, hacia las personas».

El PSN también condenó la acción de Lapoblación «con la máxima rotundidad». Además, CDN hizo lo propio. En un comunicado advirtió a la organización armada vasca que «jamás logrará influir» en las decisiones que Nafarroa adopte sobre su presente y su futuro.

Convergencia de Demócratas de Navarra manifestó en su nota que, cualquiera que sea el objetivo que se deseo defender, «la utilización de la violencia, aunque sea de manera indirecta, perjudica seriamente su viabilidad» pues «ninguna sociedad democrática moderna admite que en su construcción se aproveche del terrorismo y la violencia criminal».