Elías Amézaga Urlézaga, nacido en Bilbo en 1921 y licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo, era autor de más de 60 libros y, en su faceta de ensayista, dedicó gran parte de su vida al estudio de otros escritores vascos. Fue, precisamente, el primero en trazar el más detallado diccionario sobre escritores -«Autores vascos»- en el que escribió sobre «más de 12.000 autores, con sus nombres y apellidos, una mínima biografía de muchos de ellos y las referencias bibliográficas de los mismos, un esfuerzo que le convirtió en el autor que más ha escrito sobre escritores vascos».

Pese a ello, Abraham de Amézaga, nieto y secretario del escritor entre 1992 y 2002, y autor del libro «Elías Amézaga Urlézaga» (Eusko Ikaskuntza, Donostia, 2005), lamenta que Elías fue «injustamente olvidado desde hace tiempo, por esas instituciones que presumen de su label vasco a los cuatro vientos, por multitud de colegas que durante años envidiaron que mi abuelo pudiera vivir desarrollando su pasión, las letras, sin necesidad de un trabajo paralelo que lo sustentara».

En un comunicado remitido a los medios de comunicación, Abraham recuerda que su abuelo nunca se afilió a partido alguno, ni a asociaciones o foros. «Él estuvo convencido de que la pluma y la palabra eran suficientes, y que lo mejor que podría aportar a la cultura y sociedad en la que le había tocado vivir, aunque he de reconocer que en los diez años que colaboré con él, como su secretario personal, jamás recuerdo que recibiera una llamada de aliento, de ánimo». Dos entes culturales de primer orden, la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País y la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza, fueron, según Abraham, «las únicas en reconocer la dimensión de todo su esfuerzo, nombrándole la primera socio emérito y entregándole la segunda el Premio Manuel Lekuona, en 2005; junto con el Ayuntamiento de Bilbao».

«A pesar de ello -prosigue el comunicado-, siento decirlo, pero Euskadi no se ha merecido tener en su seno un hombre como Elías Amézaga, por haberlo olvidado y no haberlo apoyado lo suficiente en su labor en pro de la difusión de la cultura vasca escrita en castellano, en estos últimos años. ¿O acaso ésta no es vasca? Y no lo digo con pasión de nieto, ni con despecho, sino desde el silencio. Ahí están los hechos para demostrarlo».

La misa funeral por el dramaturgo, ensayista y novelista, que murió anteayer en su domicilio de Getxo rodeado de su familia, fruto de una larga enfermedad, será oficiada hoy, a las 19.00, en la parroquia de Andra Mari de Getxo, después de que su cuerpo haya permanecido en el tanatorio Sarría, de Algorta.