El Tribunal Supremo de EEUU consideró ayer que el método de la inyección letal se ajusta a la Constitución, una decisión tomada con reservas pero que supondrá una reactivación de la aplicación de la pena de muerte en la mayor parte del país.

Por siete votos contra dos, el Alto Tribunal rechazó un recurso de dos condenados de Kentucky que reclamaban la prohibición de esta forma de ejecución es inconstitucional, porque causa un sufrimiento innecesariamente cruel al ejecutado.

«Entendemos que los demandantes no han conseguido probar que el riesgo de dolor de una mala administración del protocolo de inyección letal y la no adopción de métodos alternativos no probados constituye un castigo cruel y excepcional», señaló el juez John Roberts en la resolución.