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«Mientras en Inglaterra se escandalizaban, aquí: `que les metan al talego a esos vascos'»

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Juan Acena

Vocal de soziedad alkoholika

Bajo la agitación de una voz crispada y áspera, Soziedad Alkoholika comenzó a combinar urgentes acordes y ritmos sin aliento. De la atormentada combinación fueron surgiendo las primeras canciones en 1988. Veinte años después, el cuarteto de Gasteiz celebra la llegada de «Mala sangre», nuevo álbum editado por el sello internacional Roadrunner.

Pablo CABEZA | BILBO

Han transcurrido veinte años desde los primeros acordes de Soziedad Alkoholika, justo también la veintena de tacos que le caen al gaztetxe de Gasteiz. Dos propuestas alternativas que perduran en el tiempo y que mantienen con plena vigencia su ideario. Los segundos celebran actos y los primeros la llegada de «Mala sangre», nuevo álbum (sale a la venta el lunes próximo) que llega tras cuatro años de espera y bajo el respaldo de Roadrunners, una de las discográficas independientes más sólidas y de mayor prestigio de toda la escena internacional. Con semejante apoyo, y dejando atrás las mezquindades de ciertos medios de comunicación, así como de los ofuscados despropósitos de la AVT, Soziedad Alkoholika responde a tanta sinrazón con «Mala sangre», un cedé que se muestra como la referencia más completa y sólida de todo lo que han grabado en sus veinte años de vida y título que les mantendrá entre la élite de formaciones internacionales orientadas hacia el thrashcore.

Desde la edición del anterior álbum han pasado cuatro años, posiblemente los más turbulentos de la vida de S.A.

Sobre todo los más surrealistas, sin duda alguna. No sé si la gente se ha llegado a plantear lo extremadamente grave e inaudito que, a mi entender, es que lleven ante un tribunal de excepción, como es la Audiencia Nacional, a un grupo de música que lo único que hace en sus canciones es expresar, a su manera, cómo vive y cómo siente la realidad que le rodea. Es esperpéntico que algo como esto esté ocurriendo en un país que pertenece a la Unión Europea, y que, además, a la mayoría de medios de comunicación les parezca algo lógico. Tiene cojones que desde países como Inglaterra se interesen y se escandalicen por nuestro caso, y aquí, como de puta madre: «que les metan al talego a esos vascos, que no dicen más que burradas».

Y desoladores...

Han sido años tristes, y clarificadores, porque aunque comprendo que el hecho de que te mezclen con ETA es un tema espinoso, es muy triste comprobar como muchos grupos y compañeros de carretera, que nos conocen perfectamente como para saber que no tenemos nada que ver con lo que nos acusan, no hayan dado la menor muestra de indignación, incluso no hayan tenido ningún reparo en actuar en conciertos en los que habíamos sido censurados, ocupando nuestro lugar. Sin embargo, otros que no tenían demasiado que ver con nosotros, se han portado que te cagas. Eso sí, nuestros seguidores son de una raza aparte, pues nos han dado una fuerza terrible con sus continuas muestras de apoyo. Realmente somos muy afortunados de tenerles detrás de nosotros.

¿Cada uno de ustedes ha vivido esta situación como mejor ha sabido o lo han asumido en bloque?

 

Bajo esta presión ¿cada concierto realizado ha sido más intenso, más maduro...?

Algunos sí porque han sido después de grandes polémicas y eso te da un plus de mala hostia a ti y a la peña. Pero estamos intentando seguir a nuestro ritmo, no permitiendo que unos exaltados nostálgicos del régimen franquista sean los que influyan en nuestra manera de funcionar.

Sólo una letra del nuevo álbum trata directamente sobre los acontecimientos pasados.

Me ha costado un triunfo abstraerme de esa realidad; de hecho, casi todas las cosas que escribía y que me venían a la cabeza iban en ese sentido. Sin embargo, decidimos que ya habíamos tratado este tema suficientemente en el disco «Tiempos oscuros».

¿Tienen complejo de mártires?

No sé si de mártires, de panolis o de titanes (risas), porque nos han dado hostias por todos lados, para dar y regalar, y aún me asombro de que continuemos a lo nuestro. Aunque te digo muy en serio que a toda esa gente que dice que esto nos ha venido bien, yo le invito a que se hagan una versión de «Explota cerdo» y... a triunfar. Es que eso es lo que más rabia da, oír ese tipo de estupideces. No sé quien puede ser tan lerdo de pensar que, porque te acusen de hacer apología de ETA, va a ser positivo para que vaya más gente a tus conciertos. A nosotros, ese sanbenito, me parece que ya no nos lo quita ni dios.

Se cumplen veinte años de la ocupación del gaztetxe de Gasteiz y otros veinte de S.A. ¿Vivió la ocupación, se acuerda de aquellos primeros años, de las procesiones ateas...?

Sí, me acuerdo, sí, y me da como morriña por aquellos tiempos, por las ganas de hacer cosas que había, las ganas de cambiar todo. Acudía a festis y, por supuesto, a las manis ateas, que fueron de lo más cachondo que se ha hecho por aquí. Luego estuve una temporadita organizando conciertos en el gaztetxe y, de vez en cuando, poniendo el sonido. Asimismo, algunos carteles de conciertos de principios de los 90 llevan mi firma. También tenía con unos colegas un programa en Hala Bedi Irratia,y Jimmy y Roberto hacían otro. Justo este año se cumplen los veinte años del gaztetxe de Gasteiz y otros veinte desde que nosotros empezamos a meter ruido, en 1988.

Firmar para un sello internacional como Roadrunner se supone que es como para sentirse muy orgulloso, ¿no?

No te voy a decir que no. Muchos de los grupos que admiramos pertenecen a ese sello, así que para nosotros es casi como cuando un equipo sube a Primera. Pero bueno, tenemos los pies en la tierra y no sabemos muy bien cuáles son sus expectativas para ficharnos. Esperamos que nos dé la posibilidad de crecer como grupo. Para nosotros es un poco una aventura, intentar hacer otras cosas, viajar a otros países. Ésas son nuestras expectativas, pero bueno poquito a poco, sin flipar demasiado.

¿El acuerdo fue un subidón, hubo descorche?

Fue una sensación un poco rarilla, porque aunque te dan ganas de echar las campanas al vuelo y descorchar champán, firmar un contrato así, como importante, te hace pensar que algo tiene que salir mal, como que tiene que haber gato encerrado, porque crees que no es posible que eso te esté ocurriendo a ti. No sé, después de tantas mierdas que nos han pasado con las discográficas pues como que prefieres mantener la cautela. Cuando veamos que pasan cosas que no nos pasaban estando en nuestro propio sello, entonces sí que lo celebraremos a lo grande.

«La mala sangre es lo que siempre nos ha inspirado a la hora de hacer las cosas»

El álbum se titula «Mala sangre», ¿es concreto o engloba muchas cosas?

No queríamos un título que se asociara a la persecución que sufrimos (aunque me temo que no lo hemos conseguido), y no dábamos con nada que nos convenciera. Lo de «Mala sangre» sí que refleja un poco el espíritu que buscábamos, ya que es una referencia clara a la mala hostia que desprende este disco, tanto en la música como en el mensaje de las letras. La mala sangre es lo que siempre nos ha inspirado a la hora de hacer cosas.

Han tardado mucho en componer el presente álbum, ¿demasiadas distracciones...?

Más que por el tema del juicio, que también descentra lo suyo, el parón ha sido por el DVD que sacamos en 2006, el «Corrosiva», que se nos complicó bastante, pues después de estar un año y medio con un realizador de Barcelona, a mitad de camino nos dejó tirados, por lo que tuvimos que volver a empezar de cero con una peñica de Gasteiz.

¿Cómo surgió la posibilidad de contar con El Gordo, de los brasileños Ratos de Porao?

El Gordo es colega desde hace muchísimos años. Hemos compartido escenario con Ratos De Porao muchas veces y, aunque no teníamos claro en qué tema concretamente podía participar, sí que sabíamos que había un par de ellos que le iban de puta madre. Además, no solemos tener demasiadas colaboraciones y esta vez nos apetecía, así que, como coincidimos en el Viñarock del año pasado, se lo comentamos y resultó que a él también le apetecía.

 
local de ensayo

«Intentamos seguir a nuestro ritmo, no permitiendo que unos exaltados nostálgicos del régimen franquista sean los que influyan en nuestra manera de funcionar»

 
seguidores

«Nuestros seguidores son de una raza aparte. Nos han dado una fuerza terrible con sus continuas muestras de apoyo. Realmente somos muy afortunados de tenerles»

Potencia, emoción y rapidez en alta fidelidad

Una intro, «Asalto», sugiere y alerta sobre el nuevo sonido de S.A., más profundo, más oscuro, más hiriente. Un minuto que da paso a «Sangre al fin», donde el quinteto apunta fidelidad y alerta. De paso, sobre el descomunal regreso. Sonido tribal porque semejante sonoridad sólo puede arrancarse a las entrañas atávicas. Probablemente no se pueda trascorear (thrash más jarkore) a mayor velocidad y, en paralelo, conseguir que todos tengan su espacio, abrumen y maticen («Política del miedo», fervor;«Intactos», pegadiza; «Por el odio», «Mi rabia», enorme corte; «Solicitud de condena», guitarrero; «Siempre alerta», punkarra...), pero S.A. lo consigue. Por sonido, rítmica, potencia, emoción en la voz, admirables guitarras... «Mala sangre», también con su punto melódico, es tan clásico y tan grande como el significado de las primeras patadas de Metallica. P. C.

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