Tere Saez y Sara Txandia Servicio de Igualdad y Mujer del Ayuntamiento de Lizarra
Palabras para Ayde
Nos es difícil olvidarte. Tu carita de asustada. Las dificultades para entender bien el idioma. La cabeza baja, incapaz de mirar a la cara, fruto de una vida de sumisión, explotación y sufrimiento. El miedo expresado en tus ojos.
Te conocimos el 9 de mayo de 2007. Habías oído hablar de este lugar como un espacio donde podían ayudarte. Llegaste marcada por todos los sitios. Tu marido te había dejado irreconocible. Pero tu dolor era mayor cada vez que recordabas a tus cuatro hijos, el más pequeño de cuatro meses, que se habían tenido que quedar en Bolivia. Eso sí, te encargaste de que quedaran bien atendidos. Y tu aquí, ilegal, junto a un hombre que te maltrataba pero al que tu todavía querías y justificabas («es que toma y se pone violento»).
Estuvimos contigo durante un mes, acompañándote en lo que necesitabas. Tenías orden de alejamiento y muchos problemas que resolver. Después desapareciste y no volvimos a verte hasta hace un mes, cuando de nuevo venías a pedirnos ayuda. Habías vuelto con él, lejos de Lizarra. Otra oportunidad, pero había vuelto a las andadas. No querías denunciarlo por ser ilegal, él y tú. Habías vuelto cerca de tu único familiar en estas tierras, tu hermana. Tenías miedo de que tu marido te encontrara. Estabas embarazada. Una vez más ilegal, sin casa, trabajo, dinero... Apoyada por alguna voluntaria y con lo que tu hermana podía ofrecerte, poco porque se encontraba en una situación parecida a la tuya. Tú querías ser legal para trabajar y reunir dinero para volver a Bolivia junto a tus cuatro hijos y el quinto en camino. Ese día no podías casi hablar. Te encontrabas mal, te dolía mucho la tripa.
Fuiste derivada y atendida estupendamente en el centro de urgencia para mujeres maltratadas. El dolor continuaba y te llevaron al hospital. El parto venía mal. Estaba acompañado de un tumor. Y allí, en el hospital, se ha quedó tu cuerpo que ojalá descanse en paz, lo que no pudiste hacer en vida.
Ayde, tu recuerdo para nosotras significa ánimos para seguir avanzando en conseguir todos los derechos para todas y erradicar la violencia de género. Por eso no te olvidaremos. No es justo un mundo tan mal repartido, en el que mujeres como tú escasamente han podido saber lo que es la felicidad y el bienestar. Agur.