La 26º edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, que ha contado con invitados de la talla del francés Moebius, el norteamericano Peter Bagge y el argentino Quino, padre de Mafalda, cerró ayer sus puertas con un balance de unos 100.000 visitantes en los cuatro días del evento, lo que consolida el número de asistentes de años anteriores.

La feria, que este año ha dedicado sendas muestras a los 50 años de Mortadelo y Filemón, creaciones de Francisco Ibáñez, y a las «Viñetas censuradas» en el Estado español en el último siglo, se ha caracterizado por una mayor integración del cómic con el cine, la televisión y los videojuegos, según informó la Federación de Instituciones Profesionales del Cómic (FICOMIC), entidad organizadora del salón.

En la próxima edición, Galicia tomará el relevo de las Islas Baleares como comunidad autónoma invitada.