Amstel Gold Race
Cunego alarga su racha y vence con gran claridad
Los rivales que llegaron en el grupo delantero no tuvieron nada que hacer ante la superioridad del italiano
Koldo AKORDARREMENTERIA | GASTEIZ
Damiano Cunego puso el broche de oro a una de las mejores semanas de su vida deportiva al vencer con claridad la Amstel Gold Race. Después del recital que dio en Zornotza hace 8 días, ayer volvió a ser el más fuerte en una carrera marcada por la tensión y el movimiento constante. La edición de la primera carrera de la trilogía de las Árdenas venía marcada por la ausencia de corredores importantes como Tom Boonen o Paolo Bettini. Pero las bajas no influyeron en la calidad de la carrera.
Cunego hizo ciertos los pronósticos que le daban como favorito y venció con una autoridad sorprendente en un novato en la prueba. El italiano está cuajando una de las temporadas más exitosas de su carrera; pero todavía sigue afirmando que su objetivo principal es el Tour.
Carrera electrizante
No hubo ningún momento de tranquilidad para el pelotón. Vandewalle, Timmer y Krivtsov protagonizaron la escapada del día, llegando a alcanzar una ventaja máxima de 6 minutos. Pero el sueño de la llegada en fuga era un quimera con muy pocas opciones de éxito. La reacción del pelotón no se hizo esperar. Rabobank y CSC veían en sus corredores Óscar Freire y Frank Schelck serios candidatos al triunfo final, por lo que tiraron hasta hasta acercarse a los escapados.
Los últimos cinco muros
Los escapados del día fueron reducidos a 33 kilómetros de meta. Hasta ese momento la carrera discurría con una tranquilidad poco habitual en este tipo de citas. Una vez agrupado el pelotón, Kim Kirchen dinamitó la carrera con un ataque a falta de 25 kilómetros de la meta alterando el corral de los gallos del pelotón. Ya sólo quedaban 5 de las 31 duras rampas tan características de la clásica Amstel Gold Race.
El grupo delantero iba cruzando las últimas cimas sin demasiado problema hasta que llegó la penúltima tachuela; el Keutenberg (con rampas de incluso 22%). Davide Rebbelin tensó el grupo y solamente una decena de corredores pudo seguir su ritmo. Tras el ataque del veterano corredor italiano, Frank Schleck quiso cerciorarse de que la selección estaba ya realizada, por lo que alargó más el letal ataque de Rebbelin, haciendo duros demarrajes tras cada curva que obligaba a sprintar a todo el grupo. Así es como la rampa de Keutenberg se disfrazó de «puerto decisivo» y realizó la criba final. El grupo delantero no daría ya más opciones.
Valverde, Schleck, Cunego, Rebbelin, Joaquín Rodríguez y Thomas Dekker, entre otros, conformaban el grupo de los que se iban a jugar la etapa. El corredor español Alejandro Valverde se veía con fuerzas en una llegada al sprint, por lo que ordenó a su compañero de equipo Joaquín Rodríguez que controlara los movimientos en el grupo.
Los ocho corredores entraron juntos en el último kilómetro, y afrontaron la subida al Cauberg con mucha tensión. Frank Schleck fue el primero en atacar a falta de 400 metros para el final. Damiano Cunego y Alejandro Valverde aguantaron el tirón del corredor luxemburgués y en el último momento Damiano Cunego apretó los dientes y pasó a Schleck con una facilidad espectacular.
Los ciclistas vascos no pudieron ser protagonistas ayer. El único que pudo aguantar las estrechas carreteras y los bruscos cambios de ritmo que había en el pelotón fue Aitor Galdos, que entró en el grupo de Philippe Gilbert, uno de los favoritos, a menos de dos minutos del vencedor.
El aficionado al ciclismo tiene una intensa semana por delante con la carreras de Flecha Valona y Lieja-Bastogne-Lieja, que junto a la Amstel Gold Race disputada ayer componen la trilogía de las carreras de Las Árdenas