Promoción del catalán
Pequeño hito lingüístico en la Catalunya Nord
«El Consejo General de los Pirineos Orientales reconoce oficialmente, al lado de la lengua francesa, el catalán como lengua del Departamento, y se compromete a ser uno de los actores de la transmisión de la lengua y de la cultura catalanas». Declaración histórica la que hacía hace cuatro meses el Departamento francés que rige sobre la Catalunya Nord. A día de hoy, aún no se ha dado ningún paso en concreto.
Laia ALTARRIBA i PIGUILLEM
El Consejo General de los Pirineos Orientales asumió oficialmente, junto al francés, el catalán como lengua del Departamento, y se comprometió a promocionar lengua y la cultura catalanas. Ha llegado el momento, dicen las entidades culturales norcatalanas, de convertir las palabras en hechos, puesto que ya hace cuatro meses de la aprobación del texto y aun no se ha dado ningún paso relevante para promover el catalán.
El texto es importante porque «es la primera vez que el Consejo General reconoce el catalán como lengua del territorio y se compromete a fomentarlo», celebra en declaraciones a GARA Joan Jaume Prost, presidente de la Federació d'Entitats per la Defensa de la Llengua i la Cultura Catalanes. Prost se refiere a lo que se conoce como Carta Departamental per la Llengua Catalana, que aprobó el pasado mes de diciembre el Consejo General de los Pirineos Orientales, máxima autoridad política que gobierna las comarcas catalanas del norte, junto con la comarca occitana de la Fenolleda.
También han recibido positivamente la Carta las Bressola, una iniciativa surgida de la sociedad civil de escuelas que imparten toda la enseñanza en catalán. Sus ocho centros (siete de Primaria y uno de Secundaria) son los únicos que han implantado la inmersión lingüística en la Catalunya Nord. Al conocer la noticia de la aprobación del texto, su director general, Joan Pere Le Bihan, envió una felicitación al Consejo General, pues está convencido de que «a nivel simbólico es un gran gesto en vistas a pedir la oficialidad del catalán».
Pero a pesar de la satisfacción, los dos se muestran muy prudentes porque, en palabras de Prost, «de momento sólo se trata de una declaración de intenciones, por ahora es sólo azúcar sobre nada para comer». También Le Bihan es cauto, pues las competencias que tiene el Consejo General no son demasiadas, así que considera que no tiene mucho margen para aplicar las intenciones expresadas en la carta.
De hecho, cuando se dio a conocer la aprobación de la Carta, el vicepresidente del Consejo, Marcel Mateu, se apresuró a recordar que este texto no reconoce al catalán como lengua oficial y que no supone poner en cuestión la indivisibilidad del Estado francés. El mismo preámbulo lo deja muy claro: «La política de promoción de la lengua catalana no se hace en detrimento de la lengua francesa; el reconocimiento oficial del catalán y el bilingüismo no perjudican ni la existencia ni el carácter oficial del francés, ni amenaza la unidad nacional».
Lo más significativo del texto, pues, es que, a pesar de no convertir el catalán en lengua oficial del Departamento, sí que compromete a esta institución a garantizar la supervivencia y transmisión de la lengua catalana, a asegurar la presencia de esta lengua en los distintos ámbitos de la vida pública y social, y a integrar el catalán en todas las estructuras departamentales, especialmente en la comunicación pública.
El catalán en la escuela
De los 400.000 habitantes de las comarcas catalanas del Departamento de los Pirineos Orientales, Joan Jaume Prost asegura que un tercio de la población sabe hablar catalán y dos tercios lo pueden entender. Para que los que tienen el conocimiento lo usen más, y los que no lo conocen lo puedan aprender, una de la tareas fundamentales es que esté presente en la escuela, como reconoce la misma Carta aprobada por el Consejo General: «La enseñanza es la pieza central de cualquier política lingüística, es la herramienta básica e imprescindible de la transmisión del catalán a la juventud». El problema, para Prost, es que detrás de estas palabras no existe ningún plan para implementar realmente una política lingüística que permita formar el profesorado y aumentar la oferta de clases en catalán, tanto en la enseñanza primaria y secundaria como en la formación de adultos.
Desde 1993 se imparten algunas asignaturas en catalán en la escuela pública, pero en estos quince años sólo se ha llegado al 5% del alumnado. «Tenemos que conseguir que en poco tiempo esta oferta se duplique o triplique», considera Prost; y continúa: «Un aumento de estas características mostraría que el Departamento está realmente trabajando para poner en práctica sus buenas intenciones». Pero se muestra muy escéptico con esta posibilidad. Aunque la demanda existe: tanto en las líneas en catalán de la escuela pública como en las escuelas Bressola hay una larga cola de espera. «Hay demanda por parte de los padres».
Para el director general de la Bressola, la clave está en presionar al Consejo General en los ámbitos sobre los que es competente, cómo la señalización en los espacios públicos y la enseñanza secundaria. Le Bihan pone como ejemplo la actuación del Departamento del Finistèrre, en Bretaña, pues asegura que apoya con unos 300.000 euros anuales las escuelas en lengua bretona: «Esto demuestra que si el Consejo General de los Pirineos Orientales quiere ayudarnos más a las escuelas Bressola tiene las herramientas para hacerlo».
Por contra, estas escuelas tienen que recurrir al apoyo de la Generalitat de Catalunya (que hará posible con una subvención la ampliación del centro de Secundaria de la Bressola el próximo curso) y de los municipios. Actualmente, la Bressola recibe apoyo financiero de veinte ayuntamientos de la Catalunya Nord y de unos 180 del resto de los Països Catalans.
Así pues, cuatro meses después de la aprobación por primera vez de un documento oficial que se compromete con el fomento del catalán en la Catalunya Nord, aún es hora de que las buenas intenciones se materialicen en avances reales. Parece que al Consejo General aun le queda mucho trabajo para demostrar que el eslogan «Perpinyà, la catalana», no es solo un reclamo turístico.
Conscientes de las dificultades de presionar a la Administración en un Estado tan centralizado como el francés, la Federació d'Entitats per la Llengua inició hace algunos meses una campaña para lograr que sean los mismos ayuntamientos los que presionen a favor del catalán. La campaña trata de hacer aumentar la presencia de la lengua en los espacios públicos, tanto en la rotulación como en la atención a la ciudadanía y la catalanización de las páginas web o de los boletines oficiales.
Joan Jaume Prost, presidente de la Federació, explica que ya han logrado la adhesión de más del 50% de los municipios norcatalanes. Entre estos está el Ayuntamiento de Perpinyà, la capital del Departamento. Del resto, sólo uno ha rechazado la propuesta, y el resto aun no se han pronunciado.
La campaña tiene en cuenta que cada año miles de personas llegan a las comarcas de la Catalunya Nord para instalarse allí a vivir, especialmente jubilados del norte del Estado francés e inmigrantes. Es también hacia esta nueva población que se enfoca la campaña, pues para la Federació, la visibilización de la lengua es un paso imprescindible para su extensión, pues aseguran que «no se puede promover aquello que se esconder».