Luz verde de Holanda y Bélgica al pacto de asociación de la UE y Serbia
Los gobiernos de Bélgica y Holanda están dispuestos a dar luz verde a la firma del acuerdo de estabilización y asociación (AEA) negociado entre la Unión Europea y Serbia, aunque siguen defendiendo que su aplicación se demore hasta que Belgrado complete su colaboración con la Justicia internacional. El gesto podría facilitar la firma del acuerdo antes de las legislativas serbias del 11 de mayo y supondría un apoyo a los «europeístas» de Boris Tadic.
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«Nuestra posición no cambió sobre el fondo, pero estamos dispuestos a buscar una posición común que permita este gesto simbólico», explicó a AFP el portavoz del Ministerio belga de Asuntos Exteriores, François Delhaye. Holanda y Bélgica se oponían hasta ahora a la firma de un acuerdo de estabilización y cooperación con Serbia mientras Belgrado no entregara a cuatro fugitivos reclamados por crímenes de guerra por la Justicia internacional. La mayoría de los estados miembros se ha mostrado a favor de la firma del Acuerdo de Estabilización y Asociación (AEA), pero Holanda, con el apoyo de Bélgica, ha insistido siempre en que antes Serbia debe poner en manos de la justicia a Ratko Mladic, el prófugo más reclamado de la guerra de los Balcanes.
Ahora, aceptan no bloquear la firma del acuerdo, primer paso hacia la adhesión a la Unión Europea (UE), pero mantienen sus condiciones. «Proponemos que Serbia no pueda beneficiarse de las ventajas vinculadas a este acuerdo sin una plena cooperación con el Tribunal Penal Internacional (TPI) para la antigua Yugoslavia», precisó Delhaye.
Esta posición se debatirá en el encuentro que los ministros de Exteriores de la UE mantendrán mañana en Luxemburgo. «Es una buena solución», comentó una fuente próxima a la Presidencia eslovena de la UE.
Los dirigentes holandeses y belgas son conscientes de la necesidad de firmar este acuerdo antes de las elecciones legislativas que se celebrarán en Serbia el 11 de mayo y consideradas como un referéndum a favor o en contra de la aproximación con la UE.
El jefe de la diplomacia holandesa, Maxime Verhagen, obtuvo de su Parlamento un margen de maniobra «en nombre de la importancia de la política exterior común de la Unión Europea», pero la contrapartida es la exigencia de una plena cooperación de Belgrado con el TPI. «La plena cooperación implica la detención de las personas buscadas», precisó.
Los holandeses ponen especial énfasis en la detención de Ratko Mladic, acusado de ordenar la masacre de aproximadamente 8.000 musulmanes en 1995 en Srebrenica, entonces enclave bajo la protección de cascos azules holandeses.
Las autoridades serbias deberían también poner a disposición judicial al antiguo jefe político de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic; al antiguo dirigente serbio de Croacia, Goran Hadzic, y a Stojan Zupljanin, un serbio que fue comandante de Policía durante la guerra en Bosnia.
La firma del Acuerdo de Asociación podría, no obstante, llegar demasiado tarde y, sobre todo, tener el efecto contrario al buscado al reforzar a los «nacionalistas» del ex primer ministro Vojislav Kostunica, según el influyente grupo de reflexión Internacional Crisis Group (ICG), que aconsejó a la UE abstenerse de proponer la firma del Acuerdo de Asociación antes de la celebración de las elecciones parlamentarias.
Tres personas resultaron heridas en una explosión ocurrida de madrugada en el norte de Kosovo, mayoritariamente poblada por serbios, según indicó un portavoz de la Policía kosovar.
Besim Hoti declaró a AFP que la explosión se produjo a las 02.15 horas en el centro de Leposavic, ciudad situada en el norte de Kosovo. «De un vehículo en movimiento se lanzó un artefacto explosivo, probablemente una granada de mano», precisó. La explosión hirió a tres personas, que fueron trasladadas al hospital de Kosovska Mitrovica. Los motivos de la explosión, ocurrida en las primeras horas de la Pascua ortodoxa, no se establecieron por el momento.
Alrededor de 40.000 serbios, que son mayoritariamente ortodoxos, de los 120.000 que permanecen en Kosovo viven en el norte de este territorio. Los líderes albaneses declararon el 17 de febrero la independencia de Kosovo, que ha sido reconocida rápidamente por una cuarentena de países, entre los que se encuentran Estados Unidos y los principales miembros de la Unión Europea. Serbia, sostenida por Rusia, sigue oponiéndose, mientras que los serbios de Kosovo, mayoritarios en el norte del territorio, han protagonizado acciones a menudo violentas para mostrar su rechazo al nuevo Estado, a donde ayer llegó el presidente de Serbia, Boris Tadic, para participar en una misa de la Pascua ortodoxa en una gesto de apoyo a los serbios de Kosovo. Tadic rechazó hacer declaraciones a la prensa tras su llegada a Decani, a unos 90 kilómetros de Pristina, en una visita que el gobierno kosovar calificó de «inaceptable».
