GARA > Idatzia > Ekonomia

ANÁLISIS | Baja el crecimiento económico

Solbes dice que después del «atracón» llega la «calma»

En menos de diez días el vicepresidente económico del Gobierno español, Pedro Solbes, se ha visto obligado a modificar sus previsiones económicas.

p030_f01249x88.jpg

Juanjo BASTERRA

En los últimos tres lustros, las empresas del Estado español han obtenido lo mejores resultados económicos de su historia, aunque el salario real de los trabajadores no se ha incrementado en la misma proporción, ya que no ha crecido por encima del 1,5% en ese periodo.

Del «atracón» del vicepresidente económico del Gobierno español, Pedro Solbes, a «socialdemócratas...de mierda» del secretario general de ELA, José Elorrie- ta, hay un trecho para explicar el actual momento de la economía que, como siempre, favorece a los poderosos.

Cuentan que Pedro Solbes, vicepresidente económico del Gobierno español, trató de dar ánimos utilizando un símil meteo- rológico, aunque cambiando un poco los términos en medio de la zozobra que algunos anuncian. «Después del atracón, llega la calma» fue la frase del reconocido economista de las filas del Gobierno del PSOE, que ha tenido que rebajar las previsiones de crecimiento del 3,1% al 2,3% en no más de diez días. No veo a Solbes soltando un chiste, menos en esta circunstancia, pero sí está claro que está cediendo a la presión del mercado.

La Real Academía de la Lengua española define el término atracón como el «exceso en una actividad cualquiera». Es cierto que las empresas del Estado español en los últimos quince años han obtenido los mejores resultados económicos de la historia. Ese «atracón» ha servido para que muchos empresarios del ladrillo, es decir, constructoras, promotoras e inmo- biliarias hayan pasado a ocupar la lista de Forbes de los empresarios más ricos del mundo. En no más de cinco años, algunos han amasado enormes fortunas.

Es más, algunos comprendieron que el sector estaba llegando al límite y se decidieron a invertir en otros sectores y, ¡qué casualidad!, lo hicieron en el sector energético, el que más pujanza tiene en este momento.

Otro atracón de libro es el que se han dado los especuladores financieros de la bolsa, que año tras año obtienen enormes beneficios con sus vaivenes.

Juegan con las cartas marcadas en esta partida, porque saben que las turbulencias financieras se calman con el talón bancario del sector público. Así está siendo con la crisis financiera; cuando se ha visto que falta liquidez en el mercado, han llegado los bancos centrales y han inyectado dinero para permitir a los especuladores seguir jugando. Cuando las raíces del capitalismo feroz fallan, se utiliza al sector público, pero se evita el término de nacionalización, porque tiene otras connotaciones.

El tercer atracón está ligado a los anteriores y tiene que ver con las cajas y los bancos. Antes, su negocio se basaba en la carestía de los préstamos. Cuando bajó el precio del dinero, se echaron las manos a la cabeza, pero enseguida encontraron la salida con el apoyo del sector de la Construcción: los créditos hipotecarios.

En los últimos diez años, cajas y bancos han logrado enormes ingresos. Ahora están temblando por la falta de liquidez y porque, muchos de ellos, ven no los van a poder pagar y, lo que es peor, que el valor de esos inmuebles ya no es lo que era.

En el otro extremo podemos ver que, en los últimos quince años, los salarios reales de los trabajadores no han crecido por encima del 1,5%; los precios de productos básicos han subido; la pobreza se extiende y, sobre todo, tener trabajo ya no es sinónimo ni de estabilidad laboral ni de suficiencia económica, porque los mismos que han logrado los mayores beneficios económicos de su historia son los que han bajado los salarios, han establecido dobles y triples escalas salariales y, en definitiva, han fijado la precariedad.

Los gobierno español, de Iruñea y de Lakua tampoco han apoyado a quienes menos tienen, porque el gran atracón no ha llegado a quienes perciben el salario mínimo, muy lejos del umbral de la pobreza. Los planes de los gobiernos autonómicos de subcontratación y privatización de servicios, de re- duccción de salarios de las trabajadoras de las residencias, por ejemplo, son medidas concretas en otra dirección.

Como dijo José Elorrieta ante delegados sindicales de ELA el pasado viernes «son socialdemócratas... de mierda».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo