EL REMATE
La moralina, en la lista de las sustancias dopantes
Imanol INTZIARTE Periodista
Hasta en la sopa. Gurpegi para desayunar, almorzar, merendar, cenar... El de Andosilla ha sido el Protagonista -así, con mayúscula- de toda la semana. Ya está, ya ha vuelto a jugar. Qué descanso. Nandrolona, nandrolona, nandrolona... como si fuera un mantra. ¿La crea mi cuerpo o me la he tomado? Inocente para los propios y culpable para los contrarios. Los neutrales, ya veremos. Lo de siempre. Abtenerse ciclistas. En ese caso, todos culpables. Siempre y en todo lugar. Podemos decir lo que queramos, compadecernos, quejarnos, criticar, denunciar... pero la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sólo la saben los que están en el ajo.
Hablemos de «ética», uno de los vocablos number one de la semana. Un ejemplo. Si el nuestro se tumba en el suelo para perder tiempo, es un campeón. Si lo hace el rival... «y encima la tiramos fuera, es que somos idiotas». Corea la grada. «Ay, ay, ay, ay, canta y no llores». Igual tiene rotos el anterior, el posterior, el cruzado. «¡Que se joda, que es indio!». Si cambia de camiseta, pasa a ser un sudamericano con rasgos indígenas. El hábito sí hace al monje. Todo vale cuando sólo vale la victoria. ¿Lo importante es participar? Ja, eso no te lo crees ni tú. Pues que no haya puntos, ni clasificaciones... ¿Cuándo se considerará la moralina como sustancia dopante? Me voy a tomar un cubata. Si me detienen al volante, diré que el alcohol lo produce mi cuerpo.
P.D: Mensaje al Ayuntamiento de Donostia. Que si tienen un piso municipal en Miraconcha, me lo guarden, que ofrezco 100.000 euros por él. ¿Absurdo? Tanto como la posibilidad de venderle el Estadio de Anoeta -propiedad de la ciudadanía donostiarra- a una Sociedad Anónima por mucho menos de lo que costó.