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Las encuestas no favorecen a Brown en su primera cita con las urnas

De nuevo unas elecciones locales se transforman en la prueba de fuego para un líder laborista. En el pasado, fue el ex primer ministro británico Tony Blair el que recibió el varapalo del electorado por la guerra de Irak y los distintos escándalos de corrupción. Las expectativas de su sucesor, Gordon Brown, no parecen mucho mejores, con la posibilidad de que los laboristas pierdan la Alcaldía de Londres, tal y como vaticinan la mayoría de las encuestas.

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Soledad GALIANA |

El primer ministro británico, el laborista Gordon Brown, se enfrenta a la primera cita electoral como líder de su partido después de la retirada de su predecesor Tony Blair, y los augurios no son buenos, ya que las encuestas apuntan a un nuevo varapalo para los laboristas en las municipales, en las que las a nuevas pérdidas de concejalías se unirán las de las últimas elecciones que presidió Blair.

En estas elecciones se decidirán 4.000 concejalías de 159 municipios, al alcalde de Londres y la composición de la Asamblea londinense. Los colegios electorales abrirán a las siete de la mañana y cerrarán a las diez de la noche de hoy. El recuento de los votos se iniciará inmediatamente en al menos cien municipios, pero debido a la complejidad de las listas abiertas, los resultados finales no se esperan hasta la tarde de mañana. Una vez más, estas elecciones se han erigido en un nuevo examen para los líderes de los partidos, y particularmente para el laborista Brown.

Caso omiso a «los rumores»

Una encuesta realizada por ComREs para el periódico «The Independent», indica que los conservadores podrían sobrepasar a los laboristas en 14 puntos. Esta sería la mayor ventaja de los conservadores desde el año 2006, con los llamados Tories obteniendo un 40% de los votos frente al 26% de los laboristas.

Así pues, a las horas bajas que atraviesa el laborismo con la última controversia sobre la abolición de impuestos y su efecto en las arcas británicas, se suma el optimismo conservador y las afirmaciones de David Cameron de que su partido está en el buen camino y en el mejor momento. Brown puede encontrar consuelo en el hecho de que ésta es también la primera cita electoral para el líder del Partido Demócrata Liberal, Nick Clegg, aunque las encuestas tienen un tinte más positivo para el partido de este último.

Para empezar, Brown tuvo que enfrentarse a informaciones que apuntaban a que Blair habría comentado que el nuevo líder laborista no podría derrotar al líder conservador David Cameron. «Voy a concentrarme en el trabajo que tengo por delante, en la prioridades verdaderamente importantes para los británicos, y no en rumores o declaraciones de una o dos personas», subrayó Brown.

Y contrariamente a lo que se espera de unas elecciones locales, son los temas de carácter general los que están acaparando la campaña. Los conservadores afirman que las políticas laboristas están afectando negativamente a aquellos a los que precisamente dice ayudar, y que un 10% de los británicos más pobres se encuentran en peor situación que hace un año.

«Tenemos que dejar de mirar al dinero, y comenzar a atender las causas de la pobreza, que son la ruptura familiar, el abuso de drogas y el desempleo existente», destacó el conservador Cameron en declaraciones que podrían haber salido de boca de cualquier laborista.

«Caos grotesco»

En la misma línea se manifestó el líder Liberal. Nick Clegg exigió al Gobierno el fin de su programa de cierre de oficinas de correos, que describió como un «caos grotesco» y cuyo efecto se haría sentir en las areas más pobres -las oficinas de correos ofrecen servicios diversos en Gran Bretaña, incluido el pago de subsidios de desempleo y pensiones-.

Por su parte, Brown afirmó que permitirá a los ciudadanos británicos que se registren con más de un médico de cabecera, de forma que puedan recibir tratamiento medico en las cercanías de sus puestos de trabajo, y anunció el inicio del proceso privatizador de la sanidad, con la promesa de que abrirá el servicio sanitario a «nuevos competidores».

Atraer a la clase media

Anuncios de este tipo no le valdrán a Brown el voto de los seguidores tradicionales del laborismo. Los sindicatos ya han descubierto que Brown no es su «mesías» y el laborismo ya no juega a representar los intereses de la clase trabajadora.

Claramente, Brown intenta atraer a las clases medias que le han dado la espalda a su partido para devolver su apoyo a los conservadores.

Su única esperanza es que, en estos momentos, los resultados arrojados por las encuestas son tan malos que los analistas creen que, en realidad, es prácticamente imposible para los laboristas hacerlo tan mal.

Y de hecho, quizás sea el revulsivo que necesita el Partido Laborista para cerrar el cisma político abierto por las constantes disensiones entre Blair y Brown y que todavía no ha terminado de cerrarse.

Todo apunta a que los «blairistas» apoyarán el liderazgo de Brown incluso en el caso de que los resultados sean negativos, argumentando que los de las locales de 2004, con Blair a la cabeza, fueron terribles y que aún así ganaron las generales.

Si los resultados generales son importantes, la batalla por la Alcaldía de Londres es crucial. La última encuesta publicada el 29 de abril, apunta a que el candidato conservador, Boris Johnson, desbancará al actual alcalde laborista Ken Livingstone con una diferencia de diez puntos.

Sin embargo, las conclusiones de esta encuesta, realizada a través de internet, no se corresponden con las de sondeos más tradicionales, que mantenían a Livingstone en el primer puesto en la intención de voto, aunque sólo con una pequeña diferencia sobre Johnson.

En la batalla por Londres, Livingstone se concentró en destacar los aspectos positivos de su gestión, como la mejora del transporte público, la introducción de impuestos para limitar la circulación en el centro de la ciudad, y la obtención de los Juegos Olímpicos. Livingstone anunció un presupuesto de 39.000 millones de libras esterlinas destinado a un plan de mejora del transporte público durante los próximos diez años.

Por su parte, Boris Johnson, basó su campaña electoral en la criminalidad y el incremento de los ataques con armas entre bandas rivales de jóvenes.

única esperanza

La única esperanza para Gordon Brown es que los resultados de las encuestas son tan malos que los analistas creen que es casi imposible que los laboristas lo hagan tan mal.

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