Amor y delicadeza, en la barraca de feria de los Hermanos Oligor
Después de recorrer durante seis años diferentes rincones de toda Europa, «Las Tribulaciones de Virginia» llegará la semana próxima al Teatro Gayarre de Iruñea. El público de Nafarroa, tierra natal de los Hermanos Oligor, conocerá por primera vez la delicada historia de amor y desamor de Virginia y Valentín, dos títeres que habitan entre poleas y juguetes mecánicos.
Itziar AMESTOY | GASTEIZ
Dispuesto a romper con todos los esquemas sobre un espectáculo es como hay que entrar en la barraca de feria que montan los Hermanos Oligor y que estará entre el martes 6 y el jueves 8 próximos en el Teatro Gayarre. Se trata, el espectáculo de «Las Tribulaciones de Virginia», de un universo formado por muñecos, autómatas animados por poleas y pedales, juguetes mecánicos y alambres. Dichos artilugios provocan el asombro del público, que se sitúa las gradas del escenario, delimitado por unos toldos. En su barraca sólo caben cincuenta espectadores por función. En este curioso entorno, Valentín, con una timidez que roza la patología, narra entre susurros la historia de amor y desamor con Virginia, al tiempo que acciona los diferentes mecanismos. Todo ello al ritmo de música de feria. Una función mágica, en la que los asistentes recuperan la capacidad de encantamiento propia de la infancia y se emocionan con la historia sin acordarse de si todo el entramado que se mueve delante de sus ojos es o no real.
Desde que Jomi y Senén Oligor lo presentarán en el otoño del 2002 en Catalunya, han llevado esta particular barraca de feria a países como Alemania, Italia, Polonia, Bielorrusia y muchos rincones más de Europa. En la recta final de esta función, sin embargo, no han querido olvidar su tierra natal, por lo que visitaran tanto Iruñea como Tudela. «Nos da un poco de vergüenza actuar delante de los viejos conocidos, pero sabíamos que sino nos íbamos a arrepentir», reconoce Jomi Oligor.
Y es que es éste trabajo teatral el único que han hecho estos hermanos originarios de Tudela. Compusieron el espectáculo y sus componentes durante tres años y medio en los que vivieron encerrados en un local de València, «sin saber dónde iba a ir» apunta Jomi. De hecho, asegura que el proceso de creación tuvo bastante de terapéutico en una «mala época» en la que tuvo una gran ayuda de su hermano. «Era una especie de catarsis» y explica cómo iban montando una pequeña escena que daba pie a una conversación entre los dos hermanos. Por eso, no duda al asegurar que la obra tiene «algo de autobiográfico». Poco a poco, durantes los tres años y medio, fue creciendo hasta convertirse en la pequeña joya que es hoy en día. En ese momento, empezaron a invitar algún amigo, aunque Jomi reconoce que llegaban a sentir hasta un poco de «vergüenza ajena», aunque las críticas teatrales recibidas llevan a pensar todo lo contrario. Todo este proceso fue recogido por Joan López Lloret en el documental cinematográfico «Hermanos Oligor» (2007), un trabajo con el que se adentró en el misterio del acto creativo que rodea «Las Tribulaciones de Virginia y que ha recibido diversos premios, como el del público en el Festival de Málaga.
La función ha sufrido algún cambio por la influencia del público. «Llevábamos tres años encerrados y cambia cuando lo sacas del sótano», describe Jomi. Además, al haber tanta cercanía se crea un ambiente muy especial. «La gente está acostumbrada a su butaca y la oscuridad; aquí están muy pegados entre ellos, creando un punto de intimidad, pero también de desconfianza». Asimismo, considera que cada función tiene algo diferente por la participación de la gente, que cambia cada noche.
Jomi Oligor reconoce que la obra se encuentra ya en su fase final. «Por eso queríamos traerlo a Nafarroa», añade. Han cosechado un inesperado éxito que, tal y como afirma, les ha pillado «de sopetón». La aceptación que ha tenido la obra, sin embargo, tiene dos caras: «El éxito anima, pero también da miedo, porque el listón está demasiado alto».
El proceso de creación de esta poética obra duró algo más de tres años y medio, tiempo en el que los Hermanos Oligor se sumergieron en un local de València mientras iban creando pequeñas escenas y muchos artilugios.
Teatro Gayarre (Iruñea):
Martes 6 y jueves 8, a las 20.00 h.
El miércoles 7 habrá un pase doble a las 17.00 h. y a las 20.00 h.
Teatro del Instituto de Tudela: Entre el 14 y el 18 de este mes, a las 20.30 h.
El pasado miércoles, con la representación de Madame Butterfly, arrancó el festival «Otras miradas, otras escenas» del Teatro Gayarre. Por delante, espera un mes lleno de actuaciones y conferencias en torno a la escena. Esta noche, sin ir más lejos, la compañía Black Blanc Beur (B3) estará en la sala navarra a las 20.00 horas. Este grupo, procedente del Estado francés, tiene un reto claro: trasladar el hip hop de la calle al teatro. En este camino, la compañía explora fusiones curiosas, como la que surge entre el hip hop y la danza contemporánea, o entre el rap y la música, entre el ambiente de la calle y las puesta en escena. Los resultados de estas exploraciones han cosechado un rotundo éxito. Cuenta, entre sus filas, con artistas muy reconocidos como Valentín Nagata, que es campeón del mundo 2007 de break dance. Otros cinco de los componentes fueron campeones del Estado francés en 2005. En esta ocasión, con el grupo Phase T. Black Blanc Beur ha unido su trabajo a revindicaciones sociales trabajando siempre en el compromiso con la ciudad y los problemas de la convivencia urbana.
El Teatro Gayarre tiene programados otras funciones como «La dama del mar», de Susan Sontag (el 11 de mayo); «Sí, pero no lo soy», del Centro Dramático Nacional (el día 17) o «La Tortuga de Darwin» (día 21). Asimismo, el teatro organiza junto a la Escuela Navarra de Teatro, «Viajeros de la escena», un ciclo de conferencias. Esta iniciativa comenzará el martes, cita en la que Vicky Peña hablará de «La experiencia de una actriz». Al día siguiente le tocará el turno a Carmelo Gómez, quien dará la visión masculina del mismo asunto. Para la semana siguiente están prevista dos charlas más a cargo de Marta Carrasco y Javier Gutiérrez: «Que me quiten lo bailao» y «El actor creando en compañía», respectivamente.