Pierce Brosnan prosigue con su galería de personajes negativos, con tal de desmarcarse de la imagen que le ligó en el pasado a James Bond. A través de su productora Irish Dreamtime, el actor irlandés respalda este thriller violento en el que se reserva el papel del malo malísimo de la función. Lejos de quedarse solo en la cabecera del cartel, ha buscado una pareja atractiva capaz de darle réplica con garantías, compuesta por Gerard Butler («300») y Maria Bello («Una historia de violencia»).

Ellos dos serán las víctimas del sádico verdugo, en cuanto matrimonio acomodado que es sometido a chantaje. Pero la intriga parte del hecho de que el secuestrador no pide dinero por el rescate de la niña de la joven pareja, sino que prefiere hacerles un encargo consistente en cometer un asesinato.

El reto pone a prueba el dicho de que unos padres son capaces de hacer cualquier cosa por un hijo, además de abrir una serie de dudas respecto a las intenciones que se esconden detrás de la extorsión, cuyo móvil aparente es el de ejercer la venganza. El guión explota el misterio dejando la información para el final, donde la trama da un giro radical que revela de golpe todo cuanto hasta entonces había sido ocultado.