El ladrillo, el mismo ladrillo que en la última década tiró de la economía española y sirvió a los constructores para amasar verdaderas fortunas, empuja en la actualidad en sentido contrario de las previsiones de crecimiento y engorda la tasa de desempleo del Estado español .

Los últimos datos facilitados por Eurostat, la oficina estadística comunitaria, pintan un panorama nada halagüeño. La tasa de desempleo en el Estado español subió en marzo dos décimas y se situó en el 9,3% de la población activa -en el extremo contrario se sitúa Holanda, con el 2,6% de paro-, tras registrar en los últimos doce meses el aumento más acusado de toda la UE. Un año antes, el paro afectaba al 8,1% de los trabajadores del Estado español.

La vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, admitió que el dato «no es bueno», pero dijo que el «Gobierno ya se lo esperaba» y se remitió a las «medidas económicas aprobadas recientemente» para solucionar la crisis, aunque admitió que «la solución no se producirá de manera inmediata».

Fernández de la Vega indicó que el Ejecutivo trabaja para mitigar la situación de desaceleración del sector de la Construcción, donde se concentra el mayor problema del paro, pero probablemente entre las medidas del Gobierno no figuraba el fichaje por parte del lobby de la construcción llamado Seopan -agrupa a las empresas más importantes del sector- del ex asesor económico de Rodríguez Zapatero, David Taguas.

Una «fuga» que desde sectores políticos de Madrid se observa como una maniobra de acercamiento de las constructoras al Gobierno y también como el pago por los «servicios prestados».

Los peores datos

De vuelta a los datos de Eurostat, de los Veintisiete Estados miembros, sólo Eslovaquia tenía en marzo una tasa de desempleo más elevada que la española, del 9,8% de la población activa. Sin embargo, marca una tendencia positiva, ya que en el último año bajó al 9,8% desde el 11,3%.

También en paro juvenil (con una tasa del 20,8% -tras subir 2,6 puntos-) y femenino (11,3% -un año antes era del 10,9%-), el Estado español ha empeorado respecto a sus socios comunitarios, ya que ocupa respectivamente el primer y segundo puesto de la Unión Europea, aunque faltan por conocer datos de varios miembros.

Por el contrario, la tasa de desempleo en la zona euro se mantuvo sin cambios en marzo, en el 7,1% de la población activa, al igual que en el conjunto de la UE, donde se situó en el 6,7%, según los datos de Eurostat.

Un año antes, el paro afectaba al 7,5% de la población activa en la eurozona y al 7,3 por ciento en los Veintisiete.

Según los cálculos de Eurostat, en marzo había en la UE 15,99 millones de personas en paro, de las que 10,93 millones estaban en la eurozona. En el último año, estas cifras se han reducido en 1,4 millones y en 0,6 millones, respectivamente.

De los 27 estados miembros, en 23 disminuyó el paro en el último año y en cuatro subió.

Las mayores bajadas correspondieron a Polonia, que pasó del 10,3% al 7,7%, Bulgaria (del 7,5% al 5,9%) y Eslovaquia, del 11,3% al 9,8%.

La mayor subida del desempleo, además de en el Estado español, fue en Irlanda, aunque se pasó del 4,6% al 5,6%.

Reducen el crecimiento

Dos días antes de conocerse estos datos, el comisario de asuntos Económicos, Joaquín Almunia, enfriaba un poco más las expectativas de crecimiento de la economía del Estado español. El que fuera candidato del PSOE en las legislativas del año 2000 rebajó en medio punto las previsiones realizadas cuatro días antes por el vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, para 2009, hasta dejarlo en el 1,8%. Para este año, Madrid prevé un crecimiento del 2,3% y Almunia lo dejó en el 2,2%.

La razón de estas rebajas, según Almunia, es el ajuste que se prevé desde Bruselas en el sector inmobiliario, bastante más amplio que el que espera El Ejecutivo. En este sentido, la venta de viviendas se ha desplomado hasta un 24,4% en febrero.