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CCOO y UGT marchan con el salario digno por bandera

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Nerea GOTI | BILBO

Los sindicatos CCOO y UGT marcharon ayer juntos en Bilbo, Donostia y Gasteiz con el lema «Es el momento de la igualdad y el salario digno», dos pilares que centraron su mensaje final en este Primero de Mayo, que cumplió ayer 119 años.

Los secretarios generales de ambas centrales, Josu Onaindi y Dámaso Casado, participaron en la marcha de la capital vizcaina, donde portaron la pancarta principal entre banderolas de ambas siglas, aunque detrás, cada sindicato llevó pancartas con lemas propios que acotaron asimismo los cortejos de afiliados de cada central.

Una segunda pancarta, firmada sólo por CCOO, rezaba «qué menos que mil» y denunciaba la precariedad. Tras la misma otra de UGT señalaba tres pilares de la lucha sindical, los accidentes laborales, la precariedad y las discriminaciones.

Una delegación del PSE, encabezada por el portavoz parlamentario y secretario general de esta formación en Bizkaia, José Antonio Pastor, participó en la manifestación.

Entre las inmediaciones del Sagrado Corazón y el Arenal bilbaino, la marcha transcurrió a un ritmo pausado y sin consignas, con el único fondo de la música, dividida en dos megafonías, entre temas de Oskorri y ritmos de trikitixa y los clásicos Joaquín Sabina y Ana Belén.

En la cola de la manifestación, el tono reivindicativo era más marcado. UGT-Margen Izquierda se manifestó tras una pan carta en la que podía leerse «Por el empleo y la solidaridad».

Reivindicaciones cubanas

En un espacio marcado por las banderas republicanas, llamó la atención la banderola con la imagen del Ché y a su lado un cartel en demanda libertad para los cinco cubanos presos en Estados Unidos desde el 12 de setiembre del año 1998.

Lemas como «pensiones dignas, más y mejores servicios sociales y trato digno a los prejubilados, acompañaron a una pancarta portada por inmigrantes en que podía leerse «ningún ser humano es ilegal. Papeles y derechos para todos». De hecho, buena parte de las consignas denunciaban la política de inmigración del Gobierno español. Entre gritos de «la inmigración la impone el capital» o «española o extranjera, una misma clase obrera», marcharon a la cola las Juventudes Socialistas (JS) de Bizkaia o la Unificación Comunista de España (UCE).

A su llegada al Arenal, el secretario general de CCOO de Euskadi, Josu Onaindi, arrancó su intervención destacando que «cuando hablamos de igualdad y salarios dignos, hablamos de un principio básico, sobre todo para los que más sufren las consecuencias de una situación económica difícil».

Onaindi subrayó que la crisis «está afectando a los sectores menos protegidos de la sociedad» y citó expresamente a mujeres, jóvenes e inmigrantes, por lo que reclamó que «no paguen una vez más» la crisis.

En contraposición a la situación de muchas personas que sobreviven con «mucho menos de 1.000 euros», censuró que un dirigente político pase a cobrar un millón de euros, en referencia al fichaje de Eduardo Zaplana por Telefónica, así como el caso de otro político que va a ser presidente de la patronal de la Construcción, en referencia al nombramiento de David Taguas al frente de Seopan.

El secretario general de UGT-Euskadi, Dámaso Casado, ahondó, por su parte, en el mensaje de que cuando los beneficios empresariales eran fuertes, «sólo unos pocos se aprovecharon de ellos», mientras «la inmensa mayoría» no mejoró su poder adquisitivo.

Casado destacó la importancia de la negociación colectiva como «herramienta clave para mejorar las condiciones económicas, laborales y de vida de los trabajadores» y reclamó que «ningún convenio esté por debajo de los 1.000 euros y que ningún trabajador esté en incrementos por debajo del IPC».

El líder de UGT-Euskadi agregó que «tenemos que seguir desbloqueando convenios» y afirmó que el reto es ahora el convenio del Metal de Bizkaia. No escatimó en críticas a otros sindicatos por «bloquear» la negociación y «pasar de convenios sectoriales», aunque incidió en la demanda de unidad de acción para hacer frente a la patronal.

Por separado en Nafarroa

CCOO y UGT celebraron el Primero de Mayo por separado en Nafarroa. La primera central reunió a sus afiliados y simpatizante en un acto en Irídea, en el que se rindió homenaje a 150 personas que han cumplido 25 años o más de afiliación en el sindicato.

UGT, por su parte, celebró una jornada festiva en Alteas, en la que el secretario general del sindicato en Nafarroa, Juan Hoyen, abogó por «un gran acuerdo para dar un nuevo impulso al desarrollo económico y social».

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