600 Inodoros en Beirut para recordar la guerra
Inodoros para recordar los 15 años de guerra. Ésa es la original propuesta de la artista libanesa Nada Sehnaui, que ha colocado 600 retretes en el centro de Beirut en memoria de aquellos que tuvieron que esconderse en los baños durante las guerras que han asolado Líbano.
Katy SELEME
«No fueron suficientes 15 años ocultos en los baños» es el título de la exposición, que quiere rememorar los años en los que muchos libaneses eligieron los aseos de sus casas como el escondite más seguro para protegerse de las bombas y sobrevivir, al tiempo que pretende proclamar que algo así no debe volver a suceder.
Alineados en un solar del centro de Beirut, los inodoros están repartidos como tumbas blancas en un cementerio militar, en un ejercicio de memoria colectiva realizado como homenaje a todos aquellos que cayeron durante el conflicto. «Las estadísticas muestran que menos del 7% de los libaneses participaron en la guerra civil», se queja Sehnaui, para quien la situación actual no lleva al optimismo.
Sehnaui explica que «no se puede vivir como si nada hubiese pasado. El número de víctimas es muy grande. Nosotros no queremos saber sólo la verdad respecto a (Rafiq) Hariri -primer ministro asesinado en un atentado en 2005-, sino también de los otros libaneses» muertos durante la guerra.
Se sientan encima
La reacción de los espectadores de Beirut es curiosa: la mayoría de ellos no se limita a mirar los retretes, sino que se sienta encima y comienzan a discutir de política o de la situación en el país. El Líbano vivió hasta 1990 varios ciclos de violencia, iniciados oficialmente el 13 de abril de 1975, que prosiguieron bajo otras formas, y que en total causaron unos 150.000 muertos, 250.000 heridos, más de 17.000 desaparecidos y un gran número de minusválidos, huérfanos y viudas.
En todas aquellas guerras declaradas o no declaradas, muchos beirutíes consideraban las salas de baño como el lugar más seguro por ser el más recóndito y donde probablemente no serían encontrados en una eventual irrupción de gente armada en los apartamentos. «Es una idea genial, remueve en nosotros algo que llevábamos dentro y nos negamos a recordar. Soy madre de tres hijos, y he pasado con ellos muchos momentos escondida en los baños», recuerda la señora Marcos.
El fin de la guerra no puso punto final a la inestabilidad política del Líbano, que en la actualidad lleva sin presidente desde noviembre pasado por las diferencias entre los grupos políticos, con un Parlamento bloqueado desde hace 17 meses y un gobierno reconocido sólo por una parte de la población. «Hoy en día escuchamos de nuevo que los grupos se están armando, es decir, que se preparan para la guerra. Por ello, cada persona debe hacer lo que sabe para impedirlo», lamenta Sehnaui.
Para la artista, es una pesadilla cuando le dicen que la guerra va a reanudarse, y aunque algunas personas le comentan que su exposición es «chocante, mucho más lo sería volver a la guerra». Sehnaui, que también es socióloga, recuerda que hace dos años hizo otra exposición con el lema «¿Dónde están?» en alusión a los desaparecidos de la guerra y que sus familiares siguen buscando. «Es la amnesia total. Hacemos como el avestruz, ocultamos nuestra cabeza de la verdad», agrega, al tiempo que rechaza el argumento dado por las autoridades que dicen que «tienen miedo de que se renueve el pasado».
Con motivo de esta exposición, organizada en colaboración con varias organizaciones no gubernamentales, se celebrarán una serie de actividades hasta el próximo día 26 como conferencias, debates, veladas poéticas y proyecciones cinematográficas, entre otros. Esta iniciativa culminará con un concierto de la banda Charbel Ruhana.