Maite SOROA
Los que ya no disimulan
Baltasar Garzón volvió por donde solía y escaló otro peldaño en su particular reto de ser el juez que más representantes de la voluntad popular ha encarcelado. Llegará a aparecer en el Guiness.
Pero no está solo en la alocada galopada represiva. Tiene buenos escoltas, unos orgullosos de serlo y otros vergonzosos, pero no menos aliados. Aunque a medias traten de disimularlo.
El editorialista de «Noticias de Gipuzkoa» no aplaudía el encarcelamiento de Ino Galparsoro, pero dejaba sentado que la culpa de su presencia en la alcaldía es del PSOE claudicante en tiempos de tregua y se congratulaba por lo que creía sucederá: «seguramente la detención de la alcaldesa de ANV en Arrasate, Ino Galparsoro, por orden del juez Garzón y el registro del Ayuntamiento por parte de la Policía Nacional, no originará una masiva respuesta social de rechazo a una medida de dudosa calidad democrática. Entre otras razones, porque el seguidismo entreguista de esa parte de la izquierda abertzale a la estrategia violenta y chantajista de ETA es una losa política, ética y social que les deriva directamente al autoaislamiento y asienta el rechazo social que emana del hartazgo ciudadano». Que se lo pregunte, por ejemplo, a quienes le votaron de forma masiva en Arrasate. Pero eso, claro, se le escapa al escribiente de la minoría.
El que no ocultaba su satisfacción fatua era el amanuense de Pedro J. Ramírez en «El Mundo», que pisaba las praderas del delirio para mayor satisfacción del jefe: «La relación entre los terroristas y la alcaldesa no pudo quedar más clara anoche, cuando dos explosiones sacudieron San Sebastián, previo anuncio de un comunicante etarra, y otra más se registró en Arrigorriaga». No está alucinado, no lo crean, lo hace queriendo.
Y concluye con albricias: «Nos felicitamos por que la Justicia haya acabado con la burla insoportable de que una alcaldesa que nunca ha condenado el asesinato del concejal Isaías Carrasco siguiera al frente del Consistorio». Seguía, habrá que repetirlo mil y una veces, porque así lo quiso la mayoría. Por dos veces, además.