Su programa se titula «Balas de Plata», lo emite la primera estatal en buen horario y bien podría llamarse Masajes Lorena, porque Lorena Berdún, la antes especialista en sexo, o en su difusión para que todos entiendan que se trata de una función orgánica placentera, se dedica ahora a entrevistar, o algo parecido, a actores y actrices, mayormente. Participa de la idea clásica de que no entrevistas a nadie para zarandearlo, como es la penosa desviación que practican los seudos periodistas de los corazones y las salsas turbias, pero creo que cuando se tiene enfrente a personas que se dedican a labores artísticas, y se les ofrece la oportunidad de estar más de veinte minutos hablando distendidamente de su vida y su obra, se puede hacer algo ameno, divertido, profundo y que pueda interesar a las audiencias, pero si solamente nos dedicamos a masajearle, la cosa se vuelve aceitosa, empalagosa, tediosa, y hasta se difumina el encanto que pueda tener el entrevistado.

Esto es lo que sucede con Lorena Berdún, que quiere hacer o mantener amigos, no proporcionar a los telespectadores entrevistas que ayuden a conocer mejor a los entrevistados. Y le sucede con todos sus invitados, lo que viene a revelarnos que se trata de una opción, de un tono que está visto y comprobado y hasta certificado por Sofres que no gusta a los consumidores televisivos y sus resultados son tan bajos que seguramente formará parte, dentro de muy poco, de los recuerdos, los desatinos y los desafueros que el ente público RTVE va acumulando de manera tozuda.

Porque la nueva situación empresarial o de relaciones institucionales, además de acabar con su patrimonio más importante que tenía, su personal cualificado con sus jubilaciones anticipadas, solamente nos da muestras de un corrimiento excesivo a la imitación de formas, formatos y propuestas de las privadas más comerciales, con lo que realmente estamos ante una situación bastante impropia. O se privatiza, o se regulan sus contenidos. Mantenerla en el mercado publicitario y a la vez tener subvenciones por su labor institucional es un jeroglífico que al resolverlo dice: control político.