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La Euroliga se le resiste al Baskonia

Tau Bakonia en las Final Four: de derrota en derrota hasta ¿qué victoria?

Cuatro ediciones de la Final Four revelan con toda su crudeza que Tau Baskonia aún no tiene entidad suficiente o que le falta ese puntito para ganar la Euroliga ante los grandes trasatlánticos europeos. Aprovechando un coloquio, GARA ha querido saber el diagnóstico de técnicos y ex jugadores como Pepe Laso, Aíto García Reneses o Dejan Bodiroga.

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Arnaitz GORRITI | MADRID

Allá por los años 2003 y 2004 Tau Baskonia se quedaba a las puertas de su primera Final Four. Maccabi -en un histórico partido marcado por la soberbia israelí- y CSKA, en un robo antológico con aquellas canastas móviles y las agresiones sin pitar, cerraban el paso de un Tau que lloraba de rabia por no estar en la elite continental. Las cosas cambiaron a partir de 2005. El conjunto baskonista dio toda una lección de fuerza guerrera al derrotar a la Bennetton de Treviso de Ettore Messina y se colaba en su primera Final a cuatro. Más aún, la victoria al CSKA en semifinales supuso la cumbre de un cuadro gasteiztarra que por un momento soñó con reinar en Europa.

Pero no. A partir de ahí, la miel se tornó en hiel. Tau Baskonia, ejemplo de equipo hecho a sí mismo, construido sobre los cimientos de un club humilde que llega a la cima, se topaba con la realidad más cruda: la impotencia. Sucesivamente, Maccabi de Tel Aviv -por dos ocasiones- Panathinaikos y, el pasado viernes, el CSKA de Moscú, cerraban el paso a la entidad baskonista. Y aunque siempre se rayó a gran nivel, el triunfo final siempre quedó muy lejos. Había que abrir los ojos ante la evidencia de que los gasteiztarras no dejaban de ser unos advenedizos que se colaban en la elite europea. Si parafraseamos a sir Winston Churchill, «de derrota en derrota hasta la victoria final», lo que el conjunto baskonista precisa es perseverancia y, como fruta madura, el triunfo llegará. Pero, con estos enemigos enfrente, y con cuatro años de ilusiones aplastadas, de derrota en derrota, por la cruda realidad, ¿cuál será la victoria final que aguarde al Baskonia?

«El Tau vive en una categoría superior a la que le corresponde». Así de rotundo es Pepe Laso, uno de los históricos del conjunto alavés. «Que estemos aquí ya es un lujo. Afrontado así, el Tau está en más revoluciones de su motor ante equipos más potentes. En lo puntual, puede ser que le falte llegar con uno o un par de jugadores mejores, además ha llegado en lo sucesivo sin los que eran sus mejores jugadores, con aquellas genialidades de Scola y compañía, y todo eso suma. Con la frustración de la derrota, debemos reconocer que estamos bien donde estamos». No obstante, no es cuestión de pedir perdón por estar entre los cuatro mejores. «Una vez que estás en una Final Four debes aspirar a más; esto es, a ganarla. Sin embargo, en comparación nos encontramos en el palco de la Scala de Milán, y eso también hay que saborearlo, aunque no haya quien saboree una derrota», termina Laso.

Hay quien no considera tal obstáculo como algo insalvable. El presidente de la ACB y la ULEB, Eduardo Portela, no sólo reconocía el mérito de Tau Baskonia, sino que ponía al club presidido por Josean Kerejeta al mismo nivel. «El Tau es un éxito arrollador. Incluso habiendo perdido, pudo haberle ganado al CSKA. Además, el arbitraje, aunque no perdió por eso, no le favoreció nada. La gente de Gasteiz debe estar orgullosa de un equipo que está representando su tierra a gran nivel en todo el mundo. Estar en la Final Four es un éxito total, y sí, puede ser que, a diferencia del CSKA, que es el club más grande de Europa, estén viviendo por encima de su presupuesto, pero, al mismo tiempo, creo que decirles que viven por encima de sus posibilidades es una ofensa, ya que ellos están demostrando que así pueden ganar y, por eso no se pueden ofrecer sino alabanzas».

¿Ganar o mantenerse?

He ahí la pregunta del millón. ¿No sería mejor llegar a una Final Four, arrasar y olvidarse de futuras conquistas a bordear el éxito una y otra, y otra, y otra vez, sin conseguirlo? El «padre» del baloncesto en el Estado español, «Aíto» García Reneses, lo tiene claro. «Al Tau le falta rematar con la victoria el llegar a la Final Four. Sin embargo, si me das a elegir entre ganar un año la Final Four y después desaparecer o mantenerse entre la elite, claramente elijo estar ahí cada año, porque eso reporta mucho a la afición, que tendrá la oportunidad de vivir el mejor baloncesto continental. Repito, eso reporta mucho. Por eso, es tan meritorio, o más, estar cada año en la Final Four que ganarla una vez y luego no aparecer más. Además, si sigue en esta línea, llegará un momento en que la ganará. Lo importante es rendir al máximo de lo que se puede en cada momento y pensar que hay mucha gente al que le gustaría estar aquí y no está».

«Hay muchas cosas que influyen en un partido», opina Sito Alonso, segundo entrenador del DKV Joventut, «tanto la suerte, como el estado de los jugadores en ese momento, y el rival. Los rivales que ha tenido el Tau enfrente son potencias mundiales. No creo que haya que lanzar piedras contra el Tau, sino que hay que mirar lo positivo. El mérito está en que cada año está entre los mejores y, quién sabe, puede que algún año pueda ganar también la Euroliga».

Potencias mundiales. Trasatlánticos económicos como PAO o CSKA o casi todo un país en representación por parte del Maccabi; no son pequeños, ni siquiera similares, los contrincantes de los baskonistas, en una suerte de pelea desigual de moderno Don Quijote frente a molinos de viento siempre con las aspas en activo. «El Tau ha ido creciendo durante estos años», recuerda Sito Alonso, «y ya tiene un buen potencial. Pero es que esos rivales que los han eliminado, se permiten el lujo de tener aguardando en el banquillo jugadores de un nivel impresionante, de modo que resulte realmente difícil ganarles. Pero, sin ir más lejos, en la semifinal Tau hizo unos 20 minutos a grandísimo nivel, pero se encontró con un adversario que también tuvo hambre, ansia de victoria, y con unos jugadores que en un momento determinado aprovecharon la calidad y su rotación. Además, que Jasaitis no pudiera jugar, o que Prigioni tuviera un mal día influyó bastante. A un partido es difícil la solución. Pero a poco que Prigioni hubiera estado más acertado, a lo mejor estábamos hablando de otra final», remachaba.

¿Una obsesión?

Después de cuatro Final Fours consecutivas, uno de los peligros que acechan al Tau Baskonia es que estar tan arriba sepa a poco y que la victoria de la Euroliga se vuelva una obsesión. Equipos como el CSKA de Moscú o el Barcelona hicieron y deshicieron plantillas multimillonarias por y para conquistar la liga europea y, después de mucho sufrimiento -después de varias finales perdidas, incluso con un tapón ilegal de Vrankovic de por medio, el Barcelona de Pesic, Fucka, Jasikevicius, Bodiroga, Dueñas, Navarro... tuvo que organizar la Final Four de 2003 para lograr, al fin, ser campeón de la Euroliga. El CSKA no pudo ganar ni siendo anfitrión en 2005 y debió esperar a Praga para, de la mano de Messina, cortar una sequía de 25 años- ¿Es éste el destino de Tau?

Dejan Bodiroga, MVP de la Final Four de Barcelona 2003, sí que fue testigo, y consciente, del peso que se quitó de encima el club culé cuando, al fin, conquistó la Euroliga. «Ganar la primera Euroliga fue quitarse de encima un peso enorme, así que espero que la segunda llegará más fácilmente. En Barcelona la presión siempre iba en aumento, pero al final supimos sobrellevar esa presión y aunque el Tau pueda volver con más presión, también es posible que pueda ganar alguna vez».

Pablo Prigioni entiende que la principal diferencia radica en el presupuesto

La plantilla azulgrana entrenó ayer por la tarde en el Palacio de la Comunidad intentando digerir otra derrota que, sin el mal sabor de Praga y Atenas, sigue doliendo. Ayer todo el mundo trataba de encontrar una razón a la cuarta desilusión consecutiva y Pablo Prigioni es uno de los que más claro lo tiene: «La diferencia es el presupuesto».

«Creo que es sólo el presupuesto. El problema es que haya equipos como CSKA, capaces de aglutinar semejantes presupuestos, o Panathinaikos, que lo de ellos sí que ha sido un fracaso. Mientras haya este tipo de equipos, encima en estos países en los que sus ligas son flojas y se preparan para jugar la Euroliga, quieras que no, estamos en desventaja. No obstante, esa diferencia a un solo partido se diluye como se vio. Mientras haya equipos como estos que acumulen en una plantilla todo el talento de Europa, con entrenadores más laureados y talentosos, a equipos como nosotros siempre nos va a quedar muy poquito. El mérito nuestro de plantarnos cuatro veces seguidas está ahí y debemos saber que con el tiempo se verá como algo importante», señaló el argentino.

Comparando con la sensación que el equipo dejó en Praga y Atenas, el haber tenido contra las cuerdas a todo un CSKA otorga cierta confianza de cara a el play off por el título en la ACB. «En todos los partidos decisivos que hubo, tanto en Copa como en Top-16, el equipo siempre ha demostrado una buena cara, de concentración, compromiso y deseo. En algunos nos ha ido mejor y en otras peor pero el equipo siempre ha mostrado muy buena imagen. Hemos tenido muchos más problemas ante equipos mucho más modestos y pequeños, nos cuesta más centrarnos. Tengo la confianza de que cuando empiece el play off podremos mostrar esta cara de las citas importantes».

Las derrotas suelen dejar secuelas y ya se empieza a especular sobre el futuro de Neven Spahija y ciertos jugadores. «Es seguro que este tipo de conclusiones o comentarios pueden hacer daño al equipo un mes antes de que termine la temporada. Hemos competido en liga durante ocho meses para este momento y necesitamos tranquilidad. Cuando se termine, la gente del club, que está muy capacitada, sabrá lo que tiene que hacer. Lo más sensato es transmitir seguridad, confianza y saber que por el camino llevado ayer tendremos nuestras opciones» Jon ORMAZABAL

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