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Manuel F. Trillo Profesor de derecho

Gestoras pro Amnistía y Amnistía Internacional

El juicio contra Gestoras pro Amnistía y Askatasuna no sólo no tiene base jurídica, sino que contraviene los principios básicos del Derecho. Así lo denuncia el profesor Trillo, reparando especialmente en la necesidad de que AI se implique en la denuncia de esta nueva arbitrariedad.

La primera y más importante consideración personal -lo que opinen los bastardos me importa poco- es que quien no ha cometido crimen alguno no es criminal, y quien defiende a los que han cometido crímenes no son por ello criminales. Pues si alguien dijera que quien defiende a un criminal es criminal, habría que encarcelar a todos los abogados defensores. Por esa regla de tres el defensor de un pederasta sería también acusado de «enaltecimiento de la pederastia», y el defensor de un corrupto político como Vera o Barrionuevo -además de criminales- sería también un defensor de la corrupción. Como esto es absolutamente insostenible, podemos decir que los defensores de la amnistía para los activistas vascos que han sido condenados por actos considerados como «terroristas» según el CP de 1973/1995, no serían calificados como terroristas. Pero esta no es la máxima jurídica de la Audiencia Nac(z)ional, y de sus más excelsos representantes: luminaria Garzón (un día hablaremos de su afición a los verdugos); Bermúdez (la estrella rutilante fautor de la doctrina Parot); Guevara (el hombre necio y más histriónico); Murillo (la zafia que confunde autoridad con histerismo verbal )... unos cuantos, como se puede observar. El «todo es ETA» ha devenido en que cualquiera que no aplauda las salidas de pie de banco de esta gentuza jurídica, es ETA. Si uno llevara un bocadillo a un preso vasco, le visitara en la cárcel cercana, sería considerado como miembro de ese conglomerado garzonista del «todo es ETA».

¿Dónde vives tú?. Cerca hay una cárcel en la que hay presos vascos por los sumarios en que se han encarcelado a personas que jamás han cometido delito alguno -salvo los inventados por el demofranquismo, véanse los presos del sumario 18/98-, la distancia es escasa, y el preso está deseando ser visitado y que alguien le cuente que en la calle hay muertos por pederastia o que han florecido las rosas del Parque del Mar. No importa cuál sea la cuestión, el asunto es ir a la cárcel y hablar con un vasco que luche por la independencia de su país. Pronto serías incluido en la lista del «todo es ETA»; serías fichado, investigado, y te tocarían los «cojones» hasta que desistieras. Es posible que se presentasen dos individuos con aspecto porcino con placa en tu centro de trabajo para advertir al patrón de que tú eres un «etarra» («todo es ETA»), y a partir de ahí, te despidieran y vinieras después a comer mierda el resto de tus días. O que se presenten en tu casa a las tantas de la madrugada; son ellos muy madrugadores; aporreando la puerta y despertando a los niños, y dando voces y golpes contra las paredes y más y más portazos para que todos entren en el mundo del terror. O que te aborden en la calle justo en el momento en que vas a entrar en tu coche. Policía, mucha policía, cantaban hace décadas. Y esta es la democracia y el sistema político que hay en la España demofranquista. Pero si escuchas la «Ser» y a Gabilondo, o al Lucas «pelucas» en «RNE», este es el mejor de los países y de los paraísos. La necedad se alimenta con un buen salario.

Ha comenzado el juicio contra los miembros de las Gestoras pisoteando el artículo 24 de la CE; vulnerando el sacrosanto derecho a la presunción de inocencia (válido sólo para los corruptos políticos del PP-PSOE), y se criminaliza a los abogados defensores calificándolos de delincuentes etarras (frente de macos), y si alguien dudara que explique cómo se entiende que el juez de turno entre en el despacho de tu abogado para requisar los documentos e informaciones que pudiera poseer para la defensa del acusado. Ya sé que hablamos de gentes que previamente han sido calificadas de terroristas, de indeseables, de escoria, que no son seres humanos, y que por ello no merecen defensa alguna.

Pero dígase así al menos, dígase: hay seres con apariencia humana que no merecen ser juzgados como seres humanos. Y quedaremos todos muy tranquilos. El problema es que no se sostiene tal argumentación sin poner en tela de juicio el propio sistema, y con ello la propia Constitución borbónica de 1978. ¿Alguien aceptaría que los despachos de abogados de los políticos corruptos fueran invadidos por el juez de instrucción? Supongo que todos dirán que es una aberración, menos en caso de que los acusados sean vascos independentistas. De este modo, un día te llega la noticia de que tu abogado ha sido encarcelado por mantener una conversación contigo, y que tal conversación grabada por los servicios policiales en las cárceles españolas es un documento incriminatorio. No sirve de nada decir que el preso mantiene las conversaciones que quiere con su abogado, que diga lo que le da la gana, y que el abogado escucha lo que dice. De lo que diga el preso, el abogado es culpable. Y por eso algunos están en prisión.

Gestoras o Askatasuna, tanto monta, no es una organización criminal, pues no han asesinado a nadie, ni se han confabulado para el asesinado de persona alguna. Pero al estar en derredor de los presos vascos -no importa en este caso el por qué de sus condenas- son considerados «etarras». Ser condenado a 15 ó 20 años de cárcel sin haber cometido un crimen real, real, es un fracaso enorme, pues si he de pasar tantos años en las cárceles de España, con un régimen FIES, es mejor pensar que, al menos, lo es porque un hijo de la gran puta no respira. Pero pasarse ese tiempo en la cárcel porque uno monta una organización humanitaria semejante a los mercedarios, es algo que no se sostiene ni aquí ni en las Quimbambas.

Mientras, Amnistía Internacional está callada. Eso se debe a dos posibles razones: una, que no se ha enterado de que ha comenzado el juicio contra los miembros de las Gestoras pro Amnistía de Euskal Herria; o dos, que no quieran enterarse. Como quiera que parece que no se han enterado porque tienen muchas y muy grandes preocupaciones, les remito este texto, y les remito también una petición formal, para que Amnistía Internacional -como organización independiente de los gobiernos- interceda ante el Gobierno español para que impida que se cometan dislates jurídicos y crímenes de estado contra personas que no han usado jamás de la violencia y que jamás han podido ser acusadas de acto violento alguno.

Amnistía Internacional tiene ahora un gran motivo para impedir que la arbitrariedad, la lenidad, y la iniquidad se instalen definitivamente en el sistema judicial español. Su aportación sería valiosa si la hace a tiempo y con la mesura y el cuidado suficiente. A nadie con sensibilidad jurídica, y defensor de los derechos humanos, se le escapa que el juicio que ha comenzado contra las 27 personas incursas en el sumario 33/01, es un atentado de proporciones inconmensurables contra el derecho de los ciudadanos, relegando a España a un nivel semejante al de Pakistán (véase Musarraf). Por lo que pido formalmente a AI que intervenga efectivamente para que no ocurra otra desgracia más bajo el amparo, o la mampara, de que son los tribunales los que dictan, pues también los tiranos tienen tribunales, y hay tribunales que actúan en lugar de los tiranos.

Hay silencios cómplices, y en este caso AI no debiera callarse, pues a la postre las Gestoras han venido realizando la labor que le correspondía naturalmente a ella como Premio Nobel que es, y como organización que no puede ser perseguida ni juzgada en España. Por eso le ruego que no silencie más su posición respecto a este juicio; los encausados -me consta- están a disposición de AI para que se interese por los supuestos crímenes de los que se les acusan.

Si no fuera una boutade, uno diría que los mercedarios serán llamados por los sicarios de la Audiencia Nacional como acusados de delitos de enaltecimiento del crimen -no importa cuál sea- sólo por el hecho de preocuparse por los presos y cautivos. Pero con los mercedarios no se atreven, así que habrá que pedir a los mercedarios que se preocupen de los presos vascos, cualquier otra persona es un sujeto criminal. No lleves nunca agua al preso, acabarías ocupando su celda. Ese es el gran mensaje del demofascimo en España.

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